Recomiendo:
0

Un posible rechazo traerá el caos a la UE

Grecia, escenarios de futuro

Fuentes: Rebelión

Valga la prospectiva. Lecciones para la Troika de un pueblo digno. El 61% del «No», contra el 39 del «Sí» (más de 10 millones de ciudadanos). Voz en coro. Pueblo nuevo de la democracia antigua. Así resolvieron los griegos el pasado domingo 5 de julio, tras el referéndum, su permanencia dentro de la Unión Europea […]

Valga la prospectiva. Lecciones para la Troika de un pueblo digno. El 61% del «No», contra el 39 del «Sí» (más de 10 millones de ciudadanos). Voz en coro. Pueblo nuevo de la democracia antigua. Así resolvieron los griegos el pasado domingo 5 de julio, tras el referéndum, su permanencia dentro de la Unión Europea (UE). Votaron para mantenerse con dignidad, ni humillados ni sometidos bajo el yugo principalmente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), cuyas directrices están tanto en Berlín como en Paris.

Tras largas jornadas de presión contra los negociadores helenos, el presidente Alexis Tsipras y el ministro Yanis Varoufakis, con los representantes de la Troika, por los pagos de una impagable deuda pública y privada que supera el 180% del PIB griego, la convocatoria a que los principales afectados por las políticas de austeridad aplicadas por la banca internacional se expresaran valió la pena.

No obstante nadie sabe cuál es el camino a seguir, son varios los escenarios que se le abren hacia adelante a un pueblo que impone su voluntad democráticamente y, por un lado otorga el aval a sus gobernantes, y por otro está dispuesto a tomar al toro por los cuernos. Aún y cuando la corrida esté llena de incertidumbre; más cuando los toros son bravos y saben perfectamente lo que están haciendo.

Y precisamente por ello, porque saben cuáles son los impactos de la aplicación de sus políticas restrictivas, es porque también tendrán que abrir los oídos porque los costos para toda la UE pueden ser más que desastrosos.

1°. A partir de ahora Tsipras cuenta con todo el apoyo popular para seguir negociando sin dejarse presionar de la Troika. Todo lo contrario. Podrá colocar otros temas a su favor en la agenda, o no ceder a las presiones previas.

2°. Aún a pesar de que el principal «enemigo» del equipo heleno para la Troika quedó fuera -Varoufakis fue sacrificado para favorecer la negociación, no obstante llevará tatuado «el odio de los negociadores con orgullo», dicho por él-, queda claro que nuevas rondas de transacción se abrirán pronto.

3°. La Troika sabe que los impactos de las medidas de austeridad terminan ahorcando a los pueblos -por cierto que el gabinete de Siryza deberá atender pronto el tema de los jubilados, antes que al resto de la sociedad-, y que las deudas acaban siendo impagables.

4°. A la UE en general, y a los negociadores en particular, no les conviene que Grecia termine por abandonar el euro y salirse del conglomerado de países europeos, puesto que otros tantos pueden seguir su ejemplo; los frágiles de la cadena. No lo reconocen, pero puede ser el principio del fin para la Unión. Por esta razón, la prospectiva es que se retomen las mesas.

5°. La propia Christine Lagarde, titular del FMI, reconoció que la deuda es impagable, por el monto de los ¡360 mil millones de dólares! Una renegociación se derivará de dicha circunstancia. Otros países con coyunturas similares han sido rescatados, como Irlanda, Chipre y Argentina. Grecia no es una excepción.

6°. Para Grecia es un respiro, lo será todavía más si aprieta en las negociaciones para alcanzar las condiciones óptimas para salir al frente con una política de crecimiento, quita de una parte de la deuda, plazos más cómodos para pagar, impuestos no elevados como los demanda la Troika, pensiones y jubilaciones menos injustas.

7°. Bajo estas condiciones, Tsipras tendrá tiempo para voltear hacia otra parte. Los amarres con Rusia están dados en el terreno energético. Falta negociar con algún otro país de los BRICS. Los BRICS están emergiendo en la geopolítica como un eje inevitable para la recuperación económica de sus integrantes, como para otros países.

Hasta aquí el primer escenario posible basado en negociaciones más o menos seguras. Lo cierto es que el pueblo griego ha dado una gran lección de democracia al mundo. Le dará otras más en los términos bajo los cuales negocie su deuda y los demás problemas económicos. Lástima por Varoufakis; Tsakalotos tiene un buen reto, así sea a medio vuelo. Pero sigue lo duro todavía, porque la Troika es marrullera. Defienden los intereses del sistema financiero porque es el que genera la mayor concentración de riqueza de los pueblos con dinero volátil del BCE por una parte, y de la Reserva Federal por la otra.

Hacia adentro las expectativas todavía son inciertas. Sobre todo para los jubilados que temen perder sus ahorros de toda la vida y la pensión que reciben para sobrevivir, como en muchos otros países de mundo. Son ellos, seguramente, quienes votaron por el «Si», para no perder lo poco que les queda y deambular por las calles como vagabundos. Porque a fin de cuentas ese es el saldo de las trapacerías neoliberales, el lanzamiento de los pobres a las calles. Nueva York es un buen ejemplo de eso, del american way of life.

Grecia, se presume, no es un riesgo para la UE, porque apenas representa el 2% del PIB de la eurozona. Pero el problema no es Grecia. Lo tienen los griegos, pero en el fondo el gran problema es la eurozona en general. Es la supremacía alemana sobre el resto, es la polarización de las contradicciones al interior de un bloque que se pensó único para sacar ventaja: «uno para todos y todos para uno», como en Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas.

Pero la UE nació con cuarteaduras. Se profundizaron después. Resulta imposible que el capitalismo sea benéfico alguna vez, justo o que se aparte de sus propias contradicciones. Eso no sucede nunca, porque en la competencia siempre gana el más fuerte. Porque según el naturalismo darwinista domina el país más poderoso. Y Alemania, pese a que le costó la reunificación de la parte oriental, fue quien le sacó provecho a la UE. Ahora es el principal acreedor de Grecia. Como de otros países.

Luego entonces, un posible retroceso en las negociaciones entre los representantes griegos y la Troika sería el peor de los escenarios posibles. Abandonar al país heleno a su propio destino sería el principio del fin. Ni el FMI, tampoco Alemania, y menos los negociadores del BCE y la UE, correrán riesgos. Eso seguro. Es más importante que Grecia pague, así sea a cuentagotas, a que genere un problema mayor.

Sin embargo, otros países están a la expectativa sobre lo que pueda suceder. Si ceden o no los acreedores principales, el FMI y Alemania. Por lo mismo la Troika tratará de no aflojar toda la soga, porque le apretarían desde otros sitios. Pero ya perdieron, porque con Grecia, pero también con los otros países en franca decadencia, quedó claramente demostrado que el modelo de la UE no funciona. No sirvió desde que se instauró en 1993; no funcionará en lo sucesivo.

Quedó igualmente demostrado que en la medida que los pueblos no se decidan a tomar el destino en sus propias manos, no lo harán otros. La globalización los hundirá en la pobreza total, en tanto a los ricos suben al cielo. Ignora, el 2% de la población mundial que está en la cima, que por ley física entre más alto se sube más dura es la caída.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.