Voces contra el Imperio Aunque la élite política británica, lo que en el argot político ingles se define como Westminster, parece haber sido cogida por sorpresa por el auge de los independentistas escoceses en las últimas semanas, finalmente, el primer ministro británico, David Cameron, puede sentirse tranquilo de que, por ahora, «su corazón no vaya […]
Voces contra el Imperio
Aunque la élite política británica, lo que en el argot político ingles se define como Westminster, parece haber sido cogida por sorpresa por el auge de los independentistas escoceses en las últimas semanas, finalmente, el primer ministro británico, David Cameron, puede sentirse tranquilo de que, por ahora, «su corazón no vaya a romperse» [1] porque los escoceses decidieron mantenerse en la «familia de naciones» y porque los republicanos de Irlanda del Norte se vean afectados moralmente por los resultados en Escocia.
Sin embargo, Reino Unido está obligada, de ahora en adelante, a cumplir con su promesa de campaña de ceder más poderes autonómicos a los escoces [2].
El pueblo escocés terminó cediendo ante la más desigual campaña mediática liderizada por los unionistas, y que estuvo cargada de amenazas y chantaje. Los escoceses creyeron que la independencia traería consigo la destrucción de su ya precaria economía, mientras que la población mayor temió perder sus jubilaciones y pensiones [3].
Las disputas separatistas no terminan en Escocia
Por su parte, el rey español Felipe VI de Borbón y el presidente de ese país Mariano Rajoy no pueden sentir la misma tranquilidad de Cameron.
El presidente del gobierno catalán, Artur Mas, aprovechó la oportunidad para desafiar una vez más al gobierno español expresando que no se puede impedir eternamente a la población catalana decidir su futuro a pesar del rechazo del gobierno español a la consulta independentista programada en noviembre de este mismo año.
«Si la población catalana quiere votar sobre su futuro es prácticamente imposible impedirlo para siempre», afirmó Mas en una entrevista a la AFP en la víspera de una gran manifestación independentista en Barcelona. «Es absurdo pretenderlo y creo que el Estado español debe darse cuenta de eso», agregó [4].
El torbellino desatado por Escocia pasará por Cataluña (en España), Bélgica, Tirol del Sol (en Italia), Alemania, visitará Quebec (en Canadá) y también atravesará por aquellos pueblos que continúan reclamando justicia por las rémoras coloniales del pasado.
Los separatistas del centro y de la periferia capitalista
Lejos de los resultados que arrojó el reciente referéndum consultivo en Escocia, donde se impuso el deseo de permanencia de ese pueblo al Reino Unido, no cabe duda que lo ocurrido en ese país, así como los hechos que hoy se registran en el resto de los países que conforman la Unión Europea (UE), ha desatado las fuerzas incontenibles de protestas sociales por las justas reivindicaciones que hasta hace poco eran solapadas por las grandes cadenas mediáticas.
Las cosas no marchan nada bien en Europa. Todo lo que antes ocurria sólo en la periferia capitalista (en Latinoamérica, en el África, en el Medio Oriente y en Asia), hoy se reproduce dentro de las propias fronteras de Europa.
Crisis económica, protestas sociales, el auge de los movimientos separatistas, auge de los movimientos de extrema derecha, golpes de Estado y guerras civiles (Ucrania) que hasta hace poco los medios occidentales reseñaban se producían solo en aquellos países que despectivamente califican de «tercermundistas», hoy se han convertidos en hechos noticiosos cotidianos en Europa.
Las causas separatistas que repentinamente surgían en los países de la periferia capitalista (en el África, Asia y Latinoamérica) han contado siempre con el apoyo revelado de EE.UU. y de sus lacayos europeos. Cada vez que en aquellos países surgían líderes nacionalistas o revolucionarios, especialmente en los países que disponen de importante reservas petroleras o mineras, estos han tenido que enfrentar un parecido formato de planes secesionistas. «Divides y reinarás» había sido la estrategia europea contra sus enemigos en ultramar.
Los intereses geopolíticos occidentales, la necesidad de mantener el dominio sobre los mercados y fuentes de materias primas baratas que hoy se debaten otros grandes competidores como el bloque BRICS, etc., constituyen las principales razones que hoy nos explican el desmoronamiento de la antigua Yugoslavia en 1991; la partición y creación de Sudán del Sur en 2011 y el proyecto denominado «Nuevo Gran Medio Oriente» instrumentado por la administración de George W. Bush desde el 2003 [5].
Crisis económica y secesionismo en Europa
El norte capitalista acostumbrado a sembrar vientos divisionistas en el sur, hoy comienza a cosechar sus propias tempestades. La decadente Europa comienza a desmoronarse por dentro.
El torbellino político y social que se registra actualmente en Europa es consecuencia de la actual crisis estructural del sistema capitalista, la que sus apologistas nunca esperaron ni mucho menos saben cómo resolver.
La historia europea de los dos siglos pasados sirve de ventaja para entender el presente y evitar lo peor. Las crisis económicas que afectaron a Europa a finales del siglo XIX y principios del siglo XX y la gran depresión de 1929, provocaron reacomodos territoriales y desenlaces inesperados como dos guerras mundiales (la Primera Guerra Mundial entre 1914 y 1918, la Segunda Guerra Mundial entre 1939 y 1945).
La actual crisis capitalista que enfrenta Europa tampoco pasará sin dejar sus huellas, a menos se toman a tiempo los correctivos.
Las políticas neoliberales promovidas en Europa desde finales de los años setenta hasta el día de hoy aspiraban ser el «remedio» para la crisis capitalista que desde aquellos años comenzaba a aflorar en el viejo continente. Estas no han hecho más que agravar la enfermedad profundizando la crisis económica europea al punto de destruir los salarios y los beneficios sociales alcanzados por la clase obrera europea tras largos años de lucha.
Los promotores del neoliberalismo en Europa, desde Margaret Thatcher en Reino Unido y los actuales líderes de la UE, han buscado recuperar y/o maximizar la tasa de ganancia del gran capital, creyendo que así se originaría el «efecto goteo» [2] y el ciclo capitalista podría volver a reiniciarse. Sin embargo, las políticas neoliberales implementadas en Europa han terminado por destruir las condiciones de vida de todos los europeos, y con ellas toda posibilidad de mantener la estabilidad de la eurozona. El desempleo y las desigualdades sociales en Europa no han parado de crecer en los últimos años [6]. El aparato productivo se ha concentrado en Alemania, las asimetrías económicas en Europa se han profundizado, al tiempo que Portugal, Irlanda, España, Italia y Grecia se llevan la peor parte.
En lo que va de año la eurozona no ha registrado crecimiento, según datos publicados por la oficina estadística europea «la UE apenas alcanzó un 0,2%», en otras palabras, se encuentra estancada. La difícil e irrecuperable -según muchos analistas- situación del club de países que comparten el euro también se evidencia en la recesión de Alemania (país conocido también como el motor de la economía de la UE) que registró -0,2%, el estancamiento de Francia 0% y por el retorno a la recesión de Italia con -0,2%, [7].
La creciente tensión entre la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) y Moscú; las sanciones impuestas por Estados Unidos y la UE contra la Federación Rusa (cuyo intercambio comercial anual entre la UE y Rusia sobrepasaban los 330.000 millones de dólares [8], donde la UE es la más perjudicada) sin duda han contribuido en acelerar el deterioro de la UE de forma alarmante. Esto parece estar siendo ignorado por los líderes europeos.
Toda Europa tiene que lidiar ahora con las consecuencias desatadas por la crisis capitalista dentro de sus propias fronteras. Su élite plutocrática dominante sabe que el torbellino iniciado de Escocia no acabará con la derrota de los separatistas en el reciente referéndum de ese país.
La crisis económica seguirá despertando el mal estar de aquellos pueblos marginados que no están dispuesto a seguir pagando por los platos rotos del sistema, de sus élites monarcas y burguesas.
Fuentes
[1] Cameron: se me rompería el corazón. http://www.rtve.es/noticias/20140910/david-cameron-escoceses-queremos-esta-familia-naciones-se-separe/1008580.shtml
[2] Londres ofrece más poder a Escocia. http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/07/actualidad/1410122659_921846.html
[3] 10 temas que definen el voto escoses. http://www.ngpuebla.com/nota-10-temas-que-definir%C3%A1n-el-voto-de-los-escoces-81897.html
[4] Impedir el referéndum catalán es imposible. http://www.nacion.com/mundo/europa/Impedir-Cataluna-practicamente-imposible-presidente_0_1438256383.html
[5] Nuevo Gran Medio Oriente. http://www.voltairenet.org/article126452.html
[6] Las tres D que ensombrecen a Europa. http://economia.elpais.com/economia/2014/05/16/actualidad/1400240035_247638.html
http://npadron.webs.ull.es/Docuweb/desigualdad%20y%20desempleo%20A%20sen.pdf
[7] La economía en la Eurozona se estanca. http://economia.elpais.com/economia/2014/08/14/actualidad/1408007321_737654.html
[8] Quién sufre más por las sanciones. http://actualidad.rt.com/economia/view/121766-sufrir-sanciones-comercio-eeuu-ue-rusia
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