La capacidad del movimiento republicano para buscar el desbloqueo y el avance del proceso de paz se ha puesto nuevamente de manifiesto este fin de semana. La aprobación en la Asamblea Extraordinaria del Sinn Féin de la moción de su ejecutivo ha sido la última aportación republicana al proceso de paz. Frente a quienes presentan […]
La capacidad del movimiento republicano para buscar el desbloqueo y el avance del proceso de paz se ha puesto nuevamente de manifiesto este fin de semana. La aprobación en la Asamblea Extraordinaria del Sinn Féin de la moción de su ejecutivo ha sido la última aportación republicana al proceso de paz. Frente a quienes presentan esta situación como una muestra más de la «deriva reformista» del SF y del conjunto del movimiento republicano, es necesario mostrar el conjunto de la balanza.
Y si bien es cierto que para algunos miembros de la familia republicana los pasos dados en los últimos años no han sido fáciles de digerir (asamblea de Stormont, destrucción del arsenal militar del IRA, comunicado de éste anunciando el final de la campaña armada, etc.), esta estrategia también ha posibilitado transformaciones y cambios muy profundos que en ocasiones pasan desapercibidos en determinados medios de comunicación y en algunos círculos políticos. Así, desde que el movimiento republicano se implicó en el proceso de paz, la infraestructura militar británica en los seis condados se está desmantelando, con la reducción de tropas y la destrucción de instalaciones militares; la casi totalidad de los presos del IRA han sido puestos en libertad hace tiempo; la reforma de la sectaria RUC se ha puesto en marcha; y más recientemente se ha logrado que el MI5 no esté ligado a la estructura policial y la abolición del uso de las balas de plástico.
Además, y a pesar de todas las críticas, lo cierto es que en los últimos años nunca antes el movimiento republicano y la comunidad nacionalista han estado tan cerca de alcanzar responsabilidades de poder institucional en el conjunto de la isla. Y en el caso concreto de la moción aprobada, supone «la potencialidad, por primera vez, de que los republicanos irlandeses estemos presentes en las estructuras policiales del conjunto de la isla».
La lectura de esta medida supone una pieza más dentro de la estrategia republicana para lograr un sistema policial cívico que sea respetable para «toda la ciudadanía y representativo del conjunto de la comunidad». El Sinn Féin continua buscando el cambio y la transformación y todo ello en línea con la lucha que durante tantos años llevan adelante para lograr la unidad y la independencia de Irlanda.
El balón está en el tejado unionista, se ha terminado el tiempo de la ambigüedad, y Paisley y los suyos no deben intentar desviar la atención hacia la comunidad nacionalista. Si afrontan las diferencias y dificultades internas que en estos momentos se reproducen en su seno podrán seguir liderando al unionismo político, si vuelven a buscar obstáculos y a poner piedras en el camino del proceso, Londres y Dublín tendrán que acabar también con su condescendencia hacia el unionismo.
TXENTE REKONDO.- Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN).