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Perú

La trampa del referéndum de Vizcarra

Fuentes: Rebelión

Vizcarra llega al poder en el 2016 de la mano del derechista PPK (vinculado a los negocios especulativos), con el apoyo del antifujimorismo, el nacionalismo y un sector de la izquierda liberal. Al año y medio, aproximadamente, Vizcarra, como parte de una conspiración con Keiko, Alan, la CONFIEP y las FF.AA., obligaron a renunciar a […]

Vizcarra llega al poder en el 2016 de la mano del derechista PPK (vinculado a los negocios especulativos), con el apoyo del antifujimorismo, el nacionalismo y un sector de la izquierda liberal. Al año y medio, aproximadamente, Vizcarra, como parte de una conspiración con Keiko, Alan, la CONFIEP y las FF.AA., obligaron a renunciar a PPK para cerrar la crisis de poder que se había producido por la corrupción (indulto a Fujimori a cambio de votos para evitar la vacancia, caso Chincheros, etc.), y para frenar al movimiento de masas en ascenso que le había arrancado importantes reivindicaciones sociales al gobierno (SUTEP disidente, campesinos de la sierra, jóvenes de institutos, etc.).

Semanas después, y como parte de su acuerdo con el FMI, las FF.AA. y los poderes fácticos (co-gobierno con Keiko Fujimori), Vizcarra, aplicó un paquetazo que tenía como fin cerrar la brecha fiscal. Pero las amenazas de huelga indefinida de los transportistas y gremios sociales en el sur lo pusieron contra las cuerdas obligándolo a ceder en algunos puntos del paquetazo como el impuesto a los salarios mayores de 2, 050.

Luego, al ventilarse los audios CNM de la corrupción donde se deja entrever como una mafia organizada (Cuellos Blancos del Puerto del Callao), entre consejeros regionales, jueces, fiscales y políticos aprofujimoristas del Congreso de la República, negociaba prebendas, Vizcarra, se ve en la obligación de traicionar el Pacto con Keiko Fujimori, y plantea astutamente un referéndum que tiene como eje demagógico «la no reelección de congresistas» (bajo el amparo de las FF.AA. , los Mass Media y la embajada yanqui), y que inmediatamente conectó con el sentir de los trabajadores y clases medias, distorsionando sus anhelos de cambio del modelo político-económico neoliberal.

Esta reacción, si bien es verdad es producto de la presión social, tiene como fin un afán bonapartista de imponerse como un árbitro entre los grupos políticos en pugna e involucrados en los audios CNM y el affaire Lavajato, para descomprimir el movimiento social y darle una salida a la crisis del régimen político por derecha y evitar el cierre del Congreso.

Y es que después de que se apruebe el referéndum (que es obligatorio, antidemocrático y que no aborda ningún problema estructural), Vizcarra dirá que «ya el pueblo decidió que no hay reelección de congresistas y que por lo tanto habrá que esperar hasta el 2021 con el floro de que con el voto también se lucha».

Todo el estrepitoso desarrollo de acontecimientos políticos como la sucesión constitucional de Vizcarra, la Ley Mulder (y la pelea con los mass media), el affaire Lavajato, la prisión de Keiko, el juicio a Alan García, etc. En menos de un año ha dejado «sin brújula» a la izquierda reformista, que ya anteriormente apoyó acríticamente a Fujimori, Toledo, Ollanta, Susana, PPK, etc. Y qué hora se suma a la campaña derechista del gobierno (del paquetazo neoliberal y que no toca los más de 4 mil millones que debe Telefónica en impuestos), dándole cobertura por izquierda sin darse cuenta que en su estrategia de colaboración de clases están fortaleciendo una administración que cuando vea que ya no le son funcionales, va a continuar con los planes de ajuste del FMI y el imperialismo contra el pueblo (la visita de los Reyes de España es sintomático).

Algunos grupos de izquierda defienden su posición pro Vizcarra afirmando que es el «referéndum del pueblo» porque es producto de las movilizaciones y porque éste va a «luchar con su voto para luego ir a una Asamblea Constituyente», pero olvidan, interesadamente, que, Vizcarra nunca consultó este referéndum con el pueblo, y que además lo que propone como reforma en el primer punto cambiando al CNM por una Junta Nacional de Justicia (JNJ), tratando de ser más estrictos con los requisitos, no es más que la «misma chola pero con diferente pollera», ya que no toca la estructura mafiosa del poder judicial infiltrado por varios grupos políticos durante décadas y que se elevan por encima de la sociedad como un poderoso buffet privilegiado.

Lo que no quieren ver es que Vizcarra, como decimos líneas arriba, lanza el referéndum como una estrategia de sobrevivencia (frente a su ilegitimidad, audios CNM y las puyas con Keiko), para descomprimir las movilizaciones sociales con el fin de cerrar la compleja crisis del régimen político que involucra al orden de dominación económica (grupo Graña y Montero – JJC; y reciente caída de la bolsa de valores de Lima en -0,02% producto de la caída de la demanda de cobre y minerales así como de la volatilidad de la crisis mundial y la caída de las FAANG Amazon, Apple, Netflix, Alphabet y Microsoft), política (Lavajato incluye al partido de gobierno PPK que está destruyendo su bancada en el Congreso), y jurídica (que es donde comenzó la crisis de los audios filtrados por los «caviares» de IDL).

Es así como Vizcarra piensa llegar a un nuevo Pacto político pro establishment (las reuniones de Vizcarra con PPK y Mercedes Araoz, días antes son categóricas), que frene la demanda democrática del cierre del Congreso y el adelanto de elecciones y a la vez avanzar con los planes de ajuste neoliberal (para cerrar la brecha fiscal de más de $10 millones). Esta es la trampa que esconde el referéndum del conspirador Vizcarra.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.