-Mario Hernandez (MH): Estamos en comunicación con Guillermo Almeyra, con quien vamos a estar analizando varias cuestiones, pero quiero empezar por Ucrania, porque allí me da la impresión que han ganado y van a dominar el Parlamento ucraniano los partidos partidarios de la guerra. -Guillermo Almeyra (GA): En efecto, los partidos que fueron echados del […]
-Mario Hernandez (MH): Estamos en comunicación con Guillermo Almeyra, con quien vamos a estar analizando varias cuestiones, pero quiero empezar por Ucrania, porque allí me da la impresión que han ganado y van a dominar el Parlamento ucraniano los partidos partidarios de la guerra.
-Guillermo Almeyra (GA): En efecto, los partidos que fueron echados del gobierno por el golpe contra el presidente amigo de los rusos están prácticamente ilegalizados y no han participado en las elecciones o no han llegado al mínimo que les exigían para tener diputados, entonces es una cámara homogénea de derecha y de extrema derecha sin los regionalistas, sin los representantes de Ucrania Oriental que no votaron, sin los comunistas que eran importantes, en fin, es una ficción de Parlamento evidentemente.
-MH: La que no es una ficción de Parlamento parece ser la votación del Frente Amplio que obtuvo la mayoría absoluta en ambas cámaras en las elecciones del domingo pasado, algo que llamó la atención porque en las encuestas previas no se confirmaban estos resultados. El 48% que obtuvo Tabaré Vázquez le otorga 50 diputados de los 99 que tiene la Cámara Baja y 15 de los 30 legisladores que tendrá el próximo Senado. ¿Qué opinión le merece esta elección?
-GA: El pueblo uruguayo no se sintió atraído por nada, más bien se sintió rechazado por los candidatos de los partidos tradicionales que no avanzaron y en cambio, a pesar de que no había un entusiasmo muy grande por Tabaré Vázquez, que era criticado incluso dentro del Frente Amplio por su política de acercamiento a Estados Unidos y su visión antiabortista, cerraron filas detrás del Frente Amplio que por primera vez hizo pie mayoritariamente en el interior del país, es decir, no solamente ganó en las grandes ciudades, sino que también prácticamente en todo el interior del país, entonces aparece con mucha más fuerza de lo que se creía en los sondeos iniciales.
-MH: Hablando de sondeos, o más bien lo que se observó en la segunda vuelta en Brasil fue una fuerte participación de los medios y la prensa, no solamente la prensa brasilera sino también la internacional, caso de The Economist y Wall Street Journal, en una posición manifiestamente en contra de la posibilidad de reelección de Dilma Rousseff.
-GA: Brasil salió dividido, porque Dilma tiene 51% y Aécio el 49%, es decir, por mitades, pero hay una mitad en la que están todas las clases medias acomodadas y el gran capital, con los medios de difusión y con los factores de poder, y la otra que es el Brasil más pobre sobre todo el norte y nordeste que votó por la política de los subsidios, del asistencialismo que habían hecho los gobiernos del PT. Es decir, hay una división grande de clases, el gobierno del PT, a pesar de su política pro capitalista y de apoyo a las grandes empresas no cuenta con el apoyo de los grandes capitalistas, es más, cuenta con la total hostilidad de la inmensa mayoría, representa una sombra de burguesía, que es cuando la burguesía real está del otro lado y trata de hacerle la vida imposible. Porque ahora, ¿qué puede pasar? Tienen que esperar a una nueva reelección, como no pueden, van a tratar de desestabilizar por el lado económico y social. Al mismo tiempo hay que ver que Dilma saco 50 millones de votos, pero de esos millones tiene unos cuantos prestados o que le fueron dados para impedir que gane Neves, es decir, 47 de las 51 ciudades donde había ganado Marina Silva contra Dilma en la primera vuelta, no siguieron la orden de Marina de votar por la derecha y lo hicieron por Dilma, o hubo una abstención muy grande con 30 millones de abstenciones que es una proporción muy grande del electorado.
-MH: La tasa más alta en la historia moderna según algunos medios.
-GA : Enorme, quiere decir que como la política del PT hace agua, no es aceptada por la gran burguesía a pesar de estar dirigida hacia ella, y además es una política en lo inmediato insostenible, porque con la crisis que hay en Brasil, con la caída del real, con la caída de la bolsa, es imposible dar al mismo tiempo subsidios a millones de personas que los han sacado de la pobreza y sostener el mercado y al mismo tiempo apoyar económicamente al gran capital, a los sojeros que lloran porque el precio de la soja ha caído, a los industriales del automóvil que lloran porque no han podido vender sus productos, etc.
Hay una incompatibilidad en esa política, va a tener grandes problemas, no solo con la derecha, sino también de los casi 2 millones de votos que había sacado la extrema izquierda con Luciana Genro del PSOL, un millón y medio fueron a apoyarla a Dilma en esta segunda vuelta, pero son votos sumamente críticos, lo mismo una parte de los votos prestados por Marina Silva que no son votos a favor de Dilma sino en contra de Neves y la derecha.
Va a haber un problema en el PT, va a haber un problema en el gobierno, va a haber un problema parlamentario, porque el Senado está en manos de la extrema derecha, el PT está muy debilitado, no tiene una base social capaz de movilizarse y en la Cámara de Diputados hay 28 partidos con los cuales va a tener que negociar cada ley, cada proyecto, haciendo concesiones o estará casi paralizado.
Hay un giro a la derecha de la centroizquierda gobernante en América Latina
-MH: Un PT que en la segunda vuelta puso toda la carne al asador, movilizó sus bases, incluso aparecieron personajes históricos como el caso de Chico Buarque que fue uno de los artistas que más se opuso a la dictadura militar brasilera, lo sacaron a hacer campaña en apoyo de Dilma. Pero quiero ir a otro tema, en relación a esto, porque lo que observo, en esta elección, en la candidatura de Tabaré Vázquez, inclusive más allá de esta situación de la segunda vuelta en Brasil, es una suerte de un giro a la derecha de este progresismo centro izquierdista, también de alguna manera el Código Procesal Penal que ha propuesto el gobierno votar en nuestro país apunta en ese sentido.
-GA: En el caso argentino es una aberración porque se trata de resucitar, de alguna manera, las Leyes de Residencia, además ya están la prensa y los medios de comunicación diciendo cuántos colombianos se han detenido, aunque un detenido en primer lugar es un presunto delincuente hasta que se pruebe, en segundo lugar qué tiene que ver su origen, no importa si nació en Tucumán, en San Juan, en Tierra del Fuego o en Colombia, no se puede decir: «Detenidos tantos tucumanos», eso es criminalizar a una comunidad entera, es racismo puro, es xenofobia y el planteo de que se los puede echar por el solo hecho de ser extranjeros nos señala esto. A un delincuente se lo juzga, luego se lo condena, se hace cumplir su condena y después se lo echa si es necesario, pero no lo pueden echar preventivamente agregando nuevas penas a la presunción de que es un delincuente cuando no ha sido probado frente a un juez, es una barbaridad.
En efecto, hay un giro notable hacia la derecha, hasta en Venezuela, porque evidentemente Maduro ha hecho una política más de aparato que la que hacía Chávez que buscaba apoyos populares, ha buscado resolver los problemas desde un punto de vista policial, administrativo y ahora depende totalmente del Ministro del Interior, del Ministro de Defensa, ministros y gobernadores todos militares, entonces el aparato encima pasa a ser militar. Es un giro conservador importante porque entre los militares, dicho sea de paso, no solo está la boliburguesía, sino que hay sectores conservadores que aun defendiendo la independencia de Venezuela, frente a la extrema derecha colombiana o de Estados Unidos, sin embargo no quieren saber nada con huelgas, movimientos sociales y quieren dirigir el país administrativa y políticamente pero como militares, verticalmente.
-MH: Pareciera ser que ante la ofensiva del imperialismo sobre estos gobiernos, han adoptado un giro hacia la derecha, sin sacar ninguna conclusión de las experiencias que hemos vivido en América Latina en particular con la caída de Salvador Allende en 1973.
-GA: En efecto, ellos creen que así hacen una hábil maniobra para ampliar su campo político y conseguir el apoyo de sectores políticos moderados, en realidad lo que hacen es mostrar debilidad y acortar su viabilidad, su camino político.
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