Como era de esperar, «los de arriba» que dirigen la UE ya libran una guerra sin tregua contra el gobierno Tsipras. Desean su «neutralización», si no su reversión de plano. La razón es obvia: como gobierno anti-austeridad debe desaparecer, ya que en cualquier momento puede ser emulado en Europa, lo que pondría en peligro el […]
Como era de esperar, «los de arriba» que dirigen la UE ya libran una guerra sin tregua contra el gobierno Tsipras. Desean su «neutralización», si no su reversión de plano. La razón es obvia: como gobierno anti-austeridad debe desaparecer, ya que en cualquier momento puede ser emulado en Europa, lo que pondría en peligro el dominio de las políticas neoliberales -cada vez más frágil y contestado- y de sus inspiradores en casi todas partes de nuestro viejo continente…
De hecho, cada día se multiplican los indicios que evidencian un plan en curso que tiene como objetivo hacer que el nuevo gobierno griego sea ineficaz. ¿Cómo? Al condenarlo de antemano al fracaso.
Por un lado, los «socios europeos» hacen todo lo posible para estrangular económicamente al gobierno Tsipras, a Grecia en su conjunto. Como ha repetido hasta la saciedad el señor Schäuble (que recuerda cada vez más a un Dr. Folamour* de nuestros días): «ni un euro se dará a Grecia» si su gobierno sigue sin aplicar plenamente las medidas impuestas por el Memorándum anterior! Detalle elocuente: votantes griegos instalaron -triunfalmente- a Syriza en el poder porque Tsipras y su partido se han comprometido a hacer exactamente lo contrario de lo que ahora está pidiendo el ministro alemán y otros «socios europeos»: «Romper los memorandos» y no seguir las políticas de austeridad …
Por otro lado, no menos grave, esta semana se lanzó una verdadera campaña de desestabilización sistemática y metódica dirigida a silenciar o destruir toda voz de la izquierda radical en el gobierno Tsipras. Obviamente, no es una coincidencia que esta campaña de violencia poco común se lleve a cabo de forma conjunta, en Grecia y en Europa, por los principales medios de comunicación (periódicos, canales de televisión, …) con el apoyo de todos los partidos de la burguesía griega y los dos principales partidos neoliberales europeos, el Partido Popular, el Partido Social Demócrata y la mayoría de sus componentes nacionales.
Sin menospreciar la tenacidad de los ataques que han sufrido y siguen sufriendo la Ministra interina de Hacienda Nadia Valavani y, especialmente, el Ministro Interino de la Reforma Administrativa Katrougalos Georges, la némesis principal de la campaña es, «por supuesto», Zoe Konstantopoulou, la Presidente del Parlamento griego, ya emergiendo como una figura destacada de la izquierda radical griega. Dijimos «por supuesto» porque hay que decir que esta joven nunca se anduvo con rodeos cuando se ha tratado, por ejemplo, de nombrar a los jefes de los grandes escándalos de corrupción, y tiene también la costumbre de escribir muy fuerte sobre la adopción de medidas: La semana pasada creó una primera comisión de investigación para identificar quién y cómo llevó a los griegos a la catástrofe de la Troika y los memorandos. Un segundo anuncio fue la comisión de reparaciones de guerra alemanas, la restitución de antigüedades robadas por los ocupantes nazis y el reembolso del préstamo obligatorio griego para el Tercer Reich (que financió, entre otras, la campaña del general Rommel en el Norte de África). Y, sobre todo, una tercera comisión de auditoría de la deuda pública griega, ¡coordinada por el portavoz del CADTM Eric Toussaint!
Esta actividad no sólo es abrumadora sino iconoclasta porque su objetivo ataca al corazón del sistema, levantando la ira de los siervos del sistema (los medios de comunicación, los partidos burgueses, los aliados en el extranjero, las instituciones estatales…) especialmente contra la Presidenta del Parlamento, difundiendo machaconamente su imagen en la Asamblea Nacional, reunida con las asociaciones de inmigrantes indocumentados y de homosexuales, o en el momento en el que declara (en Nicosia y en presencia de las autoridades chipriotas!) que tomaría iniciativas para resolver el problema muy espinoso de Chipre, apoyándose en las acciones de los ciudadanos chipriotas griegos y turcos, dibujándola, de esta manera, con un perfil de Robespierre radical e intransigente…! No es de extrañar que la campaña de desprestigio contra Zoe Konstantopoulou se emplee a fondo, incluso yendo a presentarla como una «loca» y específicamente pidiendo su cabeza, es decir, su destitución.
Por contra, lo que es sorprendente es que en esta campaña de los principales medios de comunicación griegos (todos los canales de TV y los partidos de oposición, incluido el Partido Comunista) de la «casta» ¡también participa el gobierno y los medios de Syriza! La explicación no es difícil y nos lleva directamente al corazón del actual rompecabezas griego: iniciativas radicales o del tipo de las adoptadas por la Presidenta del Parlamento griego están mal vistas pues impiden dar vueltas cuando la mayoría de Syriza y el gobierno de Tsipras persisten en su mundanidad y en continuar predicando (aunque en el desierto) acuerdos y soluciones en «beneficio mutuo», ¡incluso cuando los «socios europeos» no ocultan su intención de silenciar a la «cacofonía griega»!
Por suerte, Zoe Konstantopoulou no es la primera a la que la sociedad griega, a pesar de todas las dificultades e incluso la «vacilación» del gobierno, siempre otorga un apoyo que se podría calificar de fenomenal: Según todas las encuestas, más del 65% -70 % de los griegos apoya la gestión del nuevo gobierno y más del 75% apoya al Primer Ministro Alexis Tsipras! Y aún más elocuente, al menos el 41% (según otras encuestas, el 45% o incluso 48%) de los griegos votaría mañana a favor de Syriza mientras sólo un 18% -21% prefieren a la derecha de Nueva Democracia ¡y menos del 3% a la Democracia Social PASOK! Pero cuidado: la sociedad griega tiene para 4 ó 5 años de clon del Weimar**.
La situación es tal que incluso los líderes de SYRIZA y el gobierno, empezando por el propio Alexis Tsipras, no ocultan que este estado de gracia podría fundirse en un tiempo récord. Y lo más probable es que no a favor de los partidos (ND-PASOK) que la gran mayoría de las personas dan por vencidos, sino por el siempre presente y arraigado neonazi Amanecer Dorado.
Si hoy podemos ser optimistas acerca del devenir, o más bien menos pesimistas por la creciente amenaza de los puntos de vista de extrema derecha y fascistas que se ciernen sobre Europa, se debe a iniciativas como la creación de la Comisión de Auditoría de la deuda griega adoptada por los líderes de la izquierda radical como Zoe Konstantopoulou. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la inmensa mayoría de la población, y podría y debería servir de punto de encuentro a todos los que en Europa rechazan las políticas de austeridad, quieren liberarse de la carga de la deuda, y están dispuestos a resistir la verdadera guerra librada por los ricos contra la inmensa mayoría de los ciudadanos europeos. Esto es así porque la deuda es la raíz de todos nuestros problemas y porque la auditoría de sus ciudadanos tiene una dinámica que puede llegar muy lejos en el desafío de este sistema económico bárbaro. Pero la creación de la Comisión de Auditoría de la deuda griega reunirá también, contra ella, tanto en Grecia como en Europa, a la élite de la Santa Alianza que nos gobierna, cada vez más autoritaria y antidemocrática.
De nuevo vemos a los de arriba, a los de la feria, que se preparan para defender sus intereses de clase por todos los medios. Por lo que depende de nosotros, los millones de ciudadanos de Europa, unirnos para defender a Grecia, que está sangrando pero resistiendo contra todo pronóstico. En resumen, hagamos todo lo posible para evitar la repetición de las trágicas experiencias del pasado: Grecia 2015 no debe ser dejada a solas con sus verdugos, al igual que la República española en 1936 contra el fascismo triunfante…
Notas
* Dr. Folamour es el nombre francés del » Dr. Strangelove » del film de Kubrick «Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme, y amar la bomba».
** La sociedad griega de estos 4-5 años, al igual que la República alemana de Weimar entre las dos guerras, se caracteriza por el colapso de la clase media y, especialmente, por un movimiento de péndulo en las otras franjas políticas extremas de la población que busca soluciones radicales a problemas serios.
Ver también: http://cadtm.org/Soixante-
Traducción de Liliana Pineda para Zonaizquierda.org