Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.
Ponencia de Raji Sourani, Director del Centro Palestino de Derechos Humanos, en el «Seminario para una paz justa en Palestina», celebrado en Madrid los días 2 y 3 de diciembre de 2009.
Hoy quisiera hablar sobre el papel de la Unión Europea en la promoción y protección de los derechos humanos, un asunto enormemente relevante, puesto que España se prepara para asumir la Presidencia de la UE. Sin embargo, creo que si vamos a abordar eficazmente este asunto, primero debemos preguntarnos unas cuantas cuestiones básicas.
Los derechos humanos hoy están en un punto crucial. Es necesario hacer recuento y considerar la realidad del mundo en el que vivimos y cómo queremos desarrollar esta realidad en los años venideros. Es hora de preguntar si nuestro gobierno representa nuestros principios, si podemos decir que actúan en nuestro beneficio y en nuestro nombre.
Es verdad que los derechos humanos están hoy en una posición más fuerte que en ningún otro tiempo de la historia. Se han aceptado como derechos básicos y universales aplicables en todos los tiempos a todos los individuos. Son una herramienta esencial en nuestra lucha por la justicia y, acertadamente, se han convertido en la cota de referencia tanto para la opinión pública como para los políticos. Sin embargo, aunque los derechos humanos se han convertido en un lenguaje común, es al transformar esas palabras en realidad cuando aparecen los problemas y se revelan las crudas realidades. Nuestros líderes hablan de derechos humanos, pero sus actos ponen al descubierto una verdad diferente.
Hoy, exactamente como en los tiempos coloniales, vastas áreas del mundo permanecen a merced de los poderosos, sometidas a las decisiones de esos Estados y privadas de su voz y de sus derechos. Este asunto levanta apremiantes preguntas relacionadas con la justicia internacional y la aplicabilidad universal de los derechos humanos. Esto se pone de relieve en la posición pública y el discurso del presidente Obama -su ferviente afirmación de los de los derechos humanos y del imperio de la ley- y la hipocresía paralela de los actos de su administración. ¿Qué conclusiones se pueden extraer de este ámbito? Las preocupantes respuestas subrayan la apremiante importancia de este asunto. La justicia, los derechos humanos y el imperio de la ley deben ponerse en práctica equitativamente. El imperio de la ley no es un viejo ideal romano por el que la justicia se reserva a los amos y no a los esclavos. Los derechos humanos son universales. Son nuestros derechos y no están abiertos a transigencias. Es esencial que pidamos responsabilidades a los líderes del mundo, desenmascarar su hipocresía y afanarnos por una verdadera justicia universal.
El 1 de enero de 2010, España asumirá la Presidencia de la Unión Europea. Esta posición conlleva importantes poderes y responsabilidades, y también una enorme influencia. Es esencial que Europa y España acepten esta oportunidad para afirmar su posición con respecto a la promoción y protección de los derechos humanos. Mediante la Unión Europea, este continente ha hecho fabulosos avances en el campo de los derechos humanos. Los ciudadanos europeos ahora disfrutan de más protección que nunca; si sus derechos fundamentales se violan, se infringen o se amenazan tienen recursos para una eficaz subsanación judicial, tanto ante los tribunales nacionales como ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Esta protección legal es primordial, esencial, está ampliamente reconocido que los derechos humanos y el imperio de la ley tienen que ser relevantes y hay que hacer que se cumplan.
Sin embargo, es una triste verdad que este progreso interno no se ha reflejado en la política exterior de la UE. En el escenario internacional, los intereses políticos continúan dominando las acciones de la UE. Los derechos humanos se aplican y se obliga su cumplimiento de manera selectiva. Pese a que la UE ha hecho importantes contribuciones al avance de los derechos humanos mediante su política exterior, esta cuestión todavía está supeditada a consideraciones políticas. Este pensamiento político queda ilustrado en las relaciones de la UE con Israel. La UE trabajó activamente para minar una Resolución sobre el Informe Goldstone -el cual hace responsable a Israel por sus acciones durante la Guerra de Gaza- y actualmente está ocupada en negociar una mejora del Acuerdo de Asociación EU-Israel, un tratado económico del que Israel cosecha enormes recompensas financieras.
Esta acción se ha emprendido pese a las bien documentadas y constantes violaciones de Israel a los derechos humanos fundamentales y a los principios básicos del derecho humanitario internacional. Israel es responsable de numerosas violaciones de los derechos humanos, crímenes de guerra e incluso de crímenes contra la humanidad, aunque la UE no haya exigido responsabilidades a Israel ni una sola vez. Las acciones de la UE a este respecto violan las obligaciones legales de la UE. El artículo 11 del Tratado de la Unión establece que una de las obligaciones de la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE es «el desarrollo y la consolidación de la democracia y el imperio de la ley, el respeto por los derechos humanos y por las libertades fundamentales», mientras que el artículo 181 del Tratado de Establecimiento de la Comunidad Europea afirma que la cooperación económica con terceros países «deberá contribuir al objetivo general del desarrollo y consolidación de la democracia y del imperio de la ley, y al objetivo de respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales.» El Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel contiene una cláusula explicita de derechos humanos.
Es hora de pedir responsabilidades a nuestros líderes. Debemos exigir que cumplan sus obligaciones legales y que respeten la naturaleza universal y la aplicabilidad de los derechos humanos. Si los derechos humanos se continúan promoviendo e implementando sobre las bases de consideraciones políticas, el derecho internacional será arrojado a una crisis. ¿Cómo puede el derecho pedir respeto si es sesgado, parcial y básicamente injusto? Es por una buena razón que la Justicia se representa por una señora con las balanzas bien equilibradas y con una venda en los ojos.
Volviendo a los verdaderos objetivos de los derechos humanos y del derecho internacional, creo que la petición de responsabilidades debería ser nuestro objetivo central. Como he mencionado con anterioridad, si los derechos humanos y el imperio de la ley van a ser importantes, si van a demostrar que son capaces de proteger a los civiles, entonces deben hacerse cumplir.
En esta creencia es en la que se ha apuntalado el trabajo del Centro Palestino para los Derechos Humanos (CPDH) desde su creación. Aspiramos a lograr el respeto por los derechos humanos mediante la persecución de la justicia. Exigimos responsabilidades e intentamos combatir la impunidad. Este trabajo cumple con dos objetivos principales, el primero garantiza que los derechos de las víctimas -particularmente el derecho a una efectiva atención judicial y a una equitativa protección de la ley- se defiendan, y segundo, manteniendo la rendición de cuentas para los responsables, aspiramos a promover la disuasión, enviando el mensaje de que si violas la ley internacional serás investigado, procesado, juzgado y castigado.
Desde su nacimiento el CPDH ha llevado casos a los tribunales israelíes; el sistema legal israelí es, necesariamente, nuestro primer puerto de destino. Sin embargo, pese a algunas importantes victorias contra toda posibilidad, esta experiencia nos ha enseñado una simple verdad: la justicia para los palestinos es inalcanzable dentro en el sistema judicial israelí. La justicia israelí es sesgada y parcial, fracasa sistemáticamente en avenirse a los estándares y salvaguardas internacionales y sirve para fomentar las prácticas y las políticas ilegales de la ocupación.
De este modo, el CPDH se ha dirigido al principio de la jurisdicción universal. La jurisdicción universal es un principio legal que defiende que ciertos crímenes internacionales son tan graves que afectan a toda la comunidad internacional. Esto es así en interés de de todos y cada uno de los Estados, el hecho de que los responsables de estos crímenes rindan cuentas, sin importar donde se cometieron dichos crímenes. La jurisdicción universal, por tanto, es una importante salvaguarda legal, en ausencia de Una Corte Penal Internacional universalmente ratificada, es uno de los pocos mecanismos que asegura que el imperio de la ley es capaz de extenderse por todo el globo. Significativamente, la jurisdicción universal -mayoritariamente- esta fuera de la esfera política. Aunque su ejercicio puede tener significativas consecuencias políticas, es un asunto legal, que se decide por una judicatura independiente. Así, es un mecanismo potencialmente muy efectivo por el que podemos buscar la defensa de los derechos de las víctimas y perseguir a los sospechosos de cometer crímenes internacionales. Quisiera enfatizar que para ciertos crímenes, incluidos graves quebrantamientos de las Convenciones de Ginebra y la tortura, el ejercicio de la jurisdicción universal es una obligación legal internacional que compromete a todos los Estados.
Como muchos de ustedes son conscientes, el gobierno español recientemente reformó sus leyes de la jurisdicción universal, restringiendo significativamente su alcance y aplicación. La razón para ello es simple, el gobierno español fue sometido a una enorme presión política -ejercida sobre todo por Israel- en respuesta a un número de casos de jurisdicción universal que están actualmente ante los tribunales. La decisión del gobierno español de doblegarse a la presión israelí fue una burla para las víctimas a lo largo de todo el mundo y dañó gravemente la ejemplar posición anterior de España con respecto a la aplicación del derecho internacional. Las consecuencias no podían ser más graves. Simplemente, continúan el sufrimiento, la muerte, el dolor y la miseria, puesto que a quienes cometan crímenes internacionales se les otorgarán impunidad y ánimos para seguir cometiendo atrocidades.
Hoy en España se están procesando casos de jurisdicción universal contra Estados Unidos, China, Reino Unido e Israel, algunos de los Estados más poderosos e influyentes del mundo. Sin la jurisdicción universal, ¿como se va a responsabilizar a esos Estados? ¿Cómo vamos a asegurarnos que el derecho internacional se aplica a todas las personas, en base a su humanidad compartida e igualdad fundamental?
Quisiera subrayar un asunto clave. Aunque la jurisdicción universal tendrá inevitables consecuencias políticas, como se ha visto en la presión que Israel ejerció sobre España, debemos recordar cuál es la fuente de esa presión. Emana, sencillamente, de Estados que quieren proteger de la justicia a presuntos criminales de guerra. La jurisdicción universal sólo es posible cuando los Estados demuestren falta de voluntad o incapacidad para llevar a cabo sus propias investigaciones y procesos judiciales. Si estos Estados, como Israel, no hubieran tratado de blindar de la justicia a los criminales de guerra, no habría necesidad de la jurisdicción universal. Como sociedad civil, os animo a hablar en voz alta de derechos humanos y a exigir que se revoque esta ley.
Así que aparte de la jurisdicción universal, ¿qué se puede hacer?, ¿qué debemos pedir al gobierno español que haga durante su Presidencia? Agradecidamente, esta respuesta es bien simple. Las recomendaciones del Informe Goldstone detallan mecanismos de responsabilidad específicos y prácticos, diseñados para combatir la impunidad y reforzar el imperio del derecho internacional. Estas recomendaciones deben ser nuestra guía; son las metas que debemos perseguir. En marzo del próximo año, en la mitad de la Presidencia española, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU volverá al Informe Goldstone, analizando la puesta en práctica de sus recomendaciones, tanto en el lado israelí como en el palestino. Es esencial que la UE muestre un frente fuerte y unido. Si no se han llevado a cabo investigaciones internas creíbles, la UE debe moverse para llevar este asunto al Consejo de Seguridad y a la Corte Penal Internacional. No hay otra solución. Si a los responsables se les otorga la impunidad, ¿cómo vamos a estar alguna vez seguros de nuevo en Gaza? ¿Qué mensaje se le enviará al mundo?
Pediría que las recomendaciones del Informe Goldstone fueran los fundamentos de vuestras acciones. Aplaudo vuestros esfuerzos hasta la fecha y los verdaderamente asombrosos esfuerzos de la sociedad civil española, vuestras acciones son un ejemplo para el mundo, y quiero daros las gracias por vuestro apoyo. Por desgracia, nuestro trabajo todavía no ha finalizado y todavía debemos continuar luchando por nuestros objetivos, por la justicia universal y por la dignidad y los derechos individuales. La justicia está de nuestro lado y eso nos da fuerza.