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[Perú] El proceso de configuración neoliberal de las crisis (II)

¿La verdadera crisis esta por llegar, depende de la reactivación de factores antagónicos?

Fuentes: Rebelión

1. EL CONTEXTO INTERNACIONAL

El siglo XXI presencia enormes transformaciones debido a la interpenetración e integración transfronteriza de capitales de grandes potencias, en una red entrecruzada de capitales trasnacionales. En 2018, apenas 17 conglomerados financieros globales administraron colectivamente 41.1 billones de dólares, más de la mitad del PIB del planeta.[1]

La política hegemónica de estas grandes corporaciones expropia soberanía a los países más débiles y entre ellos a los Estados coloniales como el Perú, contando con la política mercenaria de los militares y oligarquías. Piensa Robinson que esta masa de capital concentrado y centralizado a escala mundial no tiene identidad nacional. Nosotros agregaríamos que, sin embargo, esta enraizado y se expande desde las grandes potencias imperialistas, en particular Inglaterra, Estados Unidos y otros espacios europeos. Corresponde a una nueva clase capitalista trasnacional que ha promovido desde los estados, los intereses del capital trasnacional genocida y ecocida, la apropiación territorial a través de las políticas neoliberales, las políticas de saqueo colonial, el despojo a través de su constitucionalización, tratados de libre comercio, contratos ley y otros mecanismos. Como resultado, cuando los Estados pierden soberanía y quedan sujetos a los avatares del capital y llevan consigo la potencialidad de las crisis, en otras palabras, la crisis es consustancial al proyecto neoliberal y son diseñadas y creadas a su antojo para colocar al Estado como apéndice de las corporaciones y subsidiario (infraestructura y servicios) para la gran empresa, y decidir sobre la elusión y evasión tributaria, el reparto territorial del país desata la corrupción, el engaño mediático, la ausencia de derechos, la extinción de la democracia, cuando dejan de reconocer el sufragio como forma de elección.

Es el surgimiento y caída de un nuevo sistema globalizado de producción, finanzas y servicios que incorpora a todo el mundo y que elimina cualquier desafió de clase o estatal. Y como sostiene Raúl Zibechi,

…el poder, el verdadero poder, no nace de las urnas ni está en los parlamentos ni en los gobiernos, sino lejos de la visibilidad pública, en el capital financiero ultraconcentrado, en el 1% invisible que controla medios de comunicación, fuerzas armadas y policiales, gobiernos de cualquier nivel y, sobre todo, a los grupos ilegales narcoparamilitares que rediseñan el mundo.[2]

Es de una ofensiva de clase desde arriba que contrae drásticamente la demanda, golpea la economía productiva al tiempo que elimina capitales de la arena de la competencia y deja al Estado reducido a mero agente del capital a interés especulativo parasitario, para control y disciplinamiento de sus poblaciones. Con estos cambios en el capital global se intensifica el proceso de oligopolización y concentración de la riqueza, se eliminan grandes y medianos y pequeños capitales. Viene con el empobrecimiento generalizado de poblaciones, desestabilizaciones y la posibilidad de una creciente población sobrante. Procesos vinculados igualmente a la acumulación bélica de capital y a la procura del abortamiento de cualquier intento de soberanía. Agrega Piqueras, que estamos “en una nueva etapa del capitalismo global centrada en la disputa geopolítica y geoeconómica entre Estados Unidos y China, que afecta a toda formación estatal que esgrima el anticolonialismo y la recuperación de soberanía. Una fase de dominación mucho más violenta y peligrosa; caso del imperialismo ecológico desplegado por “Occidente”. Cuanto más urgente se vuelve la escasez de recursos naturales, más violenta resulta la política imperialista, nos advertía Marx. Mientras el planeta obligará a la humanidad a experimentar una verdadera “transición ecológica” (y no la publicitada por el Sistema)”.[3]

Noam Chomsky reafirma que se trata de una guerra de clases global, sindical en el norte y los espacios capitalistas del antes llamado Tercer Mundo en el sur, en una guerra étnica global que se expresa en el despojo de los pueblos indígenas. La destrucción de sindicatos en las grandes ciudades industriales y del movimiento estudiantil y campesino fueron hechos decisivos en la reducción de la democracia al voto mercantilizado. Chomsky anota: “La guerra arrancó con fuerza en Estados Unidos y Reino Unido, con regalos a los muy ricos (la desregulación-rescate económico, etc.) y un duro ataque al trabajo, abriendo las puertas al sector empresarial para socavar el principal medio de defensa contra guerra de clases salvaje, los sindicatos, comúnmente utilizando medios ilegales, pero eso es de poca importancia cuando controlan en gran medida un estado sin ley. Debido al poder global de Estados Unidos, la guerra se extendió por gran parte del mundo y adoptó diversas formas.”[4].  La democracia no se refiere al voto, sino al derecho a la autodeterminación y a la libertad de los pueblos, por ello el capitalismo actual es su antítesis que acepta el voto solo si la libertad se entiende como la libertad de los capitales, de la elite dictatorial que posee la mayor parte de la riqueza del mundo, el control del sistema financiero mundial y el monopolio de los medios de comunicaciones dominantes.

2. LOS PLANES ESTRATÉGICOS DE UNA DERECHA DELINCUENCIAL.

EL DESPOJO ECONÓMICO. Al parecer, debido a estos periodos de transformación global y constante ajuste neoliberal vivimos un periodo de inestabilidad que crece en determinadas circunstancias. La amenaza de crisis es una constante y hasta se puede decir que la crisis es consustancial al neoliberalismo, si aceptamos que es un proyecto saqueador basado en el control de la economía (Banco Central, Ministerio de Economía) subasta territorial y de recursos naturales, control del presupuesto, políticas monetarias restrictivas para manejar la inflación y devaluación; manipulación de políticas fiscales delimitadas, aumento de impuestos asociados al consumo  y reducción de los impuestos sobre la producción, las ganancias o rentas; como Estado subsidiario eliminan regímenes especiales y disminuye la inversión pública, desregulación, la inversión y el comercio; eliminación de permisos o reducción de restricciones al régimen de propiedad y de la seguridad, el aumento de la movilidad de capitales y la flexibilización laboral de la superexplotación; en la privatización de empresas públicas que debilitan al Estado. En síntesis son un conjunto de elementos que fragilizan al Estado y lo dejan en un permanente potencial estado de crisis. Mas aun si para garantizar el saqueo se inscribe la Constitución en el orden de la economía a través de la mediación del derecho, en una Constitución política estatal.

3. LA LUMPEN-OLIGARQUIA, EL MONOPOLIO DE LA POLÍTICA Y LA CAIDA DE CASTILLO.

Los intereses privados de los varios estamentos gubernamentales no pueden confundirnos y llevarnos exagerar las contradicciones entre ellos. Precisamente, el poder real al controlar la economía y mantener la constitución vigente, imponiendo un modelo socioeconómico que les permite redistribuir privilegios entre ellos: ejecutivo (Gabinete y FFAA), Congreso, Sistema judicial y medios por un lado y que impide una política democrática, derechos sociales y ambientales y justicia por otro, son los elementos que consolidan a sectores de clases medias que solo buscan enriquecerse con el menor esfuerzo.[5] Lo más importante para esa oligarquía delictiva es impedir un cambio de modelo económico y la matriz de poder, los grandes grupos de poder económico, la lumpen oligarquía financiera-empresarial dominante a través de su control monopólico de los medios de comunicación, de las mafias políticas, de la burocracia y de las bancadas parlamentarias. Es la verdadera “constitución material” que gobierna a la sociedad y al Estado. Así construyó desde el poder un nuevo tipo de sociedad que le dio el protagonismo fundamental a los grandes grupos económicos, a los oligopolios empresariales y financieros monopólicos, con una fuerte presencia del capital extranjero en un lado y con una presencia de una pleyade de lobystas, mercenarios y sicarios mediadores del poder de los primeros. Para esta oligarquía financiera empresarial la mejor política es la de Montesinos, que corrompe a los políticos y los medios que ellos controlan son usados para la falsa denuncia, la denigración y criminalización de la oposición al proyecto. Esta farsa política permanente transmite al pueblo-espectador el miedo y la resignación, convencerlos de que la política no sirve para transformar a la sociedad, que la democracia realmente existente se basa en políticos que tienen intereses propios, que, por naturaleza, son corruptos y que la política es cosa de políticos.

Este reinicio del capitalismo se expande desde la minería y la agroexportacón, pero tiene su centro en Lima, donde se concentran las sedes de las corporaciones, de la burocracia estatal y fuerzas armadas y policiales subsidiria de aquellas. Lima es la capital de los negocios, lobysmo, negociados y corrupción. Cuando las regiones llegan a Lima es para establecer los canales de su criminalización, caso de los Cuellos Blancos del Puerto que maneja congresistas jueces y fiscales. Las mejores y peores universidades están en esta ciudad. Cuando Castillo llega a la capital se ve rodeado de las mafias, acosado por lobystas y víctima de una férrea oposición con la que jugara al gato y al ratón. En ese maremágnum pierde el programa, no sabe como aplicarlo. Al principio acepta la jefatura de Cerrón, después desconfía de el por sus demandas de cargos públicos y convoca a su familia y sus paisanos ya acriollados y “maleados” (entre ellos a fujimoristas como Aníbal Torres o Salaverry). Aprende a comprar opositores, a organizar un servicio de inteligencia, a gobernar ocultamente, pero por su inexperiencia y la calidad de sus colaboradores va de fracaso en fracaso, cambiando ministros y mostrando incapacidad gubernamental. Mientras tanto, lo convencieron de hacer su “chanchita” y alguna vez así lo expresó. Curiosamente todas las investigaciones de la fiscalía, de los servicios de inteligencia y los sicarios mediáticos sobre la oposición conducen a hechos delictivos de gobernantes, militares, policías, políticos, funcionarios y congresistas mostrando al país que todo el sistema ya estaba corrompido y continua en ello. Inclusive los simulacros de investigación de la fiscalía y el Congreso sobre quienes la solicitan (caso de masacres de Boluarte-Otarola, la ilegalidad de la Fiscal, la interpelación a Boluarte) involucran a siniestras mafias, a intereses en la minería o irrigaciones, hechos de nepotismo, contratos, coimas, trafico de influencias.

La respuesta a las potencialidades de crisis manifiestas en la inflación y reducción de inversiones, se expresa mediante una vuelta de tuerca al sistema político, para mantener de cualquier modo el control estatal con la consiguiente pérdida de democracia, regímenes dictatoriales y represivos, control poblacional, llevar al límite la precarización de los mercados laborales, el empobrecimiento generalizado, la militarización, al deterioro ambiental. Es la destrucción de lo social, la extinción de derechos con una perspectiva multidimensional que configura permanente inestabilidad y puede llegar a desatar crisis políticas.

Tras la caída de Castillo, los intereses de quienes hoy monopolizan el poder político han coincidido. Se trata de mantenerse hasta el 2026 bajo el amparo del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) encargado de frenar toda protesta a sangre y fuego, aterrorizando a la población. Es un nuevo abril de 1993, que busca consolidar una renovación del fujimorismo dictatorial que restituya su mejor momento. No solo es la recuperación de la impunidad, es la restitución política e ideológica de los presos por genocidio. Es la condecoración y premiación de los criminales de los 90 y de todos los asesinos militares y civiles posteriores. El enemigo inventado es el comunismo internacional y el imaginario de la potencial violencia de todo opositor, los “terrucos” a los que hay que enfrentar con el apoyo de la derecha internacional. Es lo que explica que los más brutos y achorados militares y civiles ultraconservadores sean los lideres actuales: Montoya, Chiabra, Williams Zapata, Cueto, los jefes del CCFFAA acompañados de instituciones con poder (Congreso, Ministerio Publico, Poder Judicial, JNJ) y líderes civiles: Otárola, López Aliaga, María Alva, Dina Boluarte y otros más rústicos e impresentables, que sin embargo son legitimados por medios como Willax o el poderoso grupo El Comercio, que controla el 90% de los medios. Esperan que hasta el 2026 puedan conseguir algún personaje “idóneo” para la presidencia. Algunas expresiones de esta surrealista situación de renovación fujimorista son las condecoraciones a luchadores contra SL, a policías asesinos; el simulacro de vacancia a Dina o la amenaza de acusación de genocidio si se le ocurriese renunciar; también es el cierre del Museo de la Memoria a fin de impedir la presentación del informe anual de Amnistía Internacional;  apaleado a manifestantes en el barrio rico de Miraflores; clausurando la clínica popular INPARES; prohibiendo el ingreso de representantes de organismos de DDHH al Perú; atacado manifestaciones de protesta en distintos espacios de la ciudad capital; o provocado una nueva crisis diplomática con Colombia y México, disputando con México la Presidencia de la Alianza del Pacífico. El Congreso y la Fiscal son los encargados de blindar a Dina Boluarte-Otárola y su gabinete y permitiendo enriquecer a los Congresistas y fiscales, para que se mantengan con ella hasta el 2026, con privilegios descomedidos. Por lo tanto, ¿qué los unifica?: el neoliberalismo y el despojo, la corrupción, el narcoestado, la complicidad en los privilegios, la injusticia y la impunidad. Se sigue creando un país que estallará cada cierto tiempo, adoptando diferentes modalidades.

LA SALIDA

Hay que destacar el nuevo momento de las luchas derivado de los cambios en la coyuntura. Cuando se venían configurando nuevos movimientos en el norte peruano, en Lima y en la amazonía para establecer un mas solido movimiento nacional, llegaron los huaicos y los desastres en gran parte del país, que frenó estos avances. Los gobernantes sin importarles el aumento de cadáveres, gozan de una tregua y la disfrutan ofreciendo solo discursos de “prevención” y ayuda, que en la practica solo atañen a las zonas donde vive la gente rica, áreas turísticas y empresarios.

Están surgiendo justificadamente una gran corriente anarquista -de rotundo rechazo a las políticas estatales, de las mafias partidarias e instituciones- que pueden constituirse en nuevos factores de inestabilidad e ingobernabilidad. Esto se expresa en el relativo pero frecuente aislamiento internacional, el repudio de los gobernantes en regiones y provincias que impide su acercamiento al pueblo, los excesos en el saqueo que rompe límites y no respeta zonas de influencia de los varios gobiernos paralelos, la autodestrucción de las instituciones y partidos, la ausencia de líderes confiables y creíbles, el rechazo a los medios, la política genocida del Comando Conjunto, las ilegalidades del sistema judicial, la persecución y abusos sobre los luchadores sociales, la estupidez para buscar la impunidad de los criminales del estado sacando y poniendo jefes policiales, los burdos intentos de controlar todas las instituciones y colocar a familiares y sicarios administrativos. Hay que agregar los factores económicos como la continuidad de la corrupción en mayores dimensiones, el despilfarros de las reservas monetarias, la disminución del crecimiento en turismo, agricultura, comercio, etc, la escasez de alimentos y el aumento de la inflación a mas de un 12%, la ilegalidad de las firmas de contratos ley, concesiones y aprobación de proyectos; la fuga de capitales por la crisis bursátil norteamericana, las denuncias y protestas por el fracaso y hurtos en el Proyecto Reconstrucción con Cambios en la costa norte. Esta derecha sabe que en el otro lado esta el pueblo que en un 92% rechaza al Congreso y a la política y a los usurpadores “Balearte” y su gabinete.

La dictadura esta unificada por el fujimorismo y su viejo proyecto legalizado por la Constitución, sin embargo la derecha ha llegado a entender que con Keiko no pueden ganar elecciones después de sus tres fracasos. Solo viven el corto plazo de continuar con el despojo-saqueo, aumentar los privilegios de cada parte y garantizar impunidades. Ello explica el porqué los militares anti patriotas, anti soberanos y sumisos fueron los primeros en sumarse al golpe congresal del Estado profundo, su ala derecha cavernaria (FP. Avanza País, Renovación Popular) con la anuencia de Perú Libre y las otras fuerzas de izquierda que buscan continuar con los enormes privilegios, el respaldo permanente del sistema judicial y las instituciones sometidas a un Gobierno central de sicarios de ese Estado profundo, cuya cabeza son los mineros y la corrupta Confiep.

Este cambio de poder político es otra razón para entender por qué pide una «ruptura política». Quitar el poder político, que puede ser impulsado por la lucha popular, no significa entrar en la pendiente resbaladiza que conduce a su debilitamiento e inevitable derrota. Por el contrario, el poder político del capitalismo tiene una fuerte capacidad de resiliencia, y el posible retroceso es muchas veces parte de un proceso de reorganización del poder dominante, que, de ser necesario, puede operar en otro nivel, donde en mayor medida se detecta potencia. La violencia estatal manifiesta a menudo parece restaurar o ajustar las relaciones de poder en la sociedad.

En menos de dos décadas en América Latina, frente a fuertes movilizaciones populares y reveses electorales, la derecha ha mostrado una tremenda resiliencia y versatilidad en su respuesta. Esto nos muestra que, lamentablemente, el tiempo no está inexorablemente del lado del bien público, sino que crea un tiempo que trabaja en esa dirección. La autodeterminación de los pueblos y conseguir la libertad política democratizando la participación, la creación de foros de debate y desarrollo de la conciencia desde abajo, la elección de parlamentos populares, la forja de lideres en las luchas a las que nos convoca el despojo, saqueo y la ausencia de derechos, la elaboración de constituciones, la configurando de organizaciones y autodefensas desde dentro y fuera del Estado en base a la experiencia de reservistas, rondas campesinas, autodefensas urbanas, son algunos desafíos que requieren respuesta.

Notas:

[1] Robinson, William, El imperio del capital global, La Jornada 27 de octubre de 2022.

[2] RAUL ZIBECHI, La jornada, Junio 2022.

[3] Andrés Piqueras, Razones y pasos de una guerra sin fin (o de la guerra del fin) (y IV), Rebelión, 10/12/2022.

[4] Roberto Manríquez, entrevista a Noam Chomsky, «Neoliberalismo es un término engañoso, vivimos una guerra de clases», Rebelión 1 de abril de 2023. https://rebelion.org/neoliberalismo-es-un-termino-enganoso-vivimos-una-guerra-de-clases/.

[5] Las experiencias posfujimoristas incluyeron en la administración pública la meritocracia que surge de universidades privadas o descendientes de la vieja oligarquía, pero hoy han sido desplazados por egresados de universidades “chicha”; estos intelectuales orgánicos durante tres décadas hablaron de democracia, progreso, crecimiento y aceptaron el despojo indígena y el ecocidio minero con una mínima regulación. Siendo parte del sistema corrupto criticaron los excesos. Los políticos de hoy, que siempre renegaron de sus orígenes, prefieren vivir en lugares como San Isidro, sin importarles que para conseguirlo sean autores o cómplices de la barbarie y el cínico genocidio. ¿De qué universidades son los congresistas, los dirigentes de nuevas mafias políticas (¿partidos?), los magistrados, los nuevos empresarios ilegales, los trabajadores universitarios, la mayoría de los profesionales con títulos regalados o comprados?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.