Unos pocos votos y un número indeterminado de escaños adicionales decidirán las elecciones regionales de Baja Sajonia. Los demócratacristianos (CDU) de Merkel y su socio liberal (FDP) han empatado técnicamente con el Partido Socialdemócrata (SPD) y los ecologistas Verdes.
«Va a ser una noche larga» advirtió la directora de la Oficina Electoral de Baja Sajonia, Ulrike Sachs, a las 8 de la tarde, anunciando un resultado para «mucho más allá» de las 10:30.
Por el empate técnico que se ha producido, según las encuestas, muchos colegios electorales han preferido contar otra vez los votos. El impasse ha evitado que la canciller Angela Merkel y su bipartito, formado por su Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el Partido Liberaldemocrático (FDP), perdieran otras elecciones regionales.
Una derrota habría sido un mal inicio y un peor augurio para un año que en setiembre debe culminar en su reelección en los comicios generales.
Aun así su ministro-presidente David McAllister tendrá que explicar la pérdida de unos seis puntos que dejó a la CDU en el 36 %. Absolutamente inesperado es que su socio liberal lograra casi 10 puntos cuando los sondeos le daban un poco más del 5% que determina si una formación entra en el hemiciclo de Hannover. Por lo general, los sondeos en Alemania no suelen equivocarse de esta manera. McAllister dijo que su partido no hizo ninguna campaña secreta para que una parte de sus afiliados votase al FDP. Según recientes estudios, más de 100.000 votantes se fueron de la CDU a los liberales.
Este inesperado resultado beneficia al vicecanciller y ministro de Economía de Merkel, Philipp Rösler, porque algunos de sus rivales internos ya habían puesto en marcha una operación para quitarle la presidencia del partido en un congreso extraordinario. Se ha ganado la opción de decidir si quiere liderar a la formación como candidato a canciller o no.
La misma suerte ha tenido el candidato a canciller socialdemócrata, Peer Steinbrück. Dado que el SPD regional subió dos puntos, llegando al 32 %, se libra de otro debate sobre si es la persona adecuada para tal puesto. Steinbrück reconoció en rueda de prensa junto al presidente del SPD, Sigmar Gabriel, que «en parte» había sido también responsabilidad suya que no hubiera más apoyo desde Berlín para sus correligionarios de Baja Sajonia.
El socialdemócrata Stefan Weil aún puede convertirse en sucesor de McAllister gracias a los Verdes, que dieron un salto de más de cinco puntos superando el 13 %, nuevo récord para esta formación. Su candidato a canciller Jürgen Trittin ve posible que, junto con el SPD, se repita esta situación en las elecciones generales. Un bipartito en Hannover les daría la mayoría de votos en la segunda cámara del Parlamento.
Fuera del hemiciclo regional se han quedado el Partido Pirata y el partido socialista Die Linke (La Izquierda). El primero se queda en el 1,9 % de los votos. Die Linke se ha quedado sólo en el 3%, confirmando los peores pronósticos. Visiblemente afectados aparecieron sus dos copresidentes Katja Kipping y Bernd Riexinger ante la prensa porque después de tantas derrotas su partido ha dejado de ser una fuerza política en el oeste alemán. Cara a las elecciones generales la situación se va a complicar más porque el presidente del SPD, Gabriel, prometió que hará la campaña diciendo que «cada voto para los Piratas o el Linke es un voto perdido». Añadió que quien quiere el cambio de Gobierno tendrá que votar al SPD o a los Verdes. Die Linke ha propuesto varias veces a ambas formaciones formar un tripartito.
Avanzada la noche el ministro-presidente en funciones McAllister anunció que estaría dispuesto a formar una «gran coalición» con el SPD, opción que se baraja también para Berlín.