El siguiente texto es una transcripción de la charla impartida por Kostas Svolis, militante del Centro Social Autónomo Steki de Atenas (Grecia), el pasado 19 de junio en La Tabacalera (Madrid), organizada por Solidarios con Grecia.
Compañeros y Compañeras, estoy seguro que durante los últimos meses habéis oído muchas noticias en los medios de Comunicación oficiales sobre Grecia. La mayoría de ellas se identifican con la retórica capitalista oficial que concierne a un país que está a la cabeza de la destrucción de los países del sur europeo, de los denominados PIGS.
Sin embargo, a veces es bueno escuchar y leer los medios de comunicación burgueses, porque a través de los matices propagandistas del sistema, uno se da cuenta (siempre en la letra pequeña) de las intenciones reales de los capitalistas y de los que gobiernan con la única meta de satisfacer sus intereses.
Hace aproximadamente dos semanas, el periódico alemán «Xandelsbalt» afirmaba: «No de Alemania, sino de Grecia pueden aprender los Europeos como se hace el saneamiento fiscal y financiero de un país. El Gobierno de Atenas ha mostrado verdadero coraje. Tiene la valentía de dar el último golpe a las estructuras ineficaces y a la vez, imponer reformas dolorosas, incluso contra su clientela electoral. Algo que no se puede decir de la coalición alemana de Ángela Merkel.»
De repente, Grecia, la oveja negra de la zona del euro, el país campeón de la corrupción, el Estado más derrochador, con los trabajadores más perezosos, se convierte en el país ejemplar y el gobierno griego en el más valiente de Europa. Y no injustamente porque en este momento el gobierno griego se encuentra en la punta de lanza del ataque del capital europeo frente a los trabajadores y a los pueblos de toda Europa.
Medidas como las que ha aprobado el gobierno griego, con la excusa del memorándum de la UE y del Fondo Monetario Internacional, las vemos generalizándose por toda Europa.
No hablamos simplemente de una agresión devastadora de los derechos laborales, sino de un aplastamiento de las capas populares, que concierne a todos los aspectos de sus vidas. Se trata de un ataque tan fuerte contra nuestras vidas que, por más que comentemos, en realidad, ni siquiera nosotros somos conscientes de su magnitud, incluso en esos momentos.
Unas palabras sobre la realidad griega
El panorama político: en este momento, la crisis traspasa y modifica toda la percepción de las fuerzas políticas parlamentarias en Grecia. Para empezar, la credibilidad del mundo político oficial se encuentra en un nivel muy bajo, la inmensa mayoría de la gente busca a los responsables de la situación en la que está el país, a los dos grandes partidos, PASOK(socialdemocracia) y Nueva Democracia(el partido conservador)- el 66% de los encuestados creen que ningún gobierno puede gestionar la crisis frente a un 28% del octubre de 2009. No obstante, este cuestionamiento no encuentra respuesta en resto de los partidos parlamentarios, ni en los partidos de la Izquierda (KKE: Partido Comunista Griego, SYRIZA: coalición de distintos partidos de la izquierda), ni en los partidos de la extrema derecha (LAOS)-La abstención y el voto antipartidista de desaprobación se han disparado al 34,5%, frente al 8,5% d el octubre de 2009.
Este cuestionamiento del sistema político oficial crea unas fuerzas centrífugas cuya intención es, en caso de que se derrumbe el gobierno del PASOK, que haya grupos políticos alternativos que ayuden a la creación de nuevas alianzas políticas (quizás de carácter más plural, algo poco usual en el panorama político griego). Por esta razón hay una atmósfera de confrontación en el equipo de gobierno del PASOK, la desmembración de Nueva Democracia, con el propósito de crear un segundo partido netamente neoliberal, la disgregación del SYNASPISMOS, que por una parte aboga por una posición más liberal y coquetea con el partido de los ecologistas, mientras que los líderes se ven presionados por fuertes corrientes ideológicas de carácter más izquierdista. Estas, es posible que conduzcan a ciertos grupos de su coalición, junto con otros grupos de la izquierda no parlamentaria, a la creación de una nueva formación. Mientras el partido de la ultra derecha, LAOS, intenta encontrar el equilibrio entre una retórica racista y su proyección como fuerza política responsable y preparada para defender los intereses del capital, «sin extremismos derechistas» y participar en un gobierno de «salvación nacional». Esta situación de crisis política ni siquiera deja fuera el partido estalinista y monolítico de KKE. Según las escasas noticias que nos llegan, los últimos meses hay un clima notable de crispación que empieza desde las del partido, frente al cual la dirección responde expulsando a varios miembros.
La geografía sindicalista de Grecia es bastante distinta del resto de los países de Europa. En Grecia existen dos confederaciones, una en el sector privado, GSEE, y otra en el sector público, ADEDI, dentro de las cuales se movilizan todas las fuerzas políticas. En éstas, el liderazgo lo ejerce la línea sindical del PASOK. En realidad, el GSEE, dispone de verdadero poder sólo en el sector público (empresas estatales como son las de electricidad o de telecomunicaciones), mientras que estas fuerzas sindicalistas son escasas en el sector privado.
Se trata de grupos sindicales totalmente vendidos, cuya meta es la promoción de un sindicalismo gubernamental, partidista y empresarial, que se apoya en la dependencia económica del Estado, en la corrupción y en servir a los intereses sectarios de ciertos grupos del sector público. No tienen ningún contacto con los trabajadores fuera de las inevitables relaciones laborales y se movilizan solamente por miedo a verse superados por la base de los trabajadores. El Partido Comunista Griego (KKE) aunque no ha abandonado la disciplina del GSEE y del ADEDI, ha formado con las federaciones y los sindicatos sobre los que tiene influencia, el PAME, que no es una federación autónoma sino un frente de las fuerzas sindicales del KKE. Estas fuerzas del KKE se concentran principalmente entre los albañiles, los trabajadores de la industria de metal, la industria textil, los marineros, el sector del turismo y los agricultores.
Durante los últimos años se ha creado una serie de asociaciones militantes de base, compuestas esencialmente por militantes de la izquierda no parlamentaria y por anarquistas. Estas asociaciones se dirigen a grupos inseguros del sector privado como los mensajeros, los camareros, los telefonistas, los trabajadores de editoriales, los profesores de escuelas privadas, los técnicos asalariados y los trabajadores de ONG. Estos sindicatos se caracterizan por una la acción inmediata militante, una estructura no jerárquica y una intensa acción política anticapitalista, que contrasta con la burocracia y el partidismo de los sindicatos oficiales.
Son asociaciones pequeñas, y se diría que son modelos de sindicatos que ya han logrado muy importantes victorias con su acciones. Principalmente, luchan contra los despidos, a favor de la firma de convenios laborales y por la adquisición de derechos como son los subsidios a diferentes especialidades, etc.
A la vez, la izquierda no parlamentaria dispone de fuerzas bastante importantes entre profesores y maestros, médicos y funcionarios en administración local y en el Ministerio de Cultura y turismo.
La particularidad griega. Es muy importante ver las particularidades de la sociedad griega en relación con el resto de Europa. En Grecia nunca ha existido un verdadero estado social. Desde la asistencia social hasta la educación, la gente estaba obligada a completar los subsidios estatales, recurriendo bien al sector privado, bien subordinando funcionarios. Los sueldos y las pensiones están en los niveles más bajos de la Unión Económica y Monetaria (UEM), mientras que carestía está muy alta. En concreto en Alemania alguien se pueden encontrar productos griegos a precios más bajos que en Grecia. Es el paraíso del intermediario: los productores venden el aceite de oliva a 2,10 euros y al consumidor le llega por 8 euros, los productores venden el litro de leche a las industrias a 0,40 euros y llega al consumidor a 1,5 euros, etc. Como compensación a esta situación, existe en Grecia un porcentaje muy elevado de pequeña propiedad (ej. La vivienda propia llega al 80%), pero también un gran número de personas que trabajan por cuenta propia, incluso en el sector agrícola. Es en los últimos 15 años el porcentaje de los labradores se ha disminuido del 20% al 8% de la población (no entran en estos cálculos los grupos de inmigrantes, ni los trabajadores de la tierra). La existencia de ésta extensiva pequeña propiedad junto al papel importante que desempeñan las redes familiares en Grecia (con todos los problemas de conservadurismo), han contribuido de manera decisiva, a la no aparición de fenómenos de miseria y derrumbe social.
Grecia se encontró en el remolino de la crisis, antes de darse cuenta cómo se había perdido «el milagro nacional de la modernización», de los juegos olímpicos y de la Grecia fuerte, el euro, la subida de la bolsa, el juego con las reservas de la seguridad social, el dinero prestado fácil de los bancos, las obras de escaparate, la liquidación del sector público, la dispersión del sector constructor mediante la explotación de decenas de inmigrantes, la desindustrialización y disolución de la producción agrícola y el giro de una dimensión hacia el turismo y los servicios.
El sueño era una pesadilla y nos despertamos empapados en sudor.
Grecia y la resistencia. Sin embargo, sería injusto ignorar la otra cara de la realidad griega, la de las resistencias sociales y políticas y del radicalismo nuevo, que se desarrollan dentro de la polaridad y se contraponen al conservadurismo, etnicismo y racismo de la sociedad.
Durante esta última década tuvimos en Grecia varias luchas sociales, cuyo el momento más dramático y conflictivo se produjo el diciembre pasado.
Luchas que abarcan desde el gran movimiento estudiantil contra la privatización de la enseñanza superior, hasta las decenas de luchas a nivel regional a favor del uso de los espacios públicos y del medio ambiente.
Desde las luchas en contra de los despidos y el subarriendo de los trabajadores, hasta las de los trabajadores inmigrantes y de los trabajadores del sector pesquero desde Egipto hasta Tesalónica.
Desde la multiplicación de los puntos visibles del espacio anticapitalista (centros autogestionados, ocupas etc), hasta la creación de cada vez más Agrupaciones vecinales y ciudadanas en lucha.
Desde el movimiento de los presos, hasta los refugiados que alzan su voz y su puño en la ciudad de Patras, y en los eventos de Petru Ráli y de Agio Panteleimon. .
Desde del espacio público social, emergen nuevas luchas que cuentan con nuevos sujetos, contenidos y estructuras.
Afrontando la crisis. El partido PASOK ganó las elecciones tras haber prometido al pueblo que iba a ser capaz de gestionar la crisis que se acercaba, sin perjudicar los intereses públicos. «Disponemos de dinero», afirmó Papandreou….
Actualmente, el gobierno griego no parece tener más planes que : ocuparse de la deuda externa, de aplastar los derechos y las rentas de los trabajadores y de malvender la riqueza pública del país.
Lo que realmente conseguirá estas medidas , es aumentar la deuda desde el actual 115% hasta un 150-160% en los años siguientes.
Mientras tanto, la tasa de paro se va incrementando mes a mes: alcanzando en febrero el el 12,1% (en febrero de 2009 era un 9,1%) y, según los pronósticos, puede llegar a alcanzar el 21%.
Aunque, según los pronósticos oficiales, la economía sufrirá una caída de 4%, en realidad va a ser mucho más grande.
Para que no quiebre la economía, se sacrifica la sociedad.
Esta es la decisión que se ha tomado entre el gobierno griego, la UE, el fondo monetario internacional y los capitalistas nacionales e internacionales. El «experimento griego» es la receta que se prescribirá a toda Europa.
La prescripción consiste en : reducir la renta de los trabajadores y los pensionistas, recortar de forma radical los derechos de la Seguridad Social (como: la edad mínima de jubilación desde los 65 años, 40 años de trabajo para tener derecho a retribución y reducción de las pensiones hasta un 50%), reducir las relaciones obreras a la mínima expresión, eliminar los convenios de los trabajadores y reducir el poder negociador de los sindicatos.
Es más: liquidación del sector público y de la infraestructura del país: puertos, ferrocarriles, la empresa pública de electricidad, las de agua, las carreteras etc.
Desaparición de la asistencia social (actualmente, debido a la deuda pendiente del estado con los proveedores, los hospitales públicos carecen del material médico y farmacéutico necesario para proporcionar a los pacientes una asistencia segura.
Compresión de los estratos medios de la sociedad. La recesión ha dado un golpe muy fuerte a la venta al por menor y cientos de pequeños negocios se ven obligados a cerrar en todo el país. Las nuevas medidas tributarias afectan, mayormente, a los estratos populares, la clase media baja y la pequeña propiedad, dejando intactas las grandes propiedades y empresas. Mientras tanto, la gente pierde su empleo, es imposible cancelar las hipotecas y las viviendas son embargadas.
La rabia del pueblo
Hasta ahora la forma con la que el pueblo expresó su rabia frente a las medidas fueron las huelgas generales organizadas por los sindicatos, que contaron con una participación muchísimo mayor de la habitual. Desde principios del año, se convocaron cuatro huelgas generales que destacaron por su carácter masivo y conflictivo. En las confrontaciones con los antidisturbios no solamente participaron grupos políticos anticapitalistas, sino también personas de a pie. La rabia fue tan grande, que en la primera de estas huelgas el presidente del ΓΣΣΕ (sindicato del sector privado) fue linchado por gente indignada. Y en la huelga con la mayor participación que se convocó el día 5 de mayo en Atenas, 250.000 personas salieron a las calles y trataron de tomar el Congreso espontáneamente. El suceso trágico, en el mismo día, del asesinato de tres trabajadores causado por el incendio de un banco durante la huelga fue uno de los factores del retroceso de la primera oleada contra las medidas.
Aparte de las huelgas generales se convocaron también protestas por la tarde, que, sin embargo, muy pronto se deterioraron y donde la participación fue decreciendo; también hubo movilizaciones obreras que, aunque no estaban relacionadas con la crisis, mostraban una tendencia en general a la lucha y a la vez exponían el papel que desempeñan las asociaciones de primer grado frente a los sindicatos «burocráticos». ( ocupación de la sede de la televisión nacional por trabajadores por hora en el sector de la enseñanza, despidos en la empresa de hosteleria Banquet)
Para acabar, deberíamos mencionar que la gente abuchea a los políticos en la calle, tanto de este gobierno como del anterior, cosa que muestra el desprecio hacia el sistema político.
¿Qué hay que hacer de aquí en adelante?
Actualmente, aparte de la batalla para la Seguridad Social que nos espera la semana que viene, ha empezado un largo debate sobre cómo afrontar este golpe radical a nuestras vidas, que ya se ve acercando a toda velocidad, porque, aparte de resistir a las medidas y la política de los altos estratos tenemos que encontrar maneras para lidiar con los problemas cotidianos que muy pronto surgirán. Estos problemas no van a ser pequeños.
El debate sobre lo que hay que hacer de aquí en adelante ha arrancado entre las personas movilizadas en el espacio anticapitalista más amplio, hasta las ramas exteriores de los partidos de la izquierda y los movimientos sociales, en su mayoría urbanos. El mes pasado se organizaron muchos eventos públicos en plazas de barrios y ciudades que trataron estos asuntos e informaron al público sobre el papel que desempeñó el fondo monetario internacional en los países por los que ha pasado. Poco a poco y tímidamente han empezado a convocarse asambleas de vecindarios. Sin embargo, todavía falta mucho hasta que podamos llamar a todo esto un movimiento.
Creo que la sensación general es que estamos dirigiendo nuestra mirada a la experiencia de lucha de Latinoamérica como el Argentinazo, los Zapatistas y Los Sin Tierra, en Brasil.
Aparte de luchar por defender los derechos de los trabajadores, del pueblo y de los bienes públicos, tenemos que intentar autogestionar nuestras vidas: la resistencia tiene que empezar por abajo, colectiva, autogestionada, tiene que disponer de una democracia y acción inmediata. Se sugerido muchas acciones, muchas de ellas por la gente de a pie: interrumpir las subastas de pisos embargados, volver a conectar el agua y la luz cuando tras la desconexión del suministro, las cocinas colectivas, la conexión directa entre los productores y los consumidores y la eliminación de los intermediarios, etc.
Para llevar todos estos pensamientos un poco más alante, quiero decir que no deberíamos aspirar a volver a la era de la abundancia consumista, de las tarjetas y del crédito. Tenemos que cuestionar el modelo capitalista en su integridad y luchar para derrocar el sistema que destruye nuestras vidas y la naturaleza. Tomar el mando de nuestras vidas. Producir bienes teniendo como único criterio las necesidades de la sociedad y de la gente y no mercancía, pensando sólamente en el beneficio. Dejar de ser los esclavos del crecimiento del desarrollo y de los índices económicos y luchar por liberar la creatividad humana de las ataduras del capital.
Convertir la crisis, en la crisis del capitalismo.
http://www.kaosenlared.net/noticia/frente-crisis-reflexiones-desde-grecia