Trabajador despedido cuenta los abusos sufridos y las dificultades que enfrenta
En septiembre del año pasado, 15 trabajadores del complejo turístico Las Veraneras, ubicado en la zona costera de Los Cóbanos, fueron ilegalmente despedidos, sin pago de prestaciones, por el simple motivo de ser fundadores del sindicato de la rama hotelera, SITIGHRA.
José Agustín Sosa, 55 años, uno de los cesados, accedió a contar su historia.
-¿Cuándo comenzó a trabajar en Las Veraneras?
-Entré a trabajar en 2007 como eventual en el área de mantenimiento, pero dos años después me contrataron como permanente. Éramos 12 personas en esta área y hacíamos de todo. Sin embargo, en 2010 comenzaron a recortar personal y a concentrar en mansiones a los que íbamos quedando.
Esta situación conllevó el aumento de la carga de trabajo y la extensión de nuestra jornada laboral. Nos ponían tareas que teníamos que terminar el mismo día, pero nunca nos pagaban las horas extra. Nos decían que siguiéramos acumulando horas y que, luego, nos iban a recompensar con tiempo de descanso. Eso jamás se dio.
Nunca nos pagaban el salario en la fecha establecida, y hasta comenzaron a reducir en un 50 por ciento las prestaciones laborales que cancelaban a los trabajadores cesados.
Finalmente, ventilaron la posibilidad de que la reducción fuera de entre el 75 y 90 por ciento. Esa fue la gota que rebalsó el vaso.
Amenazas, chantajes y persecución sindical
-¿En algún momento trataron de hablar con su superior inmediato para plantear estos problemas?
-Nadie nos escuchaba. Todos nuestros superiores respaldaban los abusos patronales. Nos decían: «¿Quieren trabajar o ir de regreso a las calles?». Nos amenazaban diciéndonos que había muchas personas afuera pidiendo nuestras plazas y que estaban dispuestas a trabajar sin importarles las condiciones laborales.
Ante esta situación, fuimos entendiendo que la única forma de defender nuestros derechos era organizarnos sindicalmente, y tomamos la decisión a inicios de septiembre del año pasado.
Yo ocupé el cargo de secretario general de la seccional del Sindicato de Trabajadores de Industria Gastronómica, Restaurantes, Hoteles y Afines al Turismo (SITIGHRA).
-¿Cómo reaccionó la patronal?
-De manera brutal. Cuando llegamos al hotel para comenzar nuestra labor, el propietario, Larry Alberto Zedán, reunió a todo el personal y dijo que él no quería ningún sindicalista en su empresa. Condicionó nuestra permanencia en Las Veraneras a que renunciáramos a la organización.
El siguiente día, cuando los 15 miembros fundadores del SITIGHRA llegamos al portón de entrada del complejo turístico, el gerente general nos estaba esperando con una carta de renuncia al Sindicato.
Al negarnos a firmar, el personal de seguridad nos impidió la entrada. Fuimos despedidos en abierta violación a la legislación laboral nacional y a los convenios internacionales ratificados por El Salvador. Nunca firmamos nada, ni fuimos notificados del despido, ni recibimos el pago de nuestras prestaciones.
Todo fue ilegal y demuestra la soberbia y el total desprecio de la patronal hacia los trabajadores y las leyes.
No es justo pasar por esta situación
-¿Cómo esta situación está afectando su vida y la de su familia?
-Estoy desempleado y solo he encontrado trabajos informales por algunos días. Me está afectando mucho. Ya no comemos igual. Frijolitos, arroz…y la carne solamente cuando consigo algún trabajo.
También tengo serios problemas de salud, en el hígado. Ahora va a ser prácticamente imposible curarme, porque ya no tendré acceso a la seguridad social. Voy a quedar abandonado y quién sabe cuánto tiempo voy a poder aguantar. No es justo pasar por esta situación.
-¿Qué le están exigiendo al propietario de Las Veraneras?
-Con el respaldo del Centro de Estudios y Apoyo Laboral (CEAL), los 15 trabajadores despedidos ilegalmente interpusimos varias demandas en los tribunales. Debe responder por todo lo que nos ha hecho, cancelándonos nuestras prestaciones, las horas extra, los feriados, las vacaciones, todo.
¡No vamos a desistir de exigir nuestros derechos!
Fuente original: Rel-UITA