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Italia, cuna de los indecisos

Fuentes: Página 12

Si es cierto que la batalla política es cada vez más encarnizada cuando falta un mes para las elecciones, y los partidos se sacan unos a otros los peores trapitos al sol, no es menos cierto que muchos electores siguen desorientados y están más preocupados por cómo llegar a fin de mes que por a […]

Si es cierto que la batalla política es cada vez más encarnizada cuando falta un mes para las elecciones, y los partidos se sacan unos a otros los peores trapitos al sol, no es menos cierto que muchos electores siguen desorientados y están más preocupados por cómo llegar a fin de mes que por a quién votar.

Italia no vivía una situación semejante desde la posguerra. En 2011, el Istat, el instituto oficial de estadísticas, registró que ocho millones doscientas mil personas (casi el 14 por ciento de la población) vivía en la pobreza relativa, es decir, que ganaban menos de mil euros por mes. En 2003, los pobres relativos eran 2,3 millones. Algunos analistas van más lejos todavía y aseguran que la situación actual es igual a la que Italia vivía hace 27 años, en 1986, porque el nivel de ingresos en relación con el costo de la vida es equivalente, aunque antes se tratara de liras y ahora de euros.

Las pequeñas empresas, que han tenido siempre un gran arraigo en la península, aseguran que el consumo está al mismo nivel que hace 15 años (el Istat dice que hubo una disminución del consumo del dos por ciento en el último año) y piden que el próximo gobierno presente un plan claro y agresivo para estimular la demanda interna. Para eso marcharán por las calles de Roma el próximo lunes. Rete Impresa, la organización que nuclea a los artesanos, los pequeños comerciantes y pequeñas empresas en general, asegura que este año el ingreso medio de las familias italianas girará en torno de los 17.000 euros, lo que significa una pérdida de 900 euros en comparación con el año pasado.

Confcomercio, por su parte, la organización de los comerciantes, sostiene que en 2012, en Italia, han cerrado sus puertas una media de 60 negocios por día. Pequeños, medianos, grandes, lo cierto es que por las calles comerciales de Roma empiezan a verse demasiados locales semivacíos con el fatídico cartel «Se vende todo por cierre» o directamente «Se alquila». Muchos de ellos aguantaron hasta las fiestas navideñas y las liquidaciones invernales, que cada año empiezan, días más días menos, el 5 de enero. Fue la última oportunidad para vender algo.

Pero un dato más alarmante todavía fue publicado ayer por Unioncamere, el ente que reúne las distintas Cámaras de Comercio de Italia, según la cual en 2012 se crearon 383.883 empresas, pero se fundieron 364.972, lo que significa que casi mil empresas fueron a la bancarrota por día, 24.000 más que el año precedente. Y sobre todo en el norte del país.

Curiosamente, sin embargo, siempre según Confcomercio, las empresas fundadas por jóvenes menores de 35 años, por mujeres y por inmigrantes, han subsistido mejor a la tremenda crisis, especialmente en sectores como turismo, comercio y servicios para empresas e individuos. En efecto, los inmigrantes, generalmente ligados al comercio de manufacturas provenientes de otros países, como China, y que venden no en negocios formales sino en las llamadas «bancarelle» o bancos de venta en mercados al aire libre, han sobrevivido mejor a la crisis porque la empobrecida población busca los productos que ellos venden, porque cuestan menos que los italianos.

Toda esta situación se vio agravada, especialmente durante 2012, por la desocupación creciente, la reforma jubilatoria, los cientos de casos no aclarados de jubilados frustrados, quienes acordaron directamente con sus empleadores jubilaciones ilegítimas, la aplicación de nuevos impuestos y el aumento de otros ya existentes, ejecutados por el gobierno del primer ministro Mario Monti. A este cuadro se debe agregar la agresiva campaña contra la evasión fiscal iniciada hace algunos meses, para obligar sobre todo a los ricos, pero también a aquellos comerciantes poco propensos a tributar, a que paguen sus impuestos y a que los paguen como corresponde, de acuerdo con sus bienes y sus niveles de ingresos y de ganancias. Un tema escabroso ante el cual varios gobiernos habían hecho la vista gorda.

Los partidos y formaciones políticas que participan de la próxima contienda electoral hablan mucho de reformular algunos impuestos, como el IMU (inmobiliario) y otras tasas, de la necesidad de fomentar la ocupación y de estimular la producción, pero de manera muy general. El problema será ver cómo lo haría cada partido si llegara al gobierno y cuándo. La mayoría de la población cree poco en las promesas electorales porque, como se sabe, de buenas intenciones está sembrado el camino del infierno. Además, porque cada día salen a relucir nuevos escándalos, de abusos, de corrupción, que salpican a unos y a otros. Gianni, empleado en un consultorio médico, contó a esta corresponsal que él y su esposa habían hecho un análisis cuidadoso de cada partido para decidir a quién votar. «De los grandes, todos han tenido algún escándalo de corrupción. Los pequeños, más o menos recién nacidos, ¿cómo te podés confiar? Decidiremos a último momento.»

De acuerdo con los últimos sondeos, una parte de la población sigue creyendo que «más vale malo conocido que bueno por conocer» y votaría a Silvio Berlusconi, que obtendría alrededor del 25 por ciento de los votos, aunque no le permitiría tener la mayoría en las dos cámaras. Tampoco, hasta ahora, podría lograrlo el candidato del centroizquierda, Pierluigi Bersani, aunque sigue siendo favorito en las encuestas, con el 38 por ciento de intención de votos, seguido por los partidos menores, como el Centro, de Mario Monti (16 por ciento); Cinco Estrellas, del cómico Beppe Grillo (12,8), y Revolución Civil, del ex juez Antonio Ingroia (4.6), quienes pueden ser determinantes a la hora de forzar alianzas, como también lo serán los miles de indecisos que los partidos se disputan unos a otros en el tramo final de la campaña.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-212644-2013-01-26.html