Grecia rechazó ayer un proyecto de acuerdo presentado por el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en la reunión celebrada en Bruselas. La delegación griega hizo hincapié en que el texto «no era coherente con lo que se había discutido hasta el momento», y consideró » irracional e inaceptable la insistencia de ‘ciertos círculos’ en lo […]
Grecia rechazó ayer un proyecto de acuerdo presentado por el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en la reunión celebrada en Bruselas. La delegación griega hizo hincapié en que el texto «no era coherente con lo que se había discutido hasta el momento», y consideró » irracional e inaceptable la insistencia de ‘ciertos círculos’ en lo que respecta a la aplicación del Memorando de Entendimiento [acuerdo de préstamo]». En estas circunstancias, Atenas consideró imposible llegar a ningún acuerdo por lo que la reunión fue interrumpida.
En declaraciones a la prensa el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, arremetió duramente contra la estratagema seguida por sus socios europeos, de un documento acordado con «[Pierre] Moscovici [Comisario Europeo de Asuntos Económicos] que reconocía la crisis humanitaria en Grecia, que estaría encantado de firmar […] es sustituido de repente por otro que vuelve atrás, a los ultimátums y sin garantías». «El Eurogrupo explicó que no tomáramos ninguna acción unilateral durante la negociación -señaló Varufakis-, pero nuestra única condición es que no nos vuelvan a solicitar medidas que agravan la recesión». Igualmente consideró que la UE debería tener en cuenta que «la negativa de Grecia se debe a que el programa ha demostrado su fracaso y no se puede afrontar el futuro con medidas manifiestamente equivocadas».
A última hora de la noche los borradores originales (de Moscovici) fueron filtrados y subidos a intenet (http://es.scribd.com/doc/255976709/Draft-4-Eurogroup-Statement-on-Greece). El primero de ellos tenía muy poco que ver el presentado por Dijsselbloem como definitivo, y rechazado por Atenas. Pero, además, existió una versión mejorada (https://twitter.com/nasoskook/status/567460966871609344/photo/1) que era aún más favorable hacia la posición griega. Este segundo borrador sustituía al primero [más infomación en inglés en: PaulMasonnews].
Pese a todo Varufakis mostró su confianza en que el sentido común llevará a retirar «el ultimátum en los próximos días y el espíritu colectivo se trasladará a un nuevo acuerdo. No tengo ninguna duda de que las negociaciones continuarán y que llegaremos a un acuerdo beneficioso para Grecia y positivo para Europa».
El texto presentado en el último momento pedía a Grecia que solicitase una ampliación del actual memorando de préstamo durante seis meses hasta lograr un consenso sobre una nueva ayuda financiera. El Eurogrupo trataba con ello de retomar las negociaciones a partir del mismo punto donde lo dejó el gobierno anterior, de marcado perfil neoliberal y favorable a las medidas de austeridad. Y en todo caso buscar una solución posterior. También se indicaba que el Fondo Monetario Internacional (FMI) seguiría «desempeñando su papel» en ese nuevo acuerdo.
El gobierno griego había reiterado en todas las ocasiones que su mandato popular no le permitía seguir manteniendo por más tiempo unas medidas que han llevado al país al desastre humanitario y que mantienen en número rojos a la economía griega. En ese sentido Varufakis explicó que el ligerísmo repunte presentado al cierre de 2014, un crecimiento del 0,6%, es falso pues únicamente se debe a la existencia de una deflación de más de dos puntos, ya que en número reales el PIB griego volvió a caer un año más.
El Eurogrupo también presionó con una posible prórroga, condicionada al acuerdo, de los bonos del FEEF en la reserva del Fondo de Estabilidad Financiera del Estado Helénico (HFSF), utilizado para recapitalizar a la banca griega.
Atenas pide a sus socios un acuerdo «puente» que sustituya de manera temporal al actual programa, hasta que logre cerrar con sus acreedores un compromiso permanente de cara al verano. Además quiere que este acuerdo se financie a través del aumento de la subasta de Letras del Tesoro en 8.000 millones de euros -actualmente el límite es de 15.000 millones- y con los 1.900 millones que el Gobierno reclama al BCE, procedentes del rendimiento de los bonos griegos.
El Gobierno heleno también reclama sustituir parte de las reformas a las que se comprometió el anterior Ejecutivo por otras medidas como modernizar la administración para hacerla más eficiente o reforzar la lucha contra la evasión y el fraude fiscal.
La deuda griega está estimada en unos 317.000 millones de euros, el 185 % del Producto Interior Bruto (PIB).