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Entrevista a Jorge Marchini (EDI) y Mónica Riet (Uruguay)

«El tema de América Latina no es buscar cuál es el país más hegemónico, sino buscar una posición propia»

Fuentes: Rebelión

M.H: Quería conocer tu opinión respecto de este marco de negociaciones con el gobierno de China que anunció el presidente uruguayo Lacalle Pou, expresando su exposición a un acuerdo bilateral de libre comercio, lo que significa saltearse de las disposiciones del Mercosur, del cual Uruguay forma parte. El tratado de Asunción establece desde 1991 que su creación implica la adopción de una política comercial común con relación a terceros estados o a agrupaciones de estados. De este proyecto, que ha anunciado Lacalle Pou, del Mercosur quedaría solo el nombre.

J.M: Creo que hay varios balances para hacer. La primera cuestión es la marcha del Mercosur. El Mercosur ha sido parte de una referencia lógica regional que es la unidad regional. El ámbito histórico en el que se lanza el Mercosur es el ámbito neoliberal, hablamos del año 1991, y en 1994 se aplica plenamente.

La integración regional es importante, siempre se ha destacado en la historia de América Latina el tema de la unidad que recorre toda nuestra historia y el Mercosur tiene una referencia, como también las tuvieron otras instancias de América Latina, diferente al panamericanismo que era la relación de Estados Unidos con la región.

El Mercosur nace con un problema serio que son las asimetrías, es decir, una relación del país grande con el país chico. En un lugar de unidad tiene una desventaja, no somos todos iguales como en el tema jurídico con respecto a los temas económicos y sociales. Y eso ha generado en Uruguay una idea que fue generalizándose con el tiempo, que el Mercosur ha sido contra Uruguay. Lo cual es para discutir, pero de todas maneras es cierto que hay un trato desequilibrado o asimétrico porque los países chicos pierden.

Se ve en general en los procesos de integración que creo que deben ser atendidos, hubo algunos intentos de cambiarlo, en el gobierno de Kirchner algún intento hubo de crear un fondo especial de compensación, y esto genera una idea de tenemos que soltarnos del Mercosur. Ese es el marco general.

Varias veces hubo amenazas de Uruguay, primero en romper con Estados Unidos y, por supuesto, también en dos negociaciones importantes, una con la Unión Europea-Mercosur que es un tema pendiente, complejo y grave contra otros países que tiene que ver con la cuestión de un acuerdo también asimétrico, una región como Europa en “igualdad de condiciones” con América latina, particularmente con los países del Mercosur es desequilibrada.

Pero acá lo que se suma es el tema de China y esto sí es un cambio enorme que tiene que ver con el cambio mundial y por qué América latina está sensibilizando el cambio mundial. China ha ingresado en la región muy fuertemente, es el primer mercado comprador para Uruguay como para Argentina, son mercados fundamentales. Hoy hablamos de la famosa soja y la soja tiene esencialmente la perspectiva de su crecimiento en cuanto a precios y también a saldos exportables y demanda por parte de lo que es el mercado chino. Entonces aparece la idea de que China también abrió un mercado igual de importante para Uruguay que es el mercado de la carne. Y la contra de esto es que Estados Unidos intenta volver a la región.

Y hay una geopolítica compleja en todo esto, lo que no está muy claro son dos cosas: la primera cuestión es cuán real es la idea de avanzar en un acuerdo China-Uruguay y la idea de romper el Mercosur.

El Mercosur tiene un principio general, que es correcto, si negociamos, negociamos todos juntos, por dos motivos, uno, que la unión hace la fuerza sobre todo contra bloques más grandes y, por otro lado, por el hecho que hay una cantidad de ventajas en el comercio, en las relaciones interregionales que se rompen si uno solo acuerda y los demás no.

La cuestión con China plantea otro interrogante que es qué tipo de medidas están planteadas. Por un lado puede ser, aquí también hay una discusión en Uruguay, si esto es solo un anuncio para luego negociar. Porque al mismo tiempo, se vio en los últimos días la actuación del presidente Lacalle Pou en la cumbre de la Celac, hizo un tipo de denuncia directa contra Cuba, de alguna manera se convirtió en una especie de Almagro en la OEA. Una denuncia a los países que son procesos no controlados por Estados Unidos, obviamente Venezuela es el país centrado en ese debate como también Cuba y Nicaragua.

Este anuncio no acompasa la relación especial que quiere Uruguay con Estados Unidos. Lo que está planteado ahora es qué tipo de condición tiene para China. Puede ser solo una amenaza o un tipo de idea para buscar la negociación con Estados Unidos, ambos están compitiendo en la región.

La tensión geopolítica mundial está creciendo en torno al conflicto Estados Unidos y China y recordemos que Estados Unidos siempre consideró América Latina como el patio trasero, por lo tanto que China tenga tanta incidencia en la región aparece como una amenaza.

Una cuestión que me parece importante discutir es ¿China tiene acuerdos que son más ventajosos de lo que puede ser un acuerdo con la Unión Europea? China se ha presentado como un país del sur, un país periférico, pero los acuerdos son también de asimilación de una economía mucho más grande.

Uruguay, como también podría ser el mismo Mercosur ¿es distinto? ¿Tiene condiciones más ventajosas para el desarrollo? Por ahora, voy a decir una cosa para poner en referencia a la opinión social, los acuerdos que ha firmado China con Chile, un acuerdo de libre comercio, y ha avanzado con acuerdos en Centroamérica, no son distintos de los acuerdos de libre comercio como son los acuerdos que tiene Europa con otras regiones o Estados Unidos lo han tenido también con el acuerdo en el norte.

No hay una diferencia, hay todavía una condición en el comercio mundial, en esta época de globalización que hemos tenido en estas últimas décadas, donde realmente se han ondeado las diferencias entre países chicos, los países periféricos sufren el tema de las desventajas que tienen que ver con el desequilibrio de sus economías con el exterior con el crecimiento de la deuda que es el otro tema que va paralelo a todo esto.

¿Cuál es la relación con China? ¿Realmente China es un país distinto, es una potencia significativa en el mundo? ¿Cómo América Latina juega con la relación de una geopolítica que está cambiando? Este es el gran tema de esta época. Contrario a lo que puedan decir algunos estudiosos que están analizando el tema, a mí me parece que es una época para el gran debate de América Latina. El tema de América latina no es buscar cuál es el país más hegemónico y colarse a su hegemonía si no buscar una posición propia.

En estos días el gobierno argentino lanzó nuevamente la campaña “compre nacional” que es una de las herramientas que tienen los países que establecen que las empresas locales tienen prioridad respecto de las extranjeras para proveer al Estado. La discusión de la ley merece más tiempo. Pero la idea del compre nacional, con una idea de libre comercio desaparece. Hay una “igualdad de tratamiento”, quiere decir que una empresa de cualquier otro país está en igualdad de condiciones que una empresa local, que tienen mucha menos capacidad tecnológica, menos capital, menos financiamiento. Las condiciones son muy desventajosas en forma relativa.

M.H.: Esas fueron algunas de las razones por las que Lacalle Pou en el año 2017 se oponía al acuerdo con China.

J.M.: Ahí aparece una posición pro EE UU. Nosotros lo hemos vivido acá. En el gobierno de Macri, cuando aparece la discusión respecto al financiamiento de China de las dos represas grandes en Santa Cruz, el tema del programa atómico, apareció un gran retroceso respecto de los acuerdos que Argentina había firmado al final del gobierno de Cristina Kirchner. Luego viendo la magnitud de las relaciones con China, el propio gobierno de Macri volvió para atrás. Por supuesto el intento de EE UU en ese marco sigue siendo el de tener una presencia fundamental.

M.H.: Además la relación privilegiada de Brasil y Argentina con China, va a complicar el acuerdo con Uruguay en la medida que eso afecte el tema del Mercosur.

J.M.: El acuerdo con el FMI que tiene Argentina ahora es el tema central que con el marco electoral está un poco tapado, ¿Cuál es la posición de China en todo esto? Por ahora China toma una posición ortodoxa, ahora ¿va a cambiar la posición de China? Es una incógnita que está planteada y se va a instalar en este debate de Mercosur–relaciones con el mundo y esta aparición de Uruguay con un anuncio vinculado al interés de romper el Mercosur para hacer un acuerdo propio.

Entrevista a Mónica Riet, corresponsal de Resumen Latinoamericano

No necesitamos TLC, necesitamos integración de los pueblos y las economías

M.H: ¿Qué nos podes comentar sobre el paro y movilización que hubo en tu país?

M.R: Fue una movilización muy grande. Es el tercer paro general pero sin duda alguna el más grande de todos y con una movilización impresionante a nivel nacional porque vino mucha gente del interior. La característica que tuvo este paro fue la de unir a los trabajadores del campo y la ciudad, y vinieron 150 ómnibus del interior del país con trabajadores de todo tipo pero también incluyendo a trabajadores rurales, del sindicato de peones rurales, también colonos y aspirantes a colonos.

No sé si ustedes tienen un instituto como el Instituto nacional de colonización que viene de una ley de 1948 donde se fundó con la finalidad de que el Estado compre tierras y le pueda alquilar al trabajador rural, que no puede comprar tierra y que necesita implementar una estrategia de sobrevivencia porque los trabajos rurales son generalmente zafrales. A partir de ahí surgen un montón de proyectos de producción ganadera donde hay productores que se asocian para hacer esas producciones.

Más allá que la ley es una ley de reforma agraria nunca fue tomado por ningún gobierno de manera seria que es uno de los reclamos que se hizo en la movilización. La principal demanda de los trabajadores del campo es que se tome como política de estado la de poblar la campaña con trabajadores que puedan afincarse, porque tenemos una pérdida de pobladores rurales de 12.000 personas por año, una pérdida impresionante.

Y ahí nace un problema de soberanía porque un país sin gente en su territorio, es un país que se entrega. No hay quien defienda esos territorios, más en un momento como el actual a nivel histórico en el que hay una recolonización de nuestros territorios, vienen las trasnacionales con sus proyectos extractivitas y sus plantaciones. Tenemos a empresas que tienen entre doscientas mil y trescientas mil hectáreas que van desplazando a los productores rurales. También los desplazan por efectos del daño que causan al medioambiente por la desertificación del suelo que provoca el eucalipto y la soja, son un montón de elementos que se entrecruzan. Pero acá estuvo, como nunca antes, la unión de las reivindicaciones del campo y la ciudad y la movilización tomó otra fuerza, otro perfil.

También se pidió aumento de salario, porque se pierde salario producto de políticas invisibles producto de la inflación. En Uruguay en este momento hay además políticas dichas explícitamente en donde el gobierno ha decidido ahorrar sobre la espalda de los trabajadores, en todo este período de pandemia ha habido una intención de ahorro y de proteger, según el presidente Lacalle Pou, a la gente de su clase, la oligarquía, los forestales, los estancieros, los industriales, los dueños de los frigoríficos, etc.

Acá se ha puesto el acento en el lado inverso, que fue lo que se trató de rescatar, el pensamiento activista con una consiga “que los más infelices sean los más privilegiados.” Una hermosa consigna que acá se ha invertido y hay una prédica tan constante de una cantidad de cosas que tratan de naturalizarlas que se nos vayan metiendo como una verdad absoluta.

El sindicato de empleados bancarios sacó un trabajo donde marca el aumento que hubo de concentración de riqueza en este período. En estos últimos seis meses, U$S 2.800 millones de dólares aumentaron los depósitos, acá solo en el país, y los depósitos del año anterior más de U$S 2.900 millones.

En el año y medio que llevamos con pandemia acá hay decenas de miles de personas que comen todos los días en comedores solidarios que organizan sindicatos, organizaciones barriales, y el gobierno no participa en nada de eso. La concentración de la riqueza es brutal mientras que el gobierno ha reducido el salario, tenían un plan de reducción del 30 % de los salarios, los públicos llevan un 11 % y los privados un 8 %, pero además han subido las tarifas de las empresas públicas, han subido más de una vez los impuestos, hay un gran desequilibrio de concentración de la riqueza por un lado y concentración de la pobreza por otro.

Toda esta realidad que aparentemente ellos no logran ver se tradujo en lo que fue la movilización, que fue multitudinaria y que abarcó desde el Palacio legislativo hasta la calle Galicia por la avenida Libertador que es la avenida más ancha que nosotros tenemos, con una caballada como un signo diferente de marcar la presencia de la gente del campo.

Uno de los tres oradores fue un miembro del campo, otro fue un trabajador portuario porque también uno de los puntos de la plataforma es en contra de la concesión que han hecho del puerto de Montevideo.

M.H: Sobre eso te quería preguntar porque también la protesta abarcó la desnacionalización de las empresas públicas ANTEL, el puerto y ANCAP y su entrega al gran capital trasnacional.

M.R: Eso lo estamos viendo de manera muy acelerada, si bien esto comenzó antes, en los últimos quince años se estaban ya tercerizando sectores de las empresas públicas, en estos momentos podríamos decir, si entramos en comparaciones, que estamos atravesando un período como el que pasaron ustedes con el macrismo.

M.H: Y el Frente Amplio es igual al gobierno de Fernández.

M.R: No conozco tanto pero se ve que está complicado por lo que leí.

Acá las empresas públicas las están desguazando haciendo una entrada de multinacionales y además rápidamente se está viendo reflejado porque la estrategia es desinvertir, han hecho un plan de ahorro que por un lado le sacan plata con un mayor impuesto por ingreso a los trabajadores, pero además reduciendo la inversión pública con recortes de inversión.

Entonces estamos teniendo apagones, cortes de internet y viendo ya la rebaja de nuestra calidad de vida en los servicios que recibíamos, que la verdad sea dicho que por ahora en eso éramos la estrella de América. Los servicios públicos en este país han sido históricamente buenos y en el último período se habían quedado bastante arriba.

M.H: Otro de los ejes de la jornada de movilización fue el apoyo de la derogación de ciento treinta y cinco artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) que nosotros hemos abordado en más de una oportunidad.

M.R: Ya se entregaron 800.000 firmas, que fue una sorpresa para todo el mundo incluso para los mismos que estaban juntándolas en plena pandemia con circulación cerrada, salvo para los trabajadores que trabajan para los productos primarios que esas empresas estuvieron produciendo, exportando y enriqueciéndose.

Para el resto hubo mucho teletrabajo, una cosa viene de la mano con la otra, flexibilización laboral, no pago de horas extras, todo es ganancia para un lado solo.

Pero para seguir con la respuesta a tu pregunta se juntaron 800.000 cuando se precisan 670.000 y se entregaron el 9 de julio. A partir de ahí se están chequeando por parte de la Corte electoral y por el ritmo que llevan de validación y de descarte, que está entre el 8 y 9 %, hay un consenso generalizado que habrá un referéndum a partir de marzo, pero se terminan de chequear las firmas a fin de año. Tuvimos que juntar firmas, huellas, y todo se hace minuciosamente.

El gobierno por su lado ha lanzado la campaña, ocupan todos los espacios de televisión como nunca antes y el mensaje sobre la defensa de la LUC está todo el día. En esta movilización también se quería poner un muro importante para marcar el comienzo de la campaña.

Nosotros lo que queremos es derogar estos 135 artículos entre los cuales por medio de la LUC a través del Instituto de colonización ya le habían sacado 55.000 hectáreas para darle a multinacionales, cuando hay muchísima gente del campo que está anotada para recibir tierra. Al instituto le han querido sacar unos cuantos millones del dinero que tenía destinado, que siempre es poco y nunca suficiente, además de sacarle tierras.

Vamos a ver cómo nos comportamos todos, porque no todo es homogéneo dentro del movimiento social, ojalá tuviéramos dirigentes aguerridos y combativos pero no son eso. Sin embargo hay sectores combativos.

Hay dos fenómenos, la UTU que es un liceo tecnológico en Santa Catalina en las afueras de Montevideo, un asentamiento bastante golpeado de la capital, fue ocupado e inmediatamente fue desalojado por la policía que la manda el ministerio de Trabajo. Y hubo también un incidente durante el paro en la construcción de UPN 2 en el centro del país porque los trabajadores de la construcción se vinieron a la marcha, ahí son varias decenas de miles, también están los que no se quedaron en sus casas, pero tampoco fueron a trabajar; entonces la empresa no tuvo mejor idea que contratar extranjeros para hacer el trabajo. Esto no había sido convenido por el comité organizativo, entonces los golpearon a los trabajadores que fueron a tratar de detener a la gente que se metió a trabajar. Y esto también tiene que ver con la LUC, con todo su aspecto antisindical y represivo, y se ve en el caso de la desocupación del liceo.

Está tan golpeado el derecho a huelga y el derecho a protesta de cualquier tipo que lo desandan enseguida. Esto lo digo para explicar que está muy entrelazado, entre este entretejido jurídico que es la LUC, el marco jurídico que han querido darle a este gobierno, con las políticas que están intentando implementar a través del Presupuesto, en la rendición de cuentas se están agregando agresiones en esta avanzada sobre los derechos de los trabajadores.

M.H: Hay un tema que no quiero dejar de preguntarte ¿hay acuerdo con China a fin de año?

M.R: No. Eso todavía no se sabe. Es absolutamente aventurero decir cualquier cosa, porque el propio Partido Colorado, por el lado de Sanguinetti decía que estaban de acuerdo con un TLC con China pero no a costa del Mercosur. El Partido Nacional está muy embalado, ellos son los dueños de la tierra.

M.H.: ¿A quiénes favorece este acuerdo?

M.R.: Sin duda a los sectores que venden commodities a China, porque es nuestro primer socio económico en comercio exterior, es al que más le exportamos. Y lo que más se vende a China es carne, celulosa y soja.

M.H.: Que son los sectores que representa el Partido Nacional.

M.R.: Exactamente, pero también se fantasea mucho y se oculta, porque vos bien me preguntás a quién beneficia esto, pero no se habla de los que se van a perjudicar, que son mucho más numerosos. Y ni hablar de la producción nacional, de esas pequeñas y medianas empresas que hoy viven gracias a las compras del Estado y que un TLC te hace cortocirtuar.

De aquella sustitución de importaciones de los 50 algo quedó, no desapareció todo, acá hay industria. Los textiles, el calzado, se van a ver sumamente afectados.

Esta gente está vendiendo espejitos de colores, hablando de lo barato que vamos a tener los productos chinos. Solo viendo los aranceles que van a dejar de pagar ellos, para venderle a China; que son 180 millones de dólares que ganarían porque dejarían de pagar para exportar; pero China paga más de 400 millones de dólares para ingresar su producción a Uruguay.

Entonces hay un desbalance porque son 400 millones de dólares que el Estado ya no va a recaudar. No hablan de eso, hablan de su bolsillo y venden espejitos de colores. Hay un avance, porque China pidió para diciembre un estudio de pre-factibilidad y eso está avanzado porque durante el gobierno de Tabaré Vázquez ya se habían hecho estudios, porque tuvo la intención de hacerlo. Pero todavía no hay algo concreto.

M.H.: Hay negociaciones abiertas hace unos 7/8 años.

M.R.: Claro, entonces falsean los conceptos porque no estamos discutiendo un plan de desarrollo del país, no estamos discutiendo que la población viva mejor a partir de un TLC con China o con EE UU, porque cuando no amenazan con uno lo hacen con el otro. En realidad nosotros sabemos que los TLC son acuerdos neoliberales para favorecer a las multinacionales que más que nada pueden aumentar la cantidad de exportaciones y producir un crecimiento en términos neoliberales que nunca se traduce en desarrollo, porque no hay un reparto de la riqueza que llegue a la población, son circuitos cerrados esos.

La otra idea es el tema del trabajo, porque la pregunta es si van a industrializar y vender por ejemplo como hizo Motociclo, que vendía partes de bicicletas chinas a Argentina; que Argentina le bajó la cortina y le dijo basta. Porque obviamente que Brasil y Argentina no van a permitir esto.

Entonces hay mucho más para perder en términos capitalistas enemistándose o separándose de la integración comercial con Argentina y Brasil, que lo que podemos ganar con el TLC con China. Y desde el punto de vista de los trabajadores, nosotros lo que queremos es poder levantar un plan de desarrollo nacional.

Los temas de este paro también tienen que ver con la vivienda. Porque lo que quieren sacarle al Instituto Nacional de Colonización, se lo quieren dar a la señora de Manini Ríos, ella es dirigente del Partido Nacional y ministra de Vivienda; hizo la promesa de construir miles de viviendas y ahora no tiene con qué, por eso están tratando de sacar este fondo para construir. Y Lacalle Pou mismo dice que tenemos viviendo en pésimas condiciones a 150.000 personas. Ellos lo reconocen, y en general ven menos de los que realmente son.

Entonces, habiendo tanta necesidad en el país, no están hablando de generación de puestos de trabajo. Hoy me daban la cifra de que lo que se produce en el campo, que funciona a grosso modo con 150.000 personas. Se produce una gran riqueza en ese proceso. Y hay 2.000.000 de trabajadores activos en el país. Y como dato te cuento que como política de empleo ofrecieron 15.000 puestos de trabajo por cuatro o seis meses por 11.000 pesos de sueldo. Y se apuntaron 220.000 personas. Para que te des una idea de la demanda de trabajo. Así que no necesitamos TLC, necesitamos integración de los pueblos y las economías.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.