Ni Estados Unidos ni la UE habían respetado el acuerdo del 21 de febrero entre la coalición del Maidán y el gobierno de Yanukovich, que fue negociado por los ministros de relaciones exteriores de Francia, Alemania y Polonia. El pacto incluyó unas elecciones presidenciales anticipadas, la formación de un gobierno de unidad nacional y la […]
Ni Estados Unidos ni la UE habían respetado el acuerdo del 21 de febrero entre la coalición del Maidán y el gobierno de Yanukovich, que fue negociado por los ministros de relaciones exteriores de Francia, Alemania y Polonia. El pacto incluyó unas elecciones presidenciales anticipadas, la formación de un gobierno de unidad nacional y la vuelta a la Constitución de 2004, en sustitución de la vigente desde 2010.
Los nuevos mandatarios en Kiev derrocaron al gobierno electo, tomaron el poder y nombraron a grupos de extrema derecha en la cabeza de la policía, el ejército y la guardia nacional para llevar a Ucrania a la OTAN, con la tácita aprobación de Estados Unidos que actúa como cómplice en la negación de los derechos del pueblo ucraniano, siendo una provocación para toda la región.
La población del Este y Sur de Ucrania, indignados por este gobierno surgido por un golpe de estado, han intentado resistir declarando una república independiente en Donetsk y pidiendo un referéndum. En respuesta, el gobierno de Kiev ha permitido que sus fuerzas militares y otros fascistas aterroricen al pueblo ucraniano. Washington gastó más de 5 billones de dólares para el golpe de estado en Ucrania, ayudando a llevar al poder una junta dominada por organizaciones fascistas, racistas y antisemitas como Svoboda y el Sector Derecho. Stepán Bandera fue un héroe legendario para los nazis de Ucrania, porque había trabajado con las fuerzas de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, con el fin de deshacerse de los rusos de Ucrania y de los judíos, para lograr un 100% de ucranianos étnicos.
Ucrania había firmado en Bielorrusia, un acuerdo el 5 de septiembre llamado el protocolo de Misnk, junto con los líderes de esas dos regiones separatistas y con el embajador de Rusia en Ucrania con la OSCE. Las negociaciones en Misnk lograron producir un alto al fuego tambaleante a principios de septiembre, pero no se detuvo por completo la violencia, ya que hubo tensión en la frontera entre las zonas controladas por los leales a Kiev y las fuerzas rebeldes, como los combates sobre las ruinas del aeropuerto internacional de Donetsk. El primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, llamó a abandonar las conversaciones de Minsk por completo y volver al formato de las negociaciones de Ginebra del mes de Abril. A diferencia de las conversaciones de Kiev, las conversaciones de Ginebra no incluyeron representantes de las fuerzas rebeldes. Los dirigentes de Kiev estiman que el formato de Ginebra no logró detener a las regiones del este de Ucrania, por lo que ni siquiera comenzaron a implementar el acuerdo y en vez de avanzar hacia una reforma política, enviaron sus tropas a bombardear las ciudades rebeldes. Las elecciones celebradas hace unas semanas en Ucrania, se llevaron a cabo en una atmósfera de miedo y coacción. Los candidatos han sido atacados y hubo casos de intento de asesinato. Junto a la intimidación y la violencia, el aumento de los controles de medios y la censura impidieron una diversidad de puntos de vista.
A pesar de las circunstancias poco razonables en las cuales las elecciones anticipadas se llevaron a cabo, Estados Unidos y la Unión Europea dieron su apoyo al proceso y a los resultados. En cambio, estos países pidieron que no se celebrasen las elecciones del dos de noviembre en Ucrania Oriental. El 29 de octubre, la Unión Europea publicó una declaración condenando los planes del gobierno de Rusia, para el reconocimiento de los resultados de las elecciones en Nueva Rusia y condenó las elecciones en Ucrania Oriental.
Las elecciones parlamentarias en Ucrania dieron la victoria a una serie de partidos de derecha nacionalista, en una votación que fue boicoteada por la gran mayoría del electorado en el este del país. El bloque de Petro Poroshenko que consiguió ser elegido como presidente del país con el 23 por ciento de los votos emitidos, seguido por el Frente Popular del primer ministro actual Arseniy Yatesenyuk, que obtuvo el 21 por ciento. La participación se estimó en un 40 por ciento, con grandes diferencias entre el este y el oeste del país.
El comité Electoral Central estimó la participación de votantes en la ciudad suroccidental de Odessa en apenas en 13,2 por ciento y en Donestk y Lugansk el 14,6 y 13,1 por ciento respectivamente. En mayo, decenas de personas murieron en Odessa cuando las fuerzas fascistas pro-Kiev, atraparon a manifestantes antigubernamentales en el edificio sindical local, masacrándolas y luego provocaron que ardiese el edificio.
El gobierno de Poroshenko pretende utilizar las elecciones para proporcionar una hoja de ruta democrática para la imposición de medidas de austeridad exigidas por el FMI y la UE. Los medios de comunicación occidentales están aclamando las elecciones como un triunfo de la democracia ucraniana y un signo de orientación «pro-europea» de la población. Esta estrategia forma parte del esfuerzo para dar legitimidad a la guerra civil, que se llevó a cabo en contra de las regiones separatistas pro-rusas en el este y la aplicación de los recortes profundamente impopulares en el gasto social.
Según el primer ministro de la República Popular de Donestk, el «partido de la guerra» ha ganado las elecciones de 2014 en la Rada. Días después de las elecciones, el 29 de octubre, sin dar ninguna explicación las autoridades de Kiev se retiraron del acuerdo de delimitación del 11 de octubre que habían firmado con Poroshenko, para la creación de una línea de demarcación bajo una frontera desmilitarizada con un acuerdo de alto al fuego, siendo una señal de que la tregua firmada en Minsk está siendo abandonada por Kiev. La ley sobre la auto-administración en algunas partes de las regiones de Donetsk y Luhansk fue aprobada por el Parlamento de Ucrania el 16 de septiembre, tras el acuerdo de 05 de septiembre de alto el fuego entre Kiev y los partidarios de la independencia. Según el acuerdo, Kiev se vio obligado a garantizar las elecciones locales en las dos regiones.
El 9 de noviembre, las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk celebraron elecciones para los jefes de los gobiernos locales y los representantes de los órganos legislativos. Tras la votación, el presidente de Ucrania, dijo que su país no reconocería los resultados de las elecciones y anunció sus planes para presentar una abolición de la ley que concede un estatus especial a las regiones para la seguridad nacional de Ucrania y el Consejo de Defensa.
Las tensiones en el este de Ucrania van en aumento después de la autoproclamada elección celebrada en Donetsk y Lugansk. Ucrania y sus patrocinadores, la consideran una burla irrelevante y una violación del acuerdo de Misnk, Rusia dijo que respeta la elección de las personas que viven en las regiones separatistas, pero no llegó a reconocerlas formalmente, mientras Washington dijo que las elecciones daría lugar a mas sanciones económicas contra Rusia.
El cambio de postura tras las elecciones, puede provocar una posible reanudación de las hostilidades en el este de Ucrania. Los rebeldes informaron de una gran acumulación de tropas ucranianas cerca de la línea de separación esperando un ataque masivo en cualquier momento, mientras Kiev aseguraba que dichas acusaciones eran falsas. Las acusaciones de una escalada de las tensiones también han llegado desde Kiev. Andrey Lysenko afirmó que Rusia ha enviado 32 tanques, 16 obuses, 30 camiones de municiones y tres camiones con equipos de radar a las zonas controladas por los rebeldes, pero él no ofreció a dar ninguna prueba de su afirmación.
Con las recientes elecciones en Ucrania, se ha creado una representación política en la Rada, soñada desde el inicio de la desestabilización de Ucrania en Febrero por los actores extranjeros. El objetivo de llenar el parlamento con los políticos que albergan ideas radicales y un fuerte sentimiento anti-ruso se ha logrado. La información que se ha filtrado en los últimos meses ha permitido certificar que estos batallones privados son financiados por oligarcas cercanos a actores extranjeros, sobre todo en EE.UU.
Las tropas ucranianas habían reanudado su pesado bombardeo de ciudades en las antiguas repúblicas en Lugansk y Donestk, dos regiones que se habían unido como una nueva nación, llamado Novorusia. El gobierno de Obama y el Pentágono están avivando las tensiones militares con Rusia a raíz de las elecciones parlamentarias del 26 de octubre en Ucrania. Durante el mes de noviembre se produjo la lucha más feroz en las ciudades de Donetsk y Luhansk desde la firma de un acuerdo de alto el fuego a principios de septiembre. La ofensiva militar por parte del gobierno de Kiev está siendo acompañada por amenazas contra Rusia por parte de los países de la OTAN.
Rusia ha pedido a Ucrania que se adhiera al proceso de paz de Misnk y ha refutado las afirmaciones de que estén desplegando tropas adicionales en la frontera. Kiev ha acusado a Rusia de invadir de nuevo Ucrania, pero no se han aportado ninguna prueba. En medio de la amenaza de la escalada, Rusia está llamando a una nueva ronda de conversaciones en la capital de Bielorrusia.
De acuerdo con los separatistas, los tanques del ejército de Ucrania están avanzando hacia Donetsk, acusando al ejército ucraniano de bombardear zonas residenciales y el uso de artefactos incendiarios. En informes de organizaciones humanitarias como Human Rights Watch, confirman el uso de este tipo de bombas en la región de Donetsk.
El régimen de Kiev y sus partidarios en Washington acusaron a Rusia de enviar tanques y otros equipos militares a través de la frontera para fortalecer las organizaciones separatistas. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que cuenta con un equipo de observadores en la región, informó que dos convoyes de 40 camiones y nueve tanques se habían movido hacia el este, en la región de Donbass.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, firmó el acuerdo de alto el fuego de Minsk después de que fuerzas del gobierno de Ucrania en el este habían sufrido grandes derrotas. El régimen de Kiev espera utilizar la tregua para ganar tiempo para estabilizar su gobierno y reorganizar su ejército.
El gobierno de los Estados Unidos se está preparando para entrenar a militares de Ucrania y batallones de castigo en las técnicas de combate antes de que finalice el año. El objetivo es preparar a los ucranianos para luchar en Donetsk y Lugansk, en una capacitación que se llevará a cabo en el centro educativo Starichi en el oeste de Ucrania.
Estados Unidos y la OTAN están llevando a cabo una nueva serie de ejercicios militares en Europa del Este y los países bálticos, consistentes en fuerzas de reacción rápida entre 5000 y 7000 soldados que pueden llegar a la zona de combate dentro de dos a cinco días. El plan de acción dirigió contra la Federación de Rusia se decidió en la Cumbre de Gales, del pasado mes de septiembre. Los ejercicios militares de la OTAN que implican la participación de nueve países miembros de la Alianza Atlántica, se pusieron en marcha en Lituania el dos de noviembre.
El ejército ucraniano ha estado reorganizándose desde la tregua y podría estar esperando al clima cálido de la primavera en 2015, para lanzar una nueva ofensiva en el este de Ucrania. La guerra en Ucrania se utiliza como un tablero de ajedrez geopolítico por Washington y la Unión Europea contra Moscú, mientras la población ucraniana se enfrenta a la crisis política, las medidas de austeridad y la crisis económica. En estas circunstancias, es posible que aumenten las protestas en la zona oeste del país, debido a los recortes sociales.
La estrategia de Kiev no está clara y es difícil predecir la evolución futura de las próximas semanas. Lo que está claro es que las facciones más violentas continúan empujando para una reanudación del conflicto. Lo más probable es que la situación actual no se mantenga, bajo un invierno que puede producir un conflicto congelado o si será un preludio de combates a gran escala en para la próxima primavera.
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