Traducción de Gorka Larrabeiti
El Partido Laborista se felicitaba ayer por haberse unido a diputados rebeldes del Partido Conservador para derrotar al gobierno conservador en una votación sobre el recorte del presupuesto de la UE. En realidad, se trata de puro oportunismo. Aunque los dos Eds (Miliband y Balls) crean que es una buena política populista apoyar que Europa se apriete el cinturón, lo cierto es que se acaban de pegar un tiro en el pie.
¿Por qué? Pues porque el voto no era sobre si los británicos odian Europa -sin duda muchos la odian y seguirán congregándose en torno a lo que diga el Daily Mail. Se trata, sin embargo, de un voto sobre el principio de seguir adoptando ulteriores políticas deflacionarias.
Al votar por los recortes de los presupuestos de la UE, los laboristas se suman a quienes imponen recortes por toda la UE, principalmente partidos de centroderecha. Con un desempleo en la eurozona que supera el 11% (¡en algunos países miembro ya por encima del 25%!) y Europa abocada a una recesión aún más profunda, cualquier político sensible y progresista debería estar pidiendo a gritos una expansión fiscal coordinada. Lo que se necesita es lo opuesto a un recorte: un presupuesto UE mucho más grande que se pudiera usar para reanimar la economía y transferir recursos a las regiones más necesitadas.
No cabe duda de que, de acuerdo con las disposiciones vigentes, el presupuesto UE es casi inútil en cuanto vehículo para reconducir la inflación. Hay ministrables brillantes en cuestiones económicas como Rachel Reeves y Chuka Umunna -o incluso la ministrable para Europa Emma Reinolds, que es pro UE- que entienden que es esto lo que hay que hacer, pero se ven desgraciadamente forzados a seguir la línea del partido.
Bien se trate de Gran Bretaña, bien de Europa en su conjunto, es hora de repetir el mensaje alto y claro: ¡al carajo las políticas deflacionarias en plena recesión!