Bien puede decirse que la campaña electoral peruana destinada a renovar la cúpula del Poder y el Congreso de la República, comenzará verdaderamente el 10 de febrero, fecha límite para la inscripción de las listas parlamentarias formalmente anunciadas. Los debates referidos a la integración de las mismas, y las idas y venidas registradas en cada […]
Bien puede decirse que la campaña electoral peruana destinada a renovar la cúpula del Poder y el Congreso de la República, comenzará verdaderamente el 10 de febrero, fecha límite para la inscripción de las listas parlamentarias formalmente anunciadas.
Los debates referidos a la integración de las mismas, y las idas y venidas registradas en cada uno de los destacamentos creados no son sino el prolegómeno de lo que podremos ver en los sesenta días que nos separaran a partir de esa fecha, de los comicios del 10 de abril.
Una mirada a la composición de las listas asoma útil en las condiciones de hoy, cuando casi el 40% de los ciudadanos aún no tienen una idea firme respecto a por quién habrá de votar. La corrupción, que campea en el escenario nacional; y el Narcotráfico, que subyace peligrosamente a la sombra del Poder, incrementan el escepticismo ciudadano y hacen crecer la más fundada sospecha en muy amplios sectores de la vida nacional.
La decisión en torno al voto será tomada por el grueso del electorado a fines de marzo, o aún en la primera semana de abril. Ella tendrá que ver, además, con la manera cómo se conduzcan los agrupamientos en marcha.
Por lo pronto, hay que perfilar algunas anotaciones básicas. «Fuerza Popular», que asoma hoy a la cabeza de las encuestas -el Partido de Keiko- registra un alto porcentaje de candidatos moralmente descalificados. Entre los humoristas, se asegura que Lourdes Alcorta fue incorporada a la propuesta naranja para darle un toque de ternura al mensaje.
Quien encabeza la lista parlamentaria que ella propone -Cecilia Chacón- fue condenada a 4 años de prisión, suspendida, más al pago de 2 millones de soles como reparación civil -que nunca cumplió- por enriquecimiento ilícito y otros latrocinios. Es verdad que esa decisión judicial fue anulada, pero la medida no se basó en la «inocencia» de la procesada, sino en un error formal que habrá de subsanarse, con lo cual se deberá reabrir el tema.
Tanto en Lima como en el interior del país, el Partido «Fuerza Popular» registra varios casos más del mismo corte. Un experto en la materia -Jaime Antezana- señala que esa lista tiene el mayor número de narco candidatos. Y es que entre un 25 y un 30% de sus propuestos han tenido que ver con asuntos de corrupción o narcotráfico. No obstante, las autoridades electorales han optado por callar impúdicamente.
La denominada «Alianza Popular», es decir, el acuerdo entre el núcleo alanista del APRA y el Partido Popular Cristiano, no pega. Ante los ojos de los electores no luce como un acuerdo tácito, natural; una cómoda alianza de amigos que optan por ofrecer una alternativa mejor, y más calificada. Asoma más bien como una componenda dictada por afanes oscuros, una suerte de «pacto de intereses», un convenio frío, calculado y casi comercial, destinado a tentar beneficios.
Como García ha gobernando antes y «sabe cómo hacerla», es decir, se ha enriquecido a la mala, deja la impresión que quiere volver, para conseguir más. Y como Lourdes Flores ha perdido siempre, pareciera que ahora aspira a aprender a ganar, para ver si le alcanza «alguito». Tiene mala suerte, sin embargo, y los que hacen broma con el tema dicen que se baña en el mar para incrementar el nivel de sal en sus aguas.
Pero no son sólo dos. Son en verdad hasta siete los partidos o alianzas políticas que van a tener ‘narcocandidatos’ entre sus propuestos. «Sin duda, los narcotraficantes son empresarios, y tienen una racionalidad económica de inversión», dijo muy recientemente el especialista citado, en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por representantes de entidades profesionales.
Las cosas no andan bien, tampoco, en otras tiendas. Acuña tiene una lista en la que brilla el nepotismo y la mediocridad-. Kuczynski, Toledo y Flores Araoz, al igual que Guerra García, han construido torres de marfil en las que tienen muy poco que escoger, de modo que sus listas son opacas y grises. No ofrecen nada.
En las vertientes de la izquierda, la crisis salta a la vista. En manos de pequeños grupos, sectarios y mezquinos, las designación han dejado que desear no sólo por lo que han incluido, sino por lo que han desestimado. A la injustificable exclusión de Sergio Tejada de la lista congresal por Lima, se ha sumado los casos de Justiniano Apaza, en Arequipa, y Alberto Quintanilla, en Puno.
Una opinión lucida en torno al tema nos la entrega Francisco del Carpio, de Jornal de Arequipa. Nos dice: «Si Mendoza no toma medidas para corregir las trastadas de su gente, esto se acaba. Con Justiniano Apaza cometieron la más grave torpeza y la peor equivocación. Invitado por Verónika, prefirió competir patrocinado por «Unidad Popular», logrando 1500 votos sobre 2700 más o menos. Sembrar y Tierra y Libertad, con asesoramiento del Partido Socialista (los tres no llegaron a 400 votos) impugnaron la elección… Luego de dos semanas de «deliberación» resolvieron quitar de la lista a Justiniano… El argumento final fue: o quitan a Justiniano o renuncia Verónika. Sucede que tanto Sembrar como Tierra y Libertad quieren un Frente ligth donde no se nombre para nada la «lucha de clases»
En general, en los predios de la izquierda, se ha producido un doloroso «rompan filas» y cada quien ha corrido en busca de «su puesto». Así, Patricia Yarihuamán, Secretaria General de la Juventud Comunista, optó por sumarse a la lista de los fonavistas del Callao -Democracia Directa- después que el PC oficial acordara «apoyar» a Verónika Mendoza sin haber podido lograr la menor «compensación».
Los partidarios de Gregorio Santos, en Lima y otras ciudades del país, han sido retirados de su partido, Patria Roja; en tanto que el Partido Socialista de Javier Diez Canseco no logró asegurar la presencia de Julio Castro Gómez, una destacada personalidad del mundo académico y político.
No obstante todas las dificultades, esforzados activistas de la izquierda se han sumado a cada una de las tres variantes: Frente Amplio, Perú Libertario y Democracia Directa; y se muestran empeñados en revertir este cuadro.
Las encuestas por ahora están «suspendidas». Y lo estarán hasta la quincena. Pero algunos «datos» se han filtrado: Gregorio Santos, por ejemplo, obtiene el primer lugar en los sondeos electorales en Cajamarca y zonas adyacentes. Vladimir Cerrón crece ligeramente en la izquierda, en tanto que Verónica Mendoza sube de 2 a 3% en los estimados de opinión. Por su parte, sube también Julio Guzmán, pese a que registra gruesas baterías en su contra.
Es bueno que en la coyuntura, la gente se oriente mejor. Hay que tener en cuenta siempre la necesidad de percibir cuál es el enemigo fundamental de los pueblos -entre ellos el nuestro- para luchar contra él; y darse cuenta, en ese mismo cuadro, cual es el peligro principal que se cierne sobre la vida nacional.
Del mismo modo como el enemigo fundamental es uno sólo, también es uno solo el peligro principal. Nunca hay dos -o más- peligros principales. Y en el caso, es el que nos amenaza más directamente: la victoria de la Mafia que se encarna en una sola monstruosa variante Keiko y Alan.
Definido entonces esto, que es lo básico, hay que recurrir al sentido común y a la experiencia: aislar a quien simboliza ese peligro, acumular contra él toda la carga bélica de la que dispongamos, y neutralizar a las fuerzas que no quieran sumarse a nuestro esfuerzo a fin que no vayan a sumar, tampoco, las filas de nuestro enemigo principal.
En esta suerte de guerra política en la que nos hallamos en una trinchera, hay que disparar contra la línea de mando de enemigo, a la que tenemos al frente; y no a los costados.
Gustavo Espinoza M., del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera. http://nuestrabandera.lamula.
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