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Alemania

La peor palabra del año 2006

Fuentes: Rebelión

Tenemos en Alemania una comisión de lingüistas y profesores que elige cada año las diez peores palabras del año, palabras que normalmente deberían ser palabras tabú, pero, sin embargo, o los que nos gobiernan o la población misma las están creando y usando ampliamente. A esto vamos a regresar más tarde. En Alemania, un país […]

Tenemos en Alemania una comisión de lingüistas y profesores que elige cada año las diez peores palabras del año, palabras que normalmente deberían ser palabras tabú, pero, sin embargo, o los que nos gobiernan o la población misma las están creando y usando ampliamente. A esto vamos a regresar más tarde.

En Alemania, un país muy rico, viven muchos extranjeros a los cuales les negaron o les revocaron de una u otra manera la residencia, el asilo político o el derecho de vivir en paz acá en Alemania, pero al mismo tiempo no pueden ser desalojados por falta de pasaporte de su país de origen, por falta de visados o porque ningún país los quiere recibir. El Estado alemán tiene paciencia con estos pobres, paciencia en el sentido que no los meten en un avión de carga y no los mandan al carajo como carga aérea. Pues a veces sí. Ya había casos en que a ellos los transportaban en un vuelo de cualquier línea aérea, esposados, acompañados por una pareja, amordazados para que no puedan gritar o respirar. No, no estoy exagerando: ya había muertos por la falta de respiración o por un infarto de corazón en tales casos de desalojamiento.

Pero, son excepciones estos casos mencionados arriba. Normalmente el Estado se basta a molestarles cada rato en las oficinas de la extranjería y exigen de una u otra manera la cooperación de los pobres en el proceso de su salida, o sea se les manda a las embajadas a organizar sus pasaportes y otros documentos del papelero de la salida. A veces empleados del Estado se presentan en instalaciones de jardines infantiles y toman como rehén al niño para que su madre se presente en la extranjería y otros hechos parecidos. Todo esto, otra vez, no es exagerar y salen noticias de estos casos, a veces, en los periódicos.

Últimamente unos países en Alemania (Alemania es un Estado federal y el asunto de la extranjería cae en la responsabilidad de los países que forman Alemania), pues en unos de estos han construido campos especiales. No, no son campos de concentración, a tanto no llega aún el caso. Pero, han construido, oficialmente llamados así, «Centros de la Salida», en donde los pobres deben (pueden) vivir y salir durante el día a dichas embajadas o oficinas para ocuparse de su papelero de la salida, etc. La idea, también oficialmente dicho de esta manera, es promover la «salida voluntaria» de estos pobres, o sea hacerles la vida tan difícil que, por fin, ellos llegan a la conclusión que sería mejor irse en su propia voluntad y a dónde sea.

Pues, dicha comisión de la que he hablado al principio del artículo eligió para el año 2006 esa expresión «salida voluntaria» como peor palabra alemana del año, por su cinismo que lleva en sí.