«Hoy ha perdido la Grecia de las élites y las medidas antidemocráticas y ha vencido la Grecia que lucha». Alexis Tsipras (Syriza) Las medidas neoliberales orquestadas por la Troika contra el pueblo trabajador heleno dejaban un país en la ruina. Con la tasa de desempleo superior al 27 %, la deuda pública desbordando el […]
Las medidas neoliberales orquestadas por la Troika contra el pueblo trabajador heleno dejaban un país en la ruina. Con la tasa de desempleo superior al 27 %, la deuda pública desbordando el 170 % del PIB del país, la pujanza del partido neonazi (Amanecer Dorado) y la enorme reducción de gasto público, Grecia, lejos de disfrutar una «recuperación» económica, se sumía en la miseria mientras observa un futuro aún más oscuro. Pero, en un país donde en las elecciones legislativas de 2007 la izquierda (Syriza y KKE) apenas superaba el 10%, hoy Tsipras, cabeza del Partido de Izquierda Radical (Syriza), ha afirmado que la Troika es el pasado.
La Troika y sus representantes griegos al servicio del capital dejarán de exprimir al pueblo heleno que dijo no, en las urnas y en la calle, a ser considerados ciudadanos de segunda. No a continuar viviendo en un sistema que aumenta progresivamente el polo de riqueza a costa de agudizar el polo de la miseria.
Aunque finalmente Syriza no ha alcanzado la mayoría absoluta, con 149 escaños (36,3% de los votos), se erige como primera fuerza política indiscutible. Le sigue como segunda fuerza el partido servidor del capital alemán Nueva Democracia con 76 diputados. Sin embargo, a pesar del enorme aumento del KKE (Partido Comunista de Grecia), el cual ha conseguido 15 escaños, cabe destacar la presencia de Amanecer Dorado como tercera fuerza con 17 escaños aún cuando el número de votos cosechados por el mismo es inferior al de las últimas elecciones. Si bien la tercera posición del partido neonazi está disputada con To Potami (17 escaños), vinculado al antiguo PASOK extinto, llama la atención que un partido declarado por sí mismo de tal condición haya conseguido el mencionado número de escaños. Sin duda, la izquierda vencedora deberá tener presente su cariz antifascista tanto en Grecia como en los demás territorios de Europa, como Francia o Ucrania, donde el fascismo está emergiendo, en ocasiones, bajo el respaldo del neoliberalismo.
Aunque es cierto que no siempre el neoliberalismo apoya de forma explícita al fascismo, debemos tener siempre en cuenta a Polanyi [1] cuando afirma que es el capitalismo quien siembra el germen que desembocará el dicho movimiento degenerado. En efecto, como se pudo observar en la crisis liberal anterior a la Segunda Guerra Mundial, actualmente el capitalismo, dejando en evidencia sus contradicciones más básicas, está implantando un modelo de mercado basado en la autorregulación a través de las numerosas privatizaciones que están teniendo lugar. En consecuencia, las únicas respuestas posibles a la contrarrevolución que atenta contra la propia naturaleza de la sociedad pasaban por el socialismo, mediante la nacionalización de los medios de producción, el fascismo, a través de la retracción comercial y la violencia contra «el otro» -el más débil-, o el intervencionismo de corte keynesiano, en la infructuosa búsqueda del denominado «capitalismo amable».
En definitiva, lo que quiere decir Polanyi es que el capitalismo no puede funcionar si no acaba con la democracia, es decir, acabando con la capacidad de decisión de los trabajadores, tanto en el plano político -limitando sus intervenciones- como en el económico -arrebatándoles el fruto de su trabajo y exiliándoles socialmente a partir de las privatizaciones de los servicios públicos-. Así, como sentencia Garzón, «podemos defender la tesis según la cual el avance del mercado libre destruye los cimientos de una comunidad política y abre la puerta al fascismo» [2]. Por tanto, la única respuesta posible pasa por la vía socialista, la cual debe cuidarse de la mencionada amenaza fascista que germina ahora con fuerza. Y de socialismo es de lo que hablan Syriza y KKE.
No obstante, a pesar de la ilusión irradiada por el éxito de Syriza y KKE en Grecia, el mundo está pendiente de España y los demás estados mediterráneos de la UE. En efecto, la derecha reaccionaria española ya ha acentuado la propaganda contra el nuevo gobierno soberano griego a través de los principales medios de comunicación al servicio del régimen.
Bajo el eco vacío que deja el término «populismo», lo que revelan estas portadas es solo una cosa: miedo. El miedo está cambiando de bando y ya temen que la victoria de las trabajadoras en Grecia contagie a los demás estados de Europa. No es casualidad que IU y PODEMOS se encontraron el domingo 25 en Grecia junto con Syriza. Y no debemos ver este hecho como una disputa partidaria por el favor de «papá» Tsipras. Todo lo contrario. Que estos dos partidos españoles se encontraran de la mano de Syriza ayer debe servirnos para estrechar lazos, tender puentes y acercar posturas entre las dos únicas fuerzas que pueden trasformar el estado español en los próximos meses. No son pocas las voces que aclaman un nuevo Frente Popular. Nos encontramos en el momento clave para trasformar en las calles y en las instituciones de España y, por ende, de Europa. No desperdiciemos este momento histórico o lo pagaremos caro.
¡Adelante Syriza! ¡Adelante KKE!
Notas
[1] POLANYI, K. La esencia del fascismo y nuestra obsoleta mentalidad de mercado. Escolar y Mayo, Madrid, 2013.
[2] GARZÓN ESPINOSA, A. La Tercera República. Construyamos ya la sociedad de futuro que necesita España. Península, Barcelona, 2014.
Fuente: Infolibre