La oposición de izquierda liderada por el laborista Jens Stoltenberg ganó los comicios legislativos del lunes en Noruega, según los resultados oficiales obtenidos después de escrutar el 97% de los votos. A falta del conteo del 3% de los sufragios, la formación de Stoltenberg y sus dos aliadas, la Izquierda Socialista y el Partido Centrista, […]
La oposición de izquierda liderada por el laborista Jens Stoltenberg ganó los comicios legislativos del lunes en Noruega, según los resultados oficiales obtenidos después de escrutar el 97% de los votos.
A falta del conteo del 3% de los sufragios, la formación de Stoltenberg y sus dos aliadas, la Izquierda Socialista y el Partido Centrista, obtendrían el 48% de los votos, es decir, 88 escaños del total de 169 con los que cuenta el Parlamento, según estimaciones casi definitivas del gobierno.
El líder laborista, un economista de 46 años, logra en estos comicios el cargo de primer ministro de nuevo, tras haberlo ocupado entre 2000 y 2001, gracias a una coalición de izquierdas inédita hasta el momento en Noruega.
«Habíamos prometido una mayoría clara en el país y es lo que vamos a darle» a Noruega, afirmó Stoltenberg, que se comprometió a impulsar el Estado de bienestar en el país.
Por su parte, el bloque de centro-derecha liderada por el jefe del Gobierno saliente, Kjell Magne Bondevik, y su aliado informal, el Partido del Progreso (FrP, derecha populista) obtendrían 81 escaños.
Bondevik admitió su derrota frente al bloque de izquierda.
«Políticamente, estoy decepcionado de que (la coalición en el gobierno) no haya sido elegida para continuar» gobernando, declaró Bondevik.
El cambio de Gobierno podría producirse en octubre, ya que la sesión de otoño del Parlamento comienza el 10 del próximo mes. Marcaría el retiro de Bondevik, tras 32 años en el Parlamento y casi siete años al frente de un Gobierno centrista primero, y una coalición de centro derecha después.
Tras una campaña centrada en el reparto de las riquezas del opulento país escandinavo, los partidos de izquierda, que se presentaron unidos por primera vez en su historia, formarían Gobierno tras resultados catastróficos en la anterior elección de 2001.
La izquierda hizo campaña contra las reducciones de impuestos a las que el Gobierno saliente procedió y que habrían, según este sector, beneficiado a los más ricos en tanto que el número de desamparados aumentó y que su situación se degradó en un país al que la ONU califica desde hace cinco años como el lugar en el que mejor se vive en el mundo.
Tercer exportador de crudo del mundo, Noruega se beneficia plenamente de la disparada de las cotizaciones del petróleo, lo que contribuye a que sea uno de los países más ricos del planeta.
Sin embargo, el número de personas necesitadas aumentó en Noruega un 25% entre 2001 y 2003, para llegar a 235.000 ciudadanos, según datos oficiales, lo que representa un 5,2% de la población total.