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Entrevista a Teresa Córdova, militante de la Unión de Juventudes Socialistas del Movimiento Socialista de Trabajadores (UJS-MST), de Puerto Rico

«La huelga de la UPR ha sido el mayor obstáculo para las políticas neoliberales del Gobierno»

Fuentes: Diagonal

Teresa Córdova es una estudiante de Humanidades en la Universidad de Puerto Rico, y activista del movimiento estudiantil que ha puesto en marcha uno de los conflictos estudiantiles más conflictivos y largos contra la ola de mercantilización de la educación que recorre el planeta.

Este conflicto está siendo duramente reprimido por el Gobierno que, aprovechando la resaca del mismo, está lanzando una política de detenciones contra activistas destacados del movimiento. Es el caso de Ibrahim García, uno de los portavoces del movimiento y miembro de la UJS, al que las autoridades piden, por su participación activa en las movilizaciones, una pena de 15 años de cárcel bajo acusación de «agresión agravada a un guardia universitario».

Diagonal: En primer lugar, ¿podrías explicarnos brevemente por qué se desata el conflicto estudiantil en Puerto Rico y a qué demandas obedece el levantamiento estudiantil?

Teresea Córdova: El conflicto actual en la Universidad de Puerto Rico surge ante la imposición de una cuota de $800 dólares por encima del costo de matrícula. Ya en abril pasado el estudiantado se había lanzado a la huelga en respuesta al intento, por parte de la administración universitaria de eliminar las exenciones de matrícula a los y las estudiantes talentosos en las áreas artísticas, deportivas y académicas. Durante las negociaciones para aquel entonces, nos enteramos de la eufemísticamente llamada Cuota de Estabilización Fiscal y por ésta nos lanzamos a la huelga en diciembre. Además, el estudiantado exige la salida inmediata de la Policía del campus universitario y que se adopten alternativas para que hayan fondos recurrentes para que la Universidad pueda operar. Por supuesto, también demandamos el que no hayan -como han habido- sanciones contra estudiantes, profesores y trabajadores que formaron parte de las manifestaciones.

D.: El ya largo ciclo de movilización estudiantil ha tenido que ir, de alguna forma, adaptándose a las circunstancias de la dinámica movilizadora, ¿podrías contarnos qué sectores estudiantiles (y de fuera de la universidad) han confluido en la protesta y de qué tipo de estructuras se ha dotado el movimiento para coordinar e impulsar las Huelgas?

T.C.: Ambas huelgas, la de verano y la que comenzó en diciembre se han caracterizado por la horizontalidad. El estudiantado, organizado en frentes amplios denominados Comités de Acción, se reúne regularmente en lo que es llamado el «Pleno de Huelguistas», un espacio de discusión y toma de decisiones. Así, tanto estudiantes de organizaciones políticas como los que no, debaten abiertamente las estrategias a seguir. Entre todas y todos se deciden actividades y en cierta forma, entre todas y todos se coordinan. Esta estructura organizativa, que surgió en parte gracias al germen de lo que una vez fue el Comité de Estudiantes en Defensa de la Educación Pública, permite una participación más heterogénea del estudiantado.

En cuanto a sectores fuera del estudiantil, ambas huelgas han contado con el apoyo de sectores del profesorado y de los empleados no docentes, así como de organizaciones políticas a nivel nacional y sindicatos como la Federación de Maestros de Puerto Rico, que también estuvo en huelga para el 2008. El sector magisterial, aparte del universitario, ha sido otro de los grandes riesgos para el Gobierno actual. Es por esto, por ejemplo, que le han suspendido las licencias de toda su directiva. No hay mejor muestra del efecto sobre la administración actual, que los continuos incidentes de brutalidad policial contra manifestantes, y la persecución política contra los líderes huelguistas.

D.: A grandes rasgos, ¿qué supone esta irrupción del conflicto estudiantil para la dinámica política general de Puerto Rico?, ¿qué impactos puede tener para un posible proceso de cambio en Puerto Rico o o los límites se establecen bajo los muros de las universidades?

T.C.: Definitivamente el conflicto estudiantil primero que todo, ha sido un gran problema para el gobierno de turno. Ha sido la huelga de la UPR, aún dentro de todos sus defectos, el más grande obstáculo a las políticas neoliberales de la administración republicana (en todo el sentido estadounidense de la palabra) de Luis Fortuño. Aún no sé qué efectos podría tener en la dinámica política general de Puerto Rico. Sin embargo, y de esto no me cabe duda alguna, la lucha que hemos ido librando las y los estudiantes en ocasiones ha despertado un apoyo y un fervor increíble. Hay mucho descontento con la administración actual: treintamil empleados públicos despedidos hace dos años, las continuas amenazas al medio ambiente, los casos de corrupción… Mucha gente se ha visto reflejada en la situación de los estudiantes y se ha lanzado a la calle a luchar codo a codo con nosotras y nosotros. Ha sido la juventud, como diría El Che, en donde muchas y muchos han depositado su esperanza. Si algo ha logrado la lucha estudiantil, quizás es despertarnos un poco como país, y crear conciencia de los atropellos del neoliberalismo.

D.: Por último, ¿qué significado más general otorgáis a este movimiento en un momento en el que, en muchos, casos, la juventud y el estudiantado están siendo los primeros y más avanzados sectores en confrontar a la crisis capitalista?

T.C.: Con una tasa altísima de parados en Puerto Rico, la Universidad es a lo mejor, el último espacio que tienen las y los jóvenes en mi país. La implantación de la cuota de $800 dólares hace más difícil lo que ya para muchas y muchos es imposible: obtener una educación superior. Este movimiento no sólo significa entonces lograr unas reivindicaciones estudiantiles. Significa mucho más. Puede inclusive significar para algunas y algunos, su vida adulta. Significa, así como la lucha de los trabajadores y las trabajadoras puertorriqueñas, una defensa de ataques evidentemente clasistas. Los diez mil estudiantes que quedaron fuera por la Cuota son los mismos que saldrán a la calle y no encontrarán trabajo. Son los hijos y las hijas de los que fueron despedidos en el 2008. Son aquellos y aquellas cuyas condiciones sociales y económicas no les permiten pagar casi cuatro mil dólares al año por una educación supuestamente pública. Precisamente, esto es lo que significa el movimiento estudiantil: defender la educación pública contra su privatización y contra su elitización.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-huelga-de-la-UPR-ha-sido-el.html