Aunque nació en Buenos Aires, su personalidad lo llevó tempranamente a la primera línea de combate de los trabajadores de distintos puntos de todo el mundo: Perú, Brasil, Yemen, Italia o México -un país que conoce intensamente desde 1966-. Combinó hábilmente la intervención práctica -que lo llevó a proletarizarse y protagonizar diversos conflictos fabriles-, con […]
Aunque nació en Buenos Aires, su personalidad lo llevó tempranamente a la primera línea de combate de los trabajadores de distintos puntos de todo el mundo: Perú, Brasil, Yemen, Italia o México -un país que conoce intensamente desde 1966-. Combinó hábilmente la intervención práctica -que lo llevó a proletarizarse y protagonizar diversos conflictos fabriles-, con la historia, la investigación y el periodismo, que practica semanalmente en el diario La Jornada.
Guillermo Almeyra se define a sí mismo como un «cane sciolto» (un perro sin patrón), y es, por sobre todo, un militante socialista revolucionario desde hace 7 décadas, un pedazo vivo de la historia del siglo XX (y XXI): La vida de Guillermo incluye varias vidas en una (1). Hoy reside en Marseille, Francia, y decidimos entrevistarlo sobre la situación que atraviesa el Viejo Continente.
LM: Hace unos que la situación en Europa vuelve a hablarnos de guerras, exacerbación de las tendencias ultraderechistas, el drama de las ilusiones en el reformismo. ¿Creés que se está repitiendo un panorama similar al que dominó la mayor parte del siglo XX?
GA: Los ingredientes ahí están, porque el capitalismo necesita eliminar espacios democráticos que le fueron arrancados después de la Segunda Guerra mundial y se desarrollan fomentados, los nacionalismos xenófobos y entre los desocupados, sobre todo de las nuevas clases medias pobres, crecen las ideas fascistas. Pero la diferencia fundamental es que la burguesía no teme una insurrección proletaria. Además, con la mundialización, cada realidad social está menos aislada que en los 30 y no hay un equilibrio entre las diversas potencias. Donde hay más bases sociales, ideológicas, económicas y políticas no para la repetición del hitlerismo -la historia no se repite porque depende de circunstancias excepcionales- sino para un gobierno fascistizante con base de masas, es en Estados Unidos, pero la parte más importante del establishment aún no optó por esa vía Trump.
LM: Charlie Hebdo, el atentado en Bataclán, el camión en Niza, coparon la prensa internacional. La cuestión del Estado Islámico aparece, entonces, como una mera irracionalidad, como un sin sentido, pero, ¿qué hay detrás de esto y cuál es la orientación a sostener?
GA: Hundido por sus contradicciones el movimiento nacionalista árabe, que primitivamente era laico y socializante pero dio origen en Egipto y en Argelia a una burguesía nacional raquítica apoyada en el Estado, el único aglutinante de los países islámicos fue la religión. La lucha contra el imperialismo y la dependencia asumió ropajes religiosos y la utopía, en vez de fijar el horizonte, orientó hacia un pasado esplendoroso e irrepetible, en el que, además, el Islam no era fundamentalista ni oscurantista sino arma de liberación de los esclavos y de renacimiento cultural. Con el mundo árabe dividido en estaditos trazados por el imperialismo y sembrado de minorías étnicas y religiosas islámicas o no, la única solución superadora sería una federación pan-arábiga socialista y no el desarrollo de los nacionalismos sirio, egipcio, argelino, etc, sin sostén real salvo en el caso Saharahuí.
LM: ¿Cuál es la política actual de la Unión Europea frente a los refugiados?
GA: Europa necesitó mano de obra inmigrante hasta 1980. Después la rechaza y busca expulsarla debido a su desocupación endémica. Alemania, que tiene más empleos, sólo la quiere con cuentagotas. La xenofobia es el resultado.
LM: Tocamos a la Unión Europea: ¿qué representa el cimbronazo del Brexit?
GA: El Brexit va a tener consecuencia sobre todo en Inglaterra: la principal plaza financiera mundial podría ser Edimburgo y si Escocia funcionase independientemente, con el petróleo del Mar del Norte, hacia allí irían los capitales. La UE se debilitará por supuesto, lo cual conviene a Rusia y a EEUU pero no a China. Es posible que en Inglaterra re-aparezcan grandes conflictos sociales y una radicalización socialista de sectores juveniles.
LM: Nos vamos más al Este. Hace unos años en Ucrania se abrió un frente inesperado de conflicto. ¿Hay razones para debatir que este tema pueda volver al centro de la escena?
GA: Lo de Ucrania lo veo como un resultado del estallido del corsé gran ruso que fue la URSS con el resultado del desarrollo de los nacionalismos imperialista ruso y fascistizante ucraniano y como parte, sobre todo, de la preparación yanqui de una guerra contra Rusia y China, que hace rato está en marcha. No veo posible una guerra local como la de Yugoslavia sino como prolegómeno inmediato de una guerra más generalizada (y atómica).
LM: En Italia, fundaste Democrazia Proletaria y su sucedáneo, Rifondazione Comunista, que acabó en un desastre, apoyando la intervención imperialista en Afganistán. Después de la traición de Syriza, ¿cómo ves este espacio hoy?
GA: Los casos de Syriza, del Bloco de Esquerda portugués, del triunfo en el Labour Party de una izquierda más radical (Corbyn) o de Podemos son a mi juicio expresión de la crisis del capitalismo y de sus partidos (incluyendo entre éstos a los comunistas y socialistas) y de una radicalización de sectores de las pequeñoburguesías pobres. Su visión estatalista, institucional, su reformismo burgués, su ilusión de mejorar el capitalismo corresponden a eso. Del seno de estos movimientos, que provocan derrotas, pueden surgir cuando mucho pequeñas minorías revolucionarias. Por eso deben ser apoyados, pero críticamente y sin crear ninguna ilusión al respecto al mismo tiempo que se desarrollan pequeños polos revolucionarios que puedan evitar futuros desastres.
LM: Para concluir: Hablemos de la clase obrera. Se hablaba mucho de Nuit Debout, pero la verdadera conmoción en Francia, fue la última huelga general. ¿Qué lecciones deja este movimiento y cuál es la perspectiva de la clase obrera en Europa?
GA: El movimiento Nuit Debout movilizó sectores juveniles y tuvo el mérito de empujar la subsiguiente ola obrera contra la reaccionarísima ley del trabajo. Ahora, por ejemplo, la base de la CGT para totalmente Le Havre, sin esperar órdenes de nadie. Los partidos en Francia -incluido el NPA, el PCF y el de Mélenchon- no tienen base sólida ni credibilidad. El PS está en crisis terminal y el FN tiene un 20 por ciento de expectativas de voto, pero no una base sindical El choque se dará, deformadamente, entre burguesía-gobierno y trabajadores.
Nota:
1) Para un mejor panorama de su agitada trayectoria política, puede leerse su apasionante autobiografía «Militante crítico. Una vida de lucha sin concesiones» (2014) o, aunque sea, verse la entrevista que le hizo Eduardo Lucita para Barricada TV. Guillermo Almeyra también es autor de «Zapatistas: un nuevo mundo en construcción» (2010), «La protesta social en Argentina (2004)», «Che Guevara: el pensamiento rebelde», «Polonia, obreros, burócratas, socialismo» (1981), entre otros títulos.
Fuente: http://www.redeco.com.ar/masvoces/entrevistas/19844-europa-la-noche-no-quedo-atras