Traducido por Àngel Ferrero
Este mes se celebra en Alemania el 90 aniversario de la revolución que tuvo lugar tras el fin de la Primera Guerra Mundial y que se conoce como «la revolución de noviembre». Jan Korter, miembro del grupo parlamentario de La Izquierda alemana, recuerda brevemente este capítulo de la historia alemana:
Comentar las reservas y la distancia que han mostrado la mayoría de los partidos de la República Federal este año a la hora de hablar de este episodio histórico daría ciertamente como para llenar varios volúmenes. Aunque todos ellos se refieren a la República de Weimar como la primera democracia de la historia alemana, y conservan el recuerdo y los acontecimientos que la hicieron posible por vez primera, olvidan los puntos ciegos de nuestra memoria e identidad estatal.
El origen revolucionario de la democracia parlamentaria en Alemania tuvo lugar entre 1918 y 1919, y entre problemas políticos manifiestos. Los actuales partidos deberían sin duda preguntarse por la responsabilidad de sus predecesores, responsables de los asesinatos políticos que terminaron con un final sangriento que pesó como una hipoteca sobre la naciente República de Weimar. Rosa Luxemburg, Karl Liebknecht y Kurt Eisner fueron un ejemplo para muchos, oponiéndose con valor a la guerra y la monarquía, siendo por ello inmediatamente perseguidos por los escuadrones de combate de la derecha.
El movimiento revolucionario, cuya ala izquierda, que tras los horrores de una guerra que había durado demasiado había adoptado una orientación democrático-socialista, luchó por una democracia parlamentaria con un sufragio universal que incluyese el sufragio femenino. Sus enérgicas acciones contribuyeron a la aprobación de mejoras sociales como la jornada laboral de ocho horas, una legislación social y la creación de comités de empresa. Por ésas, y por muchas otras razones, conviene recordar a los acontecimientos y a los actores de 1918 y 1919.
La Izquierda velará por que este acontecimiento capital de la historia alemana no caiga en el olvido. Cerca del recuerdo, otro noviembre, el de la noche de los cristales rotos, y si el año que viene se celebrarán el 60 aniversario de la aprobación de la Ley Fudamental para la República Federal de Alemania y el vigésimo aniversario de la caída del muro de Berlín, el recuerdo de la revolución noviembre de 1918-19 permanecerá como un balance crítico en la historia alemana.
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