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La niña y el magrebí

Fuentes: Il Manifesto

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Gorka Larrabeiti

Un chico de veinte años y una niña de doce. Él es marroquí, ella es «guapa, guapísima», como las candidatas de Miss Italia, y ésta es «su única culpa» grita su madre a la prensa: «Dan asco, dan asco, son monstruos». ¿Cómo podrá vivir su vida tras la horrenda violencia sufrida? Externo día, el escenario es un parque público de Azola Emilia, cerca de Bolonia, la «jauría» espera la víctima, el violador «extracomunitario» lleva una camiseta negra Dolce&Gabbana. Lo detienen enseguida y lo acusan de violación agravada. Nada falta para que los adultos se crean que todo es verdad, para que se lo crean los periódicos, la tele, los policías. Se retransmite el «remake» de una historia ya oída, ya vista que puebla páginas de diarios así como la pequeña pantalla. El código es siempre el mismo: «detrás de un arbusto», «en el parque», «los amigos miran», «nadie pide socorro», «marroquí»… Y el lenguaje del cronista sirve de «testigo». El archivo de las palabras-clave acude a apoyar la historia de la niña violada con el más sugerente de los relatos «en directo». He aquí la «pequeña víctima» humillada, vejada, el monstruo extrae la hoja de afeitar, le rasura el pubis, los demás se ríen… Flash-back de otros casos análogos, en los que salen magrebíes por todas partes. No es difícil decir una mentira cuando todo el mundo está listo para creérsela. La chica de doce años se lo ha inventado todo, se lo confesó ayer al fiscal jefe, y lo hizo por la vergüenza de que la madre llegara a saber que la habían visto sus amigos en actitud íntima con su novio. Nada de violación. La niña lianta, que ha acusado injustamente al chico marroquí, ha hecho suya una violencia que envenena el aire y que la vuelve víctima dos veces. El abuso masculino, que arrecia por casas y calles, para ser «verdadero» debía llevar el sello del inmigrante. El «marroquí» liberado ayer, después de la confesión, declaró: «si viera a esa chica le haría sólo una pregunta: ¿por qué dijiste que había sido yo?». Y es que, ¿qué otro es considerado un sub-humano, uno sin nombre, un «clandestino», un peligro real e imaginario?

Texto original en italiano tomado de: http://www.ilmanifesto.it/Quotidiano-archivio/23-Settembre-2006/art12.html