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Honduras, una oportunidad, no una garantía

La necesidad del triunfo de LIBRE

Fuentes: Rebelión

La campaña por las elecciones generales en Honduras ha comenzado. A 90 días de decidir qué partido asumirá la presidencia de Honduras y considerando que el partido Libertad y Refundación (LIBRE) tiene las mejores posibilidades para acceder a éste cargo, es necesario actualizar nuestros análisis sobre las oportunidades de cambio ante este eventual gobierno. Considerando […]

La campaña por las elecciones generales en Honduras ha comenzado. A 90 días de decidir qué partido asumirá la presidencia de Honduras y considerando que el partido Libertad y Refundación (LIBRE) tiene las mejores posibilidades para acceder a éste cargo, es necesario actualizar nuestros análisis sobre las oportunidades de cambio ante este eventual gobierno. Considerando la naturaleza de frente amplio de LIBRE, es preciso preguntarse qué sectores pujarán más al interno del partido por las transformaciones sociales y cómo lo harán. 

Actores históricos de la transformación en Honduras

Haciendo un análisis de la historia hondureña reciente podemos apreciar que las transformaciones sociales no fueron impulsadas por los partidos políticos y las fuerzas políticas tradicionales, representantes de la clase dominante del país con poca o nada vocación de progreso, sino por movimientos populares organizados, surgidos de la lucha de clases en el país, influidos o motivados por organizaciones de izquierda.

Dos momentos históricos ejemplifican bien esta realidad:

El gobierno de Ramón Villeda Morales (1957-1963) impulsaría reformas importantes en el Estado como la promulgación del Código del Trabajo (1958) o una tímida Ley de Reforma Agraria (1962), sin embargo es común obviar el precedente histórico directo de estas transformaciones; la Huelga de 1954. Fue la presión ejercida por el movimiento popular, organizado en sindicatos, organizaciones campesinas, asociaciones de estudiantes, entre otras, la que arrinconaría al gobierno liberal a promover los cambios mencionados. Las reformas, que tenían por objetivo contener la protesta social, tendrían un efecto positivo en el nivel de vida de la población en los sucesivos años.

De la misma manera, el segundo gobierno militar de Oswaldo López Arellano (1973-1975) es conocido como el gobierno que impulsó con mayor profundidad el desarrollismo en Honduras. A través del Plan Nacional de Desarrollo; el Estado hondureño afianzaría su rol como conductor de la economía; ordenando los factores productivos nacionales para lograr la industrialización, y una mejor distribución del ingreso, para lo cual se impulsó una importante reforma agraria. Sin embargo, es indudable que tanto la llegada al poder de Arellano como la ejecución del Plan de Desarrollo, fueron motivadas y apoyadas por los sectores populares fortalecidos y en franco ascenso.

Es importante mencionar que las transformaciones realizadas en los dos momentos referidos fueron permitidas por el imperialismo norteamericano como una forma de reducir la tensión social en un país con una avanzada lucha de clase en la que se debía prevenir el crecimiento de un movimiento revolucionario.

Inequívocamente la historia nos dice que ha sido el movimiento popular el factor fundamental de las transformaciones sociales en beneficio el pueblo. Si bien es cierto que ha sido necesaria la apertura política para impulsar estos cambios, es el movimiento popular quien los ha propiciado. Son los golpeados por el sistema socio-económico los que se han movilizado para combatirlo y reestructurarlo. El país que tenemos hoy en día no ha sido producto de partidos políticos que conscientemente ven la necesidad del cambio, sino de sectores que viven día con día las contradicciones en distintos ámbitos y que han sabido generar coyunturas de desestabilización a las que han respondido contingentemente estos partidos.

La diferencia en LIBRE

Es preciso resaltar un cambio cualitativo fundamental en los últimos años en Honduras; antes el sector popular había sido nada más una plataforma de presión paralela a los partidos políticos y gobiernos. Sin embargo, como hemos mencionado en artículos anteriores, el golpe de estado propiciaría la articulación del movimiento social con otras fuerzas políticas;

«…fue la coyuntura política producida a raíz del golpe de Estado de 2009 la que permitió una combinación histórica de distintas fuerzas sociales. El FNRP se convirtió en la instancia articuladora de estas fuerzas y fundó el partido LIBRE como expresión política-partidaria para sumar a otros sectores anti-oligárquicos afectados por el modelo económico neoliberal.»

Xiomara vs. El Sistema / Colectivo Pueblo Crítico

Es decir, el movimiento popular ya no se posiciona desde fuera del sistema político, sino como actor determinante dentro de él. Es definitivo que la estrategia de poder ha cambiado. Es importante seguir identificando temas y momentos estratégicos para la transformación del país, ahora desde el ámbito gubernamental.

Estrategia para la transformación

Hemos expresado nuestras reservas con el discurso de la candidata Xiomara Castro en artículos anteriores [1], pero no por ello desestimamos la oportunidad que representa el partido para el movimiento social. LIBRE no garantiza el cambio, pero es un espacio con amplias oportunidades para él. Oportunidades que para nosotros se expresan en los siguientes ejes;

CONSTITUYENTE: La reforma a la carta magna en el próximo gobierno es un hecho, incluso el Partido Nacional se ha mostrado anuente en éste tema. Serán fundamentales la inclusión y la articulación de la representación del movimiento social en la Asamblea Nacional Constituyente. Incluso, más allá de la representación, será necesario tener claridad programática de los contenidos a impulsar. En esto, deberá jugar un papel clave el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) como espacio integrador de las distintas expresiones del movimiento social hondureño.

GEOPOLÍTICA [2]: Honduras representa una pieza fundamental en la tensión entre las fuerzas conservadoras y las fuerzas progresistas en América Latina. En los próximos 6 meses, habrá elecciones en distintos niveles en Chile, Honduras, Venezuela, El Salvador y Costa Rica. Éste momento representa, por tanto, uno de los más críticos en éste juego. Además, Honduras ha sido un territorio de fundamental importancia para la expansión del imperialismo en la región centroamericana y caribeña; en suelo hondureño está ubicada la base aérea extrafronteriza más grande de los Estados Unidos. La integración latinoamericana será una clave fundamental para la contención de las amenazas geopolíticas en la región.

ECONOMÍA Y SOCIEDAD: A pesar de las críticas y reservas que deben tenerse frente a algunos elementos del mensaje del LIBRE no deben desestimarse las oportunidades para una transformación socio-económica en nuestro país. Para ello, será necesaria la unidad del movimiento popular dentro del partido y su fortalecimiento como sujeto político con interese propios y voz propia, tanto en estos meses de campaña, y en un eventual posterior gobierno. El elemento principal para posicionar una postura revolucionaria que influya decididamente las políticas públicas del LIBRE, es la construcción de una propuesta programática que considera la diversidad y correlación de fuerzas dentro del partido y sus alcances.

IDEOLOGÍA: El movimiento popular triunfó ideológicamente a lo interno del partido. No solamente tenemos un partido que se define como socialista, sino que además se identifica como tal a través de sus formas organizativas, sus principios y su imagen. El partido no se divorcia de su procedencia; en el imaginario popular LIBRE es un partido surgido de las calles. El triunfo de Xiomara Castro dejará claro que un movimiento surgido en las calles puede tomar el poder político de una nación.

Conclusión

Tenemos como amenaza el retorno de la derecha al gobierno, representada a través de sus 3 candidatos; Salvador Nasralla, Juan Orlando Hernández y Mauricio Villeda. Pero es el mantenimiento y la profundización del modelo neoliberal la mayor amenaza del pueblo hondureño. El triunfo de LIBRE es necesario. Ahora que estamos en campaña, será necesario que el partido proponga un programa que supere éste modelo. Es fundamental además, ejercer presión para que el discurso revolucionario de LIBRE y la candidata no se diluyan con la excusa de apelar a los nuevos votantes y a los indecisos, se debe insistir en la necesidad de articular de mejor manera el FNRP y LIBRE, reconocer sus diferencias y similitudes y apreciar de manera justa el peso del movimiento popular y las organizaciones revolucionarias que integran.