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Haitianos hambreados toman las calles contra la intervención extranjera

Fuentes: Rebelión / CLAE

Las protestas se reavivaron en los últimos meses en el marco de una situación de inseguridad alimentaria que la ONU calificó como “catastrófica”.

Casi cinco millones de haitianos se enfrentan al hambre aguda, incluidos 1,8 millones en fase de emergencia, mientras la “ayuda humanitaria” que envían Estados Unidos y Canadá son tanquetas para reprimir a decenas de miles de ciudadanos que ha salido a las calles a exigir la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, cuyo gobierno solicitó la intervención militar extranjera.

El 17 de octubre, en ocasión de conmemorarse el 216 aniversario del asesinato de Jean Jacques Dessalines -líder de la Revolución haitiana que proclamó la independencia del país el 1 de enero de 1804-, tras el llamamiento de Jean Charles Moïse, líder de Pitit Dessalines, los ciudadanos tomaron las calles convocadas bajo el lema “Abajo Ariel Henry, abajo la ocupación”.

En Puerto Príncipe, la capital, la concentración inicial se hizo en el Campo de Marte, el parque público más grande del centro de la capital, para luego dirigirse a la zona del aeropuerto y a la sede de la embajada de EEUU, ubicada en Tabarre, un suburbio a las afueras de Puerto Príncipe, en la que ya se ha instalado un fuerte contingente de seguridad en su entrada.

La inflación, que hoy asciende al 33% en Haití, el excesivo costo de los combustibles, la reciente epidemia de cólera y la falta de agua potable agudizaron la crisis: miles de haitianos tomaron las calles de Puerto Príncipe, Pétion Ville, Carrefour, Jacmel, Cité Soleil, Cabo Haitiano y Juana Méndez (Wannament).  La terminal petrolera de Varreux, la más importante del país, sigue bloqueada desde hace jun mes, paralizando todo el país.

Las protestas se reavivaron en los últimos meses en el marco de una situación de inseguridad alimentaria que la ONU calificó como “catastrófica”, en particular en la barriada Cité Soleil, en las afueras de Puerto Príncipe, bajo dominio total de grupos armados criminales.

El sábado pasado, las autoridades de EEUU. y Canadá informaron sobre la llegada de aviones militares de estos países a Puerto Príncipe «para transferir equipos de seguridad vitales» adquiridos por Haití; vehículos tácticos y blindados, así como otros suministros para la Policía Nacional de Haití (PNH).

Además señalaron que, en coordinación con socios internacionales, están trabajando para «fortalecer la capacidad de Haití para capacitar a más oficiales de policía y mejorar las operaciones de aplicación de la ley».

Según los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, la decisión de enviar equipos militares tiene como objetivo luchar “contra los actores criminales que están fomentando la violencia e interrumpiendo el flujo de asistencia humanitaria que se necesita con urgencia, obstaculizando los esfuerzos para detener la propagación del cólera”.

Mientras, Estados Unidos y México preparan una resolución en Naciones Unidas que autorizaría una misión de asistencia internacional para ayudar a mejorar la seguridad en Haití y la imposición de “sanciones financieras a los actores criminales que tanto sufrimiento están infligiendo al pueblo haitiano”, así como limitaciones de visados que incluirán también a los funcionarios y exfuncionarios del gobierno conectados con las pandillas y otras organizaciones criminales.

El representante de México ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, subrayó que el embargo de armas tendrá como objetivo “evitar que las pandillas las obtengan con tanta facilidad. Debe quedar claro que no es sancionar al Gobierno de Haití, sino a quienes atentan contra la gobernanza mediante la violencia y mantienen aterrorizada a la población civil”, añadió De la Fuente.

En las últimos horas y ante el aumento de la protestas, el Senado reclamó dar marcha atrás con el pedido del Gobierno de un despliegue inmediato de tropas extranjeras para asegurar un corredor humanitario, en una resolución firmada por nueve de los diez senadores.

La inestabilidad política en el país más pobre de América Latina se ha desatado desde el asesinato sin resolver del presidente Jovenel Moïse, en julio del año pasado por mercenarios estadounidenses y colombianos. El entonces mandatario había disuelto la mayoría del Parlamento en enero de 2020 luego de fracasar en su intento por realizar elecciones legislativas en 2019 en medio de un estancamiento político.

En tanto, el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo que el secretario general, Antonio Guterres, estaba “preocupado” por la situación del país, e instó a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad a considerar urgentemente el envío de una fuerza armada internacional especializada.

Haití vive una situación “absolutamente de pesadilla”, afirmó Guterres al repetir, antes de una reunión del Consejo de Seguridad, su llamamiento al envío del contingente. “El puerto está bloqueado por pandillas que impiden salir el combustible, al no haber combustible no hay agua y al no haber agua se intensifica el peligro del cólera”, agregó.

Hambre, rabia… y cólera

 “4,7 millones de personas se enfrentan actualmente al hambre aguda (IPC 3 y superior), incluidos 1,8 millones de personas en la fase de emergencia (IPC 4)”, advierte el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que alerta sobre 19 mil personas que están en situación de desastre (IPC 5), por primera vez en Haití. Los catastróficos niveles de hambre registrados en Haití corresponden a la fase más alta (Fase 5) de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria

El 65 por ciento de la población de Cité Soleil (municipio en el norte de Port-au-Prince, la capital), especialmente los más pobres y vulnerables, se encuentran en una situación de alta inseguridad alimentaria, de los cuales el cinco por ciento tiene una necesidad urgente de ayuda humanitaria, añade la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El organismo internacional señala un deterioro de la seguridad alimentaria en las zonas rurales, “con muchas personas pasando de Crisis (IPC 3) a Emergencia (IPC 4). Las pérdidas de cosechas, debido a precipitaciones por debajo del promedio y al terremoto del sábado 14 de agosto de 2021, que devastó partes de los departamentos de Sud, Grande Anse y Nippes (suroeste de Haití), son parte de los choques, que han agravado la crisis”.

Las agencias de Naciones Unidas están reportando una situación cada vez más complicada, con desastres naturales y disturbios políticos y sociales que han causado estragos en los haitianos durante años, ya necesitados en áreas rurales y urbanas. .

Con relación al cólera, que regresó a Haití luego de tres años de ausencia, Naciones Unidas reportó 66 casos confirmados, otros 564 casos sospechosos y 22 muertos, en especial en Puerto Príncipe y sus alrededores. Cifras que se suman a los 271 casos sospechosos, 12 confirmados y 14 muertos verificados en las cárceles del país. Los niños menores de 10 años siguen estando particularmente afectados con el 43% de los casos sospechosos.

Victoria Korn. Periodista venezolana, analista de temas de Centroamérica y el Caribe,  asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.