Político de experiencia, muy interesado en los temas del desarrollo social y en el papel de la izquierda en la consecución de los cambios que lo lleven a vías de hecho, Oskar Lafontaine, copresidente del partido La Izquierda, de Alemania, accede a una entrevista exclusiva con Granma. En época en que no pocas agrupaciones de […]
Político de experiencia, muy interesado en los temas del desarrollo social y en el papel de la izquierda en la consecución de los cambios que lo lleven a vías de hecho, Oskar Lafontaine, copresidente del partido La Izquierda, de Alemania, accede a una entrevista exclusiva con Granma.
En época en que no pocas agrupaciones de la llamada izquierda europea se dividen y atomizan, la experiencia alemana resulta de mucho interés, por lo que indago sobre el proceso de unidad que dio lugar al partido que copreside.
«La fundación de nuestro partido La Izquierda ha sido un resultado de lo acontecido en los últimos años en Alemania, donde ha habido muchos recortes sociales, muchas personas no se veían representadas en las agrupaciones existentes, y planteaban que era el momento en que tenía que haber una que los representara», dice el entrevistado.
En Alemania Occidental -comenta- había un pequeño partido que estaba integrado por la socialdemocracia y sindicalistas. Y, en la parte del Este existía el del Socialismo Democrático.
Planteamos entonces que tener dos agrupaciones de izquierda, de pequeñas dimensiones, era erróneo. Entonces vimos que antes de llegar a los comicios era mejor fusionarlas y hacer una mayor -argumentó-.
Recuerda que «en las elecciones para el Parlamento Federal obtuvimos el 8,7% de los votos y en este momento, según las encuestas, es el tercer partido de Alemania».
«Se debe, fundamentalmente, a que hemos traído al centro de la política lo que tiene que ver con la justicia social», enfatiza.
En el contexto de la Unión Europea, el tema Cuba no se diferencia mucho de la forma en que lo trata Washington. En este sentido, Lafontaine opina: «Creemos que la UE debe cambiar su política hacia Cuba. Debe entender que en los países latinoamericanos está surgiendo una nueva política, no solo en Cuba a partir del triunfo de la Revolución, sino también en Venezuela, Bolivia, Ecuador, entre otros.
«Europa debe fortalecer su cooperación con estos países, y también debe ocuparse de que Estados Unidos acabe de levantar el bloqueo contra Cuba.
«Solamente una buena colaboración conduce a resultados positivos, y eso debe predominar en la política de la Unión Europea hacia esta región», reiteró.
«Nuestra tarea es tratar de que Europa fortalezca su cooperación, y que lo haga con otros países que han emprendido un nuevo modelo de desarrollo en América Latina», agregó.
Ya de pie para salir a cumplir sus últimos compromisos en Cuba antes de tomar el avión, me dice que, aunque no se lo he preguntado, considera de gran interés señalar que «queremos tener conversaciones con los dirigentes de Venezuela, Bolivia, Ecuador, sobre el socialismo del Siglo 21, tema al que cada país tiene que buscar su propia respuesta, pero considero que nosotros como europeos podemos aportar en ese aspecto, partiendo de los errores que se cometieron en el campo socialista, de tal manera que encontraremos formas que nos permitan un mejor desarrollo para nuestras sociedades».