La convoca la FIOM, Federación Italiana de Obreros Metalúrgicos perteneciente al sindicato CGIL. Los lemas de la manifestación son los siguientes: «El trabajo es un bien común»; «Sí a los derechos, no a los chantajes». El sector del Metal, y en concreto, el automóvil y la FIAT han sido, durante los últimos 40 años, un […]
La convoca la FIOM, Federación Italiana de Obreros Metalúrgicos perteneciente al sindicato CGIL. Los lemas de la manifestación son los siguientes: «El trabajo es un bien común»; «Sí a los derechos, no a los chantajes».
El sector del Metal, y en concreto, el automóvil y la FIAT han sido, durante los últimos 40 años, un campo de batalla crucial en lo relativo a derechos del trabajo. Lo que ocurría en ese sector, se extendía después a muchos otros. La FIOM sabe que para bien y para mal el contrato nacional del Metal marcaba el camino del resto de los contratos. Viendo que ya hay un acuerdo separado en el modelo contractual, entienden que de hecho ha quedado cancelado el convenio colectivo. Es por eso que la manifestación de hoy es trascendental, y así lo han entendido muchos intelectuales y organizaciones (el movimiento por el agua pública, Emergency, Libera, el «pueblo violeta», Federación de partidos de Izquierda…) que se han adherido porque comprenden que la disyuntiva que ha propuesto el dirigente de la FIAT Sergio Marchionne en la fábrica de Pomigliano -o trabajo o derechos- es peligrosísima y que hay que pararla inmediatamente antes que se convierta en norma general. El Secretario de la FIOM, Cremaschi, advierte: «En Italia se está afirmando un sistema de poder cuyos principios se ideológicos se basan en la empresa. El coro de consenso que ha acompañado el chantaje de Pomigliano hace pensar que vamos hacia un régimen en el que habrá sólo una voz autorizada y que no admite el desacuerdo: el ordeno y mando de la empresa. Y se están llegando a poner en tela de juicio incluso los principios radicales de la Constitución».
El ministro del Interior avisó del peligro de que se produzcan incidentes debido a la participación de «grupos de extranjeros». El sindicato devuelve la tensión al ministro diciéndole que son ellos quienes deben garantizar la seguridad.
Se prevé una manifestación grandísima: tan grande como el vacío político que colma hoy la convocatoria del sindicato.
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