Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Latinoamérica podría convertirse pronto en el próximo frente de la llamada «Guerra contra el terrorismo» de Washington.
El representante Eliot Engel (demócrata de Nueva York), presidente del Subcomité de Asuntos Exteriores del Hemisferio Occidental de la Cámara, realizó una audiencia el 27 de octubre para investigar sus «serias preocupaciones por la expandida influencia iraní en la región.» Engel cree que las relaciones diplomáticas y comerciales de Irán con una serie países latinoamericanos constituyen una amenaza para la región y, lo que es más importante, para la seguridad y estabilidad de EE.UU.
Los testimonios escuchados en la audiencia señalaron repetidamente a Ecuador, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y en menor grado a Brasil.
A pesar de que Irán no tiene ninguna presencia militar en la región, Norman A. Bailey, antiguo jefe de inteligencia para Cuba y Venezuela bajo el gobierno de Bush, dijo a los miembros del Congreso que: «Cada vez está más claro que una de las principales motivaciones para toda esta actividad [de Irán] es poder tomar represalias contra EE.UU. si es atacado.»
Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, dijo que cree que Irán puede estar buscando uranio, posiblemente en Venezuela. Pero Time Magazine informó en un artículo del 8 de octubre de que «los expertos dicen que es improbable incluso que Venezuela tenga mucho uranio, si es que tiene alguno, para proveer a Irán o a cualquier otro.» Farnsworth también afirmó que la mejora de las relaciones diplomáticas iraníes con países de Latinoamérica constituye una ventaja para sus capacidades de inteligencia.
Dina Siegel Vann, otra «experta» que testificó en la audiencia, citó un informe sobre terrorismo del Departamento de Estado de EE.UU. publicado en abril que declaraba que el área de las Tres Fronteras de Paraguay, Argentina y Brasil ,es un centro para simpatizantes de Hezbolá y Hamás -un hecho que ha sido ampliamente cuestionado. Vann, directora del Instituto Latino y Latinoamericano en el Comité Judío Estadounidense, señaló que el informe también citó a Bolivia como un posible sitio para actividad terrorista.
«Se precisa una acción concertada y decisiva para controlar de cerca la actividad de Irán y de los grupos que subvenciona, para evaluar correctamente su potencial para causar daño, y establecer mecanismos que impidan escenarios potencialmente peligrosos,» dijo Vann.
Por pura coincidencia, esos intentos de calificar a partes de Latinoamérica como potenciales amenazas y medios para ataques terroristas se refieren a países con gobiernos democráticamente elegidos de izquierda y de centroizquierda. Y todo esto sucede mientras el controvertido acuerdo de las bases militares con Colombia espera su aprobación.
Garry Leech, editor de Colombia Journal, señaló el 6 de noviembre que «en ninguna parte el acuerdo declara realmente que las operaciones militares de EE.UU. desde las bases colombianas se limitarán a Colombia,» al contrario de las afirmaciones hechas por los gobiernos de Obama y Uribe. Además, el texto del acuerdo señala que la Base Aérea Palenquero de Colombia «provee una oportunidad para realizar operaciones de espectro completo en toda Sudamérica.»
El acuerdo también otorga inmunidad diplomática al personal militar y a los contratistas privados de la defensa de EE.UU.
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Cyril Mychalejko es editor de www.UpsideDownWorld.org, una revista online que cubre política y activismo en Latinoamérica. También sirve en el consejo del Canary Institute.
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