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Entrevista a Carlos Aznarez, Director de Resumen Latinoamericano

«El pueblo boliviano derrocó una dictadura en un año»

Fuentes: Rebelión

«Hay que abrazar los Derechos Humanos de los que luchan y que por luchar padecen como padecen»

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M.H.: Estoy contento la verdad, porque generalmente tenemos que hablar de temas que no nos favorecen. El asesinato de estas dos niñas en Paraguay, la situación de Venezuela. Pero hoy vamos a abordar dos temas que nos dan una gran esperanza que son las elecciones en Bolivia y en Chile. Y al respecto quería conocer tu opinión. 

C.A.: Comenzando por Bolivia lo más importante es que el pueblo boliviano no solo derrocó una dictadura en un año, que no es poca cosa, porque es un período realmente muy corto de tiempo; al mismo tiempo, esa dictadura en ese corto período devastó el país de una manera impresionante, lo que hace pensar claramente que cuando la derecha gobierna y, sobre todo, este tipo de derecha racista, revanchista, no necesita mucho tiempo para generar un marco y un panorama de destrucción.  

Pero el pueblo boliviano este año recorrió varios caminos, en primer lugar, resistir la represión, levantarse, como lo hizo hace muy poco generando movilizaciones imponentes, bloqueos, y demostrando una organización bastante más efectiva de lo que se pensaba y también recordar que ese levantamiento fue para llegar a esta elección que se venía postergando.  

Existía la conciencia de que se ganaba y que por eso había que apurar el trámite que la oligarquía, los militares y los poderes fácticos bolivianos intentaban frenar. Dicho esto, ha ganado la mejor fórmula que se podía encontrar en este momento, una combinación de un dirigente del MAS como es Luis Arce que tiene la sabiduría para sacar al país del pozo en que lo ha sumergido la dictadura en este tiempo. 

Va a ser difícil, va a haber muchos palos en la rueda, la economía boliviana ha caído. También es verdad que Bolivia tiene recursos que estaban siendo robados en este año en que la dictadura hizo acuerdos con EE UU, con Israel, con la Unión Europea, con todos los que se dedican a robar esos recursos.  

Ese es un tema, el otro es David Choquehuanca, que no va a ser decorativo. Es un hombre que representa lo más auténtico de la rebelión indígena campesina, las mujeres con pollera, la wiphala, esa masa que se movió en la calle, en las rutas, todo este tiempo.  

Hay que prepararse para un gobierno que va a tener muchas dificultades, que tampoco está todo dicho con la derecha más racista que ya circulaban otra vez memorándums de militares y policías en rebeldía, con ascendiente en Santa Cruz, en la llamada “Medialuna”. 

Si analizamos los cómputos de cada provincia, vemos que incluso le ha arrebatado trincheras o búnkers que el fascismo tenía en esa Medialuna, el problema sigue siendo Santa Cruz. Pero yo creo que hay sentido común en el pueblo boliviano. Incluso hay que decir que no ganó solamente la fórmula Arce-Choquehuanca con el voto indígena campesino, trabajador o minero, sino que la clase media se dio cuenta que estaba en la lona y que había que votarlos también.  

Por eso la contundencia del sufragio llegando a casi el 55% y arrasando también con los demás partiditos de derecha. Por esto hay que saludar este triunfo como una experiencia de un pueblo que no se rindió, que no se amilanó frente a la represión, que no va a olvidar las masacres de cada uno de los lugares que fueron reprimidos y que se prepara para parar a Bolivia en el marco latinoamericano.  

Porque no cabe duda de que lo que ocurre en Bolivia hoy tiene que salpicar a los pueblos latinoamericanos y a los gobiernos. Creo que eso está ocurriendo. El tema de la tierra aquí y lo que está ocurriendo en estos días tiene esas repercusiones y tiene que ayudarnos a pensar en que los pueblos no se deben rendir. Los gobiernos transan, son burócratas, negocian con el enemigo, traen transgénicos pero los pueblos no deben agachar la cabeza porque si no los pisan. El pueblo boliviano no se dejó pisar, por eso rescato tanto el poco tiempo. Nosotros soportamos cuatro años de Macri, que era una tiranía institucional. 

M.H.: El otro día justamente, tuve la oportunidad de ver una entrevista que le hizo A24 a Juan Grabois, que en una parte dice: “nosotros cumplimos un rol fundamental para que Macri concluyera sus cuatro años de gobierno” y la periodista sorprendida, le pide que lo explique y le contesta: “y sí, porque si no hubiera sido por la contención de los movimientos sociales, Macri no hubiera durado cuatro años en el gobierno”. 

C.A.: Eso es así, lo hemos visto en estos años, la definición es la política colchonera. 

M.H.: Te puse la pelota picando porque recuerdo cuando nos encontramos en Av. 9 de julio en una movilización de los movimientos sociales, me dijiste “la burocracia piquetera”. 

C.A.: Es esa burocracia que genera estos colchones para contener la ira popular. No todos son así, ya lo sabemos, hay excepciones. El mismo Grabois hoy cumple un rol interesante con sus acuerdos con el poder, no me cabe dudas, pero abrió una puerta que no es menor, la reforma agraria.  

Por supuesto, no me gusta el discurso de las tomas con legalidad o ilegalidad, porque la legalidad la marca la desesperación, entonces Guernica es tan importante como Santa Elena y Mascardi. Hay un problema, la tierra, que atraviesa a toda América Latina. Entonces aparece el discurso de la propiedad privada. El enemigo es ese, el que apareció en la puerta de Santa Elena o la policía y las patotas bravas en Guernica. No es el máximo enemigo, ese está en EE UU y los poderes internacionales. Pero en el presente nuestro son estos que gritan “a estos negros hay que matarlos, etc.”. 

Eso es lo que vivió Bolivia este año. Y el pueblo boliviano se los sacó de encima. Inclusive nos sorprendió a nosotros. Yo sinceramente pensaba que no les iban a entregar el gobierno. Me parece raro, por una vía electoral. Pero hay que tener en cuenta que esta fuerza ancestral que tienen los pueblos indígenas nos da una lección todos los días. 

M.H.: Además, dado el nivel de la elección, hubiera sido ingobernable de no entregar el gobierno. El pueblo boliviano, como bien decís, ha dado varias muestras de esto. 

C.A.: Además no hay excusas. Lo dicen las dirigentes de la Bartolina Sisa, los dirigentes campesinos en general, que han cometido errores gruesos durante el mandato de Evo Morales. El propio Evo lo dice. Ya tenés la experiencia, si lo repetís sos alguien que no quiere salir de eso. Pero ya tenés la experiencia de lo que no hay que hacer, tenés el movimiento organizado, mayoría parlamentaria para evitar trabas en las leyes. 

M.H.: Eso lo aclaró Arce en la entrevista que le hizo Clarín. “No necesitamos de la alianza con ningún partido político”. 

Caras extrañas se quieren quedar con el triunfo del pueblo chileno que puso sangre, sudor y muertos en las calles 

C.A.: Eso es fundamental para no poner excusas. Si tenés voluntad política por más que tengas minoría parlamentaria vas para adelante. Si tenés el pueblo organizado también. Bolivia tiene todo, pueblo organizado, voluntad y el camino totalmente allanado para poder sacar adelante propuestas parlamentariamente. Además, tiene recursos, esto es importante. Por eso es tan importante la relación entre Alberto Fernández y Evo Morales, porque Argentina se da cuenta que necesita a Bolivia y no es tan fuerte con Venezuela. Este es el país que tenemos al lado, que nos da gas. Esto es importantísimo. 

Voy a Chile, ahí tengo mis variantes, publicamos un artículo que se llama “No basta votar” que lo hacen los compañeros chilenos que están en la calle. Hay otro artículo interesante de Manuel Cabieses “Jóvenes no suelten el timón”. Manuel es un veterano de todas las guerras, director de Punto final, un setentista que sigue dando batalla. Yo coincido mucho con eso porque como dice el tango “ahora vendrán caras extrañas”, estas caras extrañas se quieren quedar con el triunfo del pueblo chileno que puso sangre, sudor y muertos en las calles durante un año entero. Y esto hay que tenerlo en cuenta.  

Yo festejé con los compañeros de Chile, nos abrazamos telefónicamente, pero también decíamos que ahora viene la parte más difícil. Los cuervos de la Concertación, y las cuervas también porque apareció Isabel Allende diciendo “este es el momento nuestro”. 

M.H.: En el apruebo hay un voto mezclado. El 22% del “No apruebo” es el pinochetismo duro, pero después está mezclada la cosa. 

C.A.: Después está el pinochetismo blando. Y recordar que este momento al que se llegó, que está bien que la gente haya votado, tampoco votó todo el pueblo, un 50%; está bien porque ratifica lo que la calle venía gritando todos los días. Y hay varios fenómenos, se llegó a este momento porque se llegó a un acuerdo con Piñera, quiénes acordaron, los partidos, quiénes rechazaron, la calle. Todo el tiempo la calle dijo “queremos Asamblea constituyente, no Convención constituyente” porque la Convención tiene su límite y ahí está la trampa, no es una Asamblea donde eligen los movimientos populares, los indígenas, de mujeres, a sus representantes; no es como la boliviana de Evo ni como la de Chávez en Venezuela ni la de Ecuador siquiera. Es una trampa. Donde los que participan de la Convención son los partidos burgueses. De la derecha y de la izquierda.  

Otro punto que te limita totalmente, la famosa ley 21.200 que se aplica en esto que se votó y que nadie lee la letra chica, que impide anular los Tratados de libre comercio firmados por la Concertación, Piñera, etc. Eso no se toca, ni la privatización del agua que es un problema serio que tiene Chile. Se paga el agua, no como aquí, precio oro. No se puede cambiar el carácter del Estado y los independientes, léase, los que están en la calle, en la pelea, requieren de 60.000 firmas cada uno para poder participar. Si así lo quieren. No hay escaños para pueblos originarios. Que es un tema grave en Chile. Es un proceso pactado entre cuatro paredes. Y quien ha pactado esto es la clase política, que ha sido repudiada todo el tiempo en esta revuelta.  

M.H.: Las encuestas sobre la clase política me han sorprendido, sobre 10 solo tiene un apoyo del 2.4. 

C.A.: Y no es Piñera solo. Porque fíjate el fenómeno de la Plaza de la Dignidad, es todo un emblema, como Plaza de Mayo acá para el movimiento popular. El festejo ahí empezó a las tres de la tarde y nadie gritaba “apruebo” gritaban “renuncia Piñera” porque es lógico que si querés imponer una Asamblea constituyente, no Convención que era lo que votó la gente creyendo que estaba ya decidido, los medios juegan a eso, la llaman Asamblea y no es así.  

En la plaza se gritaba “renuncia Piñera” porque no es lo mismo hacer una Asamblea con Chávez gobernando, Correa o Evo gobernando, que hacerla con Iván Duque o con Piñera. Entonces tenés que derrocarlo primero, por la vía que sea.  

El discurso de Piñera, al contrario de lo que se hubiera esperado que hiciera alguna autocrítica, dijo que triunfó la paz, la unión de los chilenos. Piensa que ya los tiene a todos en la bolsa. Y esta es la pelea que se viene. Por eso los que saben lo que pasa en Chile dicen que la calle no se abandona, que la calle no se afloja. Eso es fundamental. Nadie duda que van a continuar las movilizaciones a la Plaza de la Dignidad, que van a seguir las peleas por los presos políticos. A todos estos carcamanes que aparecen ahora en la Concertación, no les interesan los presos políticos. Y ahí están todos los partidos que transaron con la señora Bachelet, el Partido Comunista, el Partido Socialista, etc.  

M.H.: También el asesor de Alberto Fernández, Ominami. 

C.A.: Se están regodeando de decir que es su triunfo. Ahora, si hacen eso, van a tener calle mucho tiempo y más violenta, porque la gente no está dispuesta a que le afanen el voto. Ellos no pusieron nada, no pueden aparecer en ningún acto callejero, ni siquiera Daniel Jadue, militante comunista, alcalde de Recoleta, el otro día se acercó y lo echaron. No hay banderas de partidos. Los pocos carteles que hay son de organizaciones sociales. El resto no puede estar ahí. 

M.H.: Yo estuve en Chile dos años seguidos y me he dado cuenta de que se trata de un movimiento muy autónomo. Estuve antes de este proceso, pero ya se percibía, sobre todo a mi compañera le llamó muchísimo la atención el tema de los jóvenes. Fuimos a un Congreso de trabajadores y trabajadoras de la Economía popular y toda la organización pasaba por jóvenes que no tenían más de 25 años. Ahí no había jerarquías. Eran tres minutos, no importaba quién hablara.  

C.A.: Y fijate que a la izquierda tradicional no le gusta eso, dicen que no tienen programa. 

M.H.: Me cagaron a pedos en un seminario que estuve dando sobre Educación popular, porque comenté que había estado en Viña del Mar, recorriendo la costa, que había visto un festival folclórico. Y un pibe que después me enteré de que tenía 16 años, me cuestionó, me dijo que no había estado en las poblaciones, que había estado en la Viña de la burguesía. Me dio su teléfono para que la próxima vez que viajara lo llamara y fuera a darles una charla a la Biblioteca popular que él dirige y se llama “Che Guevara”. 

C.A.: Es así. Viña del Mar ha estado fuertemente en la revuelta, pero las que han estado son las poblaciones. Es exactamente así. 

M.H.: Que están en los cerros no en la costa. 

C.A.: Y no sabés lo que es Antofagasta que es una trinchera de lucha. Este es un movimiento político cultural juvenil que tiene una fuerza tremenda. Por eso digo que, si estos carcamanes intentan quedarse con la victoria, no solamente la del domingo, sino con todo el proceso, les va a costar.  

Escuché a Ricardo Lagos que es un tránsfuga diciendo: “este es el proceso que hemos trabajado tanto tiempo”. ¿Qué tanto tiempo? Si fue siempre un entregador. Es como que venga Bachelet ahora a decir que es el resultado de su lucha. Y no es así, por eso es tan rico el proceso chileno. Y es muy difícil, va a haber más muertos y más lucha. Como todo proceso auténtico. Lo otro es creer que se arregla con una papeleta cada cuatro años. No es así, cada vez es menos así.  

Que el crimen de dos niñas en Paraguay no quede en la impunidad 

M.H.: En cuanto al asesinato de estas dos niñas argentinas en el Paraguay, hay una convocatoria para el lunes 2 de noviembre, una marcha a las embajadas y consulados del Paraguay. ¿Qué podés comentarnos al respecto? 

C.A.: Estas movilizaciones son precisamente para tratar de visibilizar aún más lo que ha ocurrido que es una masacre que nos causa mucho dolor porque son argentinas, pero también nos sucedería si fueran paraguayas. Con el presidente Abdo Benítez posando con los asesinos de dos niñas y disfrazándolas en un claro robo a la opinión pública de lo que pasó.  

Hay una lucha muy fuerte en Paraguay contra este gobierno, una lucha que es campesina, guerrillera, indígena, tiene todos los componentes. Paraguay es una colonia norteamericana, israelí, inglesa y brasilera. Entonces por qué marchamos, porque hay que tratar de pelear que esto no quede en la impunidad. Por lo menos que este crimen, de todos los que ha cometido la derecha paraguaya a lo largo de los años, al menos este, no quede en la impunidad. Nos parece fundamental que tomemos conciencia que eran dos niñas. 

M.H.: Lilian y María del Carmen Villalba de once años. 

C.A.: Que se está castigando de esta manera a los padres, que son militantes populares, la tía de las niñas está detenida hace muchos años y le siguen sumando causas y causas, por ser revolucionaria. Tenemos que decirlo así, por ser revolucionaria. Los revolucionarios son reconocidos cuando ganan, cuando no ganan se les enrostra todo tipo de infamias.  

Pero Carmen Villalba y todos los compañeros luchando en Paraguay son como los nuestros. Son como los que acá ahora se referencian en el pasado, pero no hablan del presente. Ahora se habla de los presos políticos del pasado, estos son iguales, no son terroristas, son revolucionarios y nosotros homenajeamos a los revolucionarios. Ayer mismos estuvimos homenajeando a un preso vasco que está en una huelga de hambre a morir, Txikito Iñaki Bilbao. Y son las cosas que tenemos que hacer los que abrazamos los Derechos Humanos y no algún tipo de derecho humano, hay que abrazar los Derechos Humanos de los que luchan y que por luchar padecen como padecen.