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Confesión chocante del jefe técnico y excusas de los directivos

Krsko: la avería nuclear tenía que permanecer secreta

Fuentes: La Stampa

Traducido por Gorka Larrabeiti

El hombre que gestiona la central de Krsko hubiera preferido lavar en casa la ropa sucia, potencialmente radiactiva. La pasada noche, nada más empezar a apagar la instalación, Stanislav Rozman dirigió una nota informativa a algunos operadores europeos para contar su versión de los hechos y excusarse por la polvareda que se ha levantado acerca de algo que los técnicos definen un «suceso insólito». «La amplia difusión de la noticia en la opinión pública -se lee en el texto que debía haberse mantenido confidencial- la provocó el mensaje de la autoridad eslovena para la energía. Disculpen…»
Rozman da a entender que comunicar fue un error. El Ente esloveno para la seguridad nuclear ha admitido que en el sistema de alerta de la avería alguien se equivocó y no informó de modo correcto a las autoridades austriacas. Vale como excusa parcial el hecho de que el mecanismo Ecurie, la estructura de alarma de la unión nuclear, no había entrado en zona operativa. El director de la Autoridad de Lubiana, Andrej Stritar, admitió que «en un primer momento se usó el módulo para las ejercitaciones, pero el error se corrigió».
Rozman cuenta la historia como si quisiera justificar su sensación de que se haya hecho mucho ruido por poca cosa: «A las 15:56 se declaró el suceso insólito. La reducción de potencia comenzó a las 16:50. La instalación estaba desconectada a las 19:31. La instalación estaba estabilizada al cabo de tres horas y 3 minutos. No se produjo ninguna disfunción añadida. No fue necesario activar los sistemas de seguridad».
En otro documento reservado, escrito probablemente a eso de las nueve del miércoles, el propio Stritar subrayó que apagar el reactor implicaba comunicar lo sucedido a la Agencia de Energía Atómica, a Ecurie y a los países limítrofes. La Comisión Europea actuó en consecuencia, quizá con ímpetu, virtud que en estos casos no resulta excesiva. Fuera como fuera, la noticia tenía que salir. Pero no según Rozman, dispuesto a arrepentirse por una molestia mediática de la que, por lo visto, podría haber prescindido si hubiera podido.

Fuente: http://www.lastampa.it/redazione/cmsSezioni/cronache/200806articoli/33458girata.asp

Gorka Larrabeiti es miembro de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a sus autores, al traductor y la fuente.