Traducción del francés para Rebelión por Juan Carlos Postigo Ríos
En seguida se reconoce la verdadera orien tación de clase de un partido por la forma en que reacciona ante los acontecimientos políticos, por su capacidad de considerar las nuevas situaciones y de proporcionar una orientación política correcta. A juzgar por la reacción de la LCR (Liga Comunista Revolucionaria) en Francia por la reciente crisis de Georgia, está claro que las concepciones de este partido en materia de política exterior corresponden en gran parte a la de la élite dirigente del país.
La LCR, fundada en 1969, se está convirtiendo en un » nuevo partido anticapitalista» (NPA). La Liga presenta este partido como una alternativa socialista a los partidos políticos burgueses y sería totalmente independiente del Partido Socialista, el cual está completamente desacreditado . Pero su reacción a la guerra en Georgia no dista mucho de la del gobierno francés, apoyada también por el Partido Socialista.
En principio, hay que señalar que la LCR otorga muy poca importancia a un acontecimiento que domina, sin embargo, la actualidad desde hace semanas y que nos acerca peligrosamente a un posible conflicto armado entre Rusia y los Estados Unidos, dos potencias nucleares. En su página web, donde toma una posición a diario sobre asuntos sociales y políticos e informa de las últimas intervenciones de su portavoz, Olivier Besancenot, sólo hay un breve comunicado de una veintena de páginas sobre la guerra en el Cáucaso. Y está tan bien escondido que sólo se puede encontrar con la ayuda de la opción » Rechercher » .
Por su contenido, la toma de posición de la LCR se hace eco de la actitud adoptada por los gobiernos europeos, que se preocupan por el estallido de las hostilidades en el Cáucaso y defienden al presidente francés Sarkozy que, en calidad de presidente del Consejo de la Unión Europea, ha negociado un alto el fuego. Al igual que Sarkozy y la Unión Europea, la Liga toma la postura del que está por encima de los partidos y desea la paz, y presenta bajo los colores más favorables el papel jugado por éstos últimos.
De manera salomónica, la organización declara: «Pero las razones de este conflicto son múltiples y los fallos compartidos», y formula que todos los protagonistas tienen el mismo grado de responsabilidad.
Escribe, con comprensión, a propósito del ataque a Osetia del Sur por parte de Georgia que desencadenó la guerra: » La ofensiva, probablemente mal calculada, lanzada por los responsables georgianos está motivada a la vez por la voluntad de hacer respetar la integridad territorial de un estado de límites discutidos y la de afirmarse política y militarmente frente al vecino ruso «.
La LCR reprocha a los dirigentes rusos de querer «mostrar a la U.E. y a los EE.UU. que están volviendo como fuerza imperialista de primer plano, que reivindican el papel de policía regional y que la entrada en la OTAN de varios países y regiones antaño miembros del Pacto de Varsovia continua siendo una amenaza para ellos «.
Y en cuanto a la responsabilidad de la OTAN, escribe con mansedumbre: «Desde este punto de vista, la responsabilidad de los dirigentes occidentales está comprometida, ya que ellos son los que deciden si ampliar o no la OTAN, organización a la que Georgia pretende adherirse».
Finalmente , la LCR dice que los dirigentes rusos y georgianos presentan grandes similitudes: «Los dos son ultranacionalistas, autoritarios y militaristas, y la mayoría de la población de estos países no sacará partido de dicho conflicto».
El comunicado termina con un llamamiento general a la fraternidad de los pueblos: «Al otro lado de las fronteras, los intereses del mundo del trabajo son los mismos para todos. La fraternidad debe imponerse, pasando por el respeto del derecho de todos los pueblos a disponer de ellos mismos…Todo eso hace que sea necesaria la construcción de un movimiento de solidaridad internacional entre los pueblos».
Este tipo de llamamiento a la comprensión entre los pueblos es, en el fondo, pacifista, totalmente compatible con la política exterior de Sarkozy y de su ministro de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner.
La LCR escamotea todos los asuntos esenciales: las consecuencias catastróficas de la disolución de la Unión Soviética, provocando una nueva erupción de conflictos nacionales, manipulados y explotados por las grandes potencias; el movimiento agresivo del imperialismo estadounidense y europeo hacia las reservas de gas natural y petróleo del mar Caspio y de Asia central, y el cerco militar de Rusia que lo acompaña; la responsabilidad de los Estados Unidos y de su marioneta georgiana, Saakachvili, que han provocado esta guerra por el ataque nocturno de la capital de Osetia del Sur; y por último, la complicidad de Francia, Alemania y otras potencias europeas que defienden sus propios intereses estratégicos en la región y que, a pesar de sus diferencias tácticas, han tomado parte claramente a favor de los EE.UU.
El régimen ruso de Putin y Medvedev no merece evidentemente ni confianza ni apoyo. Este régimen representa los intereses de la clase dirigente de los nuevos ricos que ha destruido y saqueado la Unión Soviética y que reprime a la clase obrera. Pero borrando las causas de la guerra en el Cáucaso, haciendo compartir la responsabilidad de éste de manera semejante a todos, y acompañando a los llamamientos generales a la fraternización de los pueblos, la LCR desarma a la clase obrera frente a los enormes peligros que la amenazan por parte de la política agresiva del imperialismo estadounidense y europeo. Otorga credibilidad a la política del gobierno francés que oculta, éste también, sus deseos imperialistas tras las generalidades sobre la paz, la fraternidad de los pueblos y la autodeterminación.
No es la primera vez que la política exterior de Sarkozy disfruta del apoyo de la LCR. La independencia de Kosovo de Serbia que el ministro de Asuntos Exteriores francés, Kouchner, avanzó de manera determinante, fue apoyada sin reservas por la LCR.
Por otra parte, Kouchner es un viejo conocido del fundador de la LCR, Alain Krivine. En los años 60, los dos se encontraban en la dirección del CVN (Comité Vietnam Nacional). Más tarde, Kouchner se unió al Partido Socialista y tras el éxito electoral de Sarkozy, se pasó al bando de éste. Krivine ha sido hasta hoy un dirigente determinante de la LCR.
La balcanización del Cá ucaso
El comunicado de la LCR está fechado el 12 de agosto, cinco días después del ataque de Tskhinvali por parte de Georgia. Hace más de un mes que la Liga no se pronuncia sobre el conflicto georgiano, aunque los acontecimientos se hayan precipitado y la presidencia francesa de la Unión Europea haya jugado un papel muy activo. Este silencio es, también, una forma de complicidad.
Sólo la edición del 4 de septiembre de Rouge , el periódico de la LCR (que no se editó durante el mes de agosto), contiene otro breve artículo sobre el conflicto caucásico, que no es de su redacción, pero consiste en extractos de una toma de posición del grupo ruso Vpered («Adelante«).
Vpered describe la guerra en el Cáucaso como un conflicto entre dos bloques imperialistas y pone a Rusia y a los Estados Unidos sobre el mismo plano. Haciendo el esfuerzo, sin duda alguna, de distanciarse con respecto a l régimen de Putin, este grupo escribe: «Rechazamos toda solidaridad con el imperialismo ruso, así como todo apoyo al Estado de Putin y Medvedev».
Vpered se hace llamar al mismo tiempo «partidario(s) de una solidaridad entera e incondicional con el pueblo oseto», y dice apoyar «el derecho de Osetia del Sur a la autodeterminación, hasta la independencia de Georgia y la creación de un estado independiente o la unificación con Osetia del Norte, como componente de la Federeción de Rusia».
La posición de Vpered sufre una contradicción insoluble, porque confía la protección de los osetios a este régimen ruso incluso con respecto al cual se distancia. El artículo dice: «Así, la relación de fuerza concreta de la escala internacional, al igual que la gran debilidad del movimiento obrero internacional y georgiano hace que hoy la población de Osetia no tenga otros defensores que los ejércitos de la Rusia imperialista».
La edición de septiembre de la revista en inglés del Secretariado Unificado del que forma parte la LCR, International Viewpoint, contiene igualmente dos artículos sobre el conflicto del Cáucaso: el texto ya citado de Vpered y un artículo redactado por la revista británica Socialist Resistance.
Ésta última califica también el conflicto del Cáucaso de «guerra imperialista que enfrenta a los imperialismos ruso y estadounidense, siendo Georgia la representante de Estados Unidos»; sin embargo, da a los Estados Unidos una responsabilidad claramente mayor de la que les otorga Vpered.
Pero los dos artículos llegan a sus conclusiones. Vpered y Socialist Resistance se declaran sin reservas a favor del principio de autodeterminación nacional, defendiendo » incondicionalmente el combate de los osetios por la autodeterminación», como dice Vpered.
Una realización consecuente de este principio tendría como resultado la balcanización total del Cáucaso, su división en incontables mini-estados de base étnica y en conflicto perpetuo por de sus fronteras, reprimiendo y persiguiendo a las minorías étnicas, y convirtiéndose, dado que no son viables en una economía mundializada, en el juguete de las grandes potencias. Desencadena un escenario terrible parecido al que tuvo lugar en los Balcanes desde la desaparición de Yugoslavia y como puede observarse en una parte del Cáucaso.
Los marxistas defienden desde hace mucho tiempo el punto de vista de que la solución del asunto nacional tiene que ir de la mano de la revolución socialista. No es sino una federación socialista la que puede garantizar una existencia pacífica y equitativa de las numerosas nacionalidades que hay en el Cáucaso.
La r evolución de octubre ha producido dicha solución, que fue sin embargo saboteada por el chovinismo de la Madre Rusia y la burocracia estalinista creciente. Ya Lenin se había, poco antes de su muerte, enemistado con Stalin a propósito del asunto georgiano. Con la desaparición de la Unión Soviética, los conflictos nacionales se encendieron y fueron utilizados por las potencias imperialistas para penetrar en el Cáucaso y en Asia central.
Resulta revelador que la LCR y sus amigos políticos del plano internacional no tomen siquiera en consideración una solución socialista ni hagan referencia a la experiencia de la Unión Soviética. Esto dice mucho sobre tu orientación social. La insistencia sobre la formación de un Estado se ha convertido en la marca de fábrica de los pequeños elementos burgueses que aspiran a la ascensión social y a una relación privilegiada con las potencias imperialistas.
(Artículo original publicado el 11 de septiembre de 2008)
http://www.wsws.org/francais/News/2008/sep08/glcr-s15.shtml