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Uruguay

Lacalle lo logra: caída del 5,9% del PIB y aumento crítico del coronavirus

Fuentes: Rebelión / CLAE

Las autoridades uruguayas estimaron la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles de enseñanza hasta Semana Santa, mientras que el cierre de oficinas estatales y la cancelación de espectáculos públicos se extenderá hasta el 12 de abril de este año, como estrategia para disminuir los contagios de Covid-19.

Quizás el acto más reprochado fue tomar “la decisión contundente” sobre el eslabón más débil, porque todo lo que involucre a los niños, niñas y adolescentes tiene ese plus de protección que todos reclaman, pero la educación al igual que bares, gimnasios, termas, no mueven la aguja.

“Hemos tomado medidas que tienen como centro reducir la movilidad y una vez más la acción de Gobierno tiene necesariamente que estar acompañada por las conductas individuales”, dijo Lacalle. Con la exhortación «Quédate en tu burbuja» es la medida que sugiere a los ciudadanos sobre quedarse con su círculo o su núcleo familiar en sus hogares para actuar de “forma responsable” ante el nuevo brote de coronavirus.

La presencia de la cepa brasileña P1 del virus en siete departamentos uruguayos, la dupilcación de casos de Covid-19 en 24 horas, fueron razones de peso para que el Gobierno acordara las medidas nacionales en una reunión previa.

El telón de fondo de todo esto es la confirmación, por parte del Banco Central, de que la caída del producto interno bruto (PIB) el año pasado fue por demás importante, del 5,9 poor ciento, poniendo fin a 17 años de crecimiento, 15 de ellos bajo gobiernos del Frenbte Amplio. Pero incluso en este terreno hay que tener en cuenta las diferencias. Mientras muchos sectores sufrían duros golpes, el agropecuario y el de la construcción crecieron.

Duros golpes recibieron los sectores menos favorecidos en 2020, ya que, según cifras oficiales-en las que muchos no confían-, la pobreza subió casi tres puntos porcentuales y alcanzó a 11,6 por ciento de la población. El Ejecutivo ha rechazado expresamente en varias ocasiones la propuesta de brindar un ingreso transitorio de emergencia a sectores más amplios afectados por la crisis.

Cien mil personas habían caído en la pobreza en abril del año pasado, a apenas 15 días de decretada la emergencia sanitaria y a un mes del cambio de gobierno. La disparada del dólar (devaluación) mandó millones de pesos directamente de los bolsillos de ,los ciudadanos a las cuentas bancarias del sector agroexportador. Sí, a ese sector siempre lo cuida este gobierno y lo financian entre todos los uruguayos.

Obviamente, la pobreza afecta más a los hogares con jefatura femenina en todo el país, y más a las personas jóvenes que a las de mayor edad. La emergencia sanitaria fue un factor de mucha importancia para que se produjera el fenómeno. Sin embargo, no fue el único, ya que el Ejecutivo, respaldado por votos oficialistas en el Parlamento, dispuso una pérdida de salario real en el sector público, y que aseguró que habrá luego una recuperación, pero todavía no asumió compromisos sobre cuándo y cómo producirla.

La respuesta del primer mandatario -que reiteró en la rueda de prensa la actitud de acaparar el micrófono, resalta la prensa montevideana- fue que, si bien esperaba que las decisiones adoptadas fueran eficaces, no le correspondía a él, sino a los periodistas y la opinión pública, evaluar su oportunidad ni su suficiencia. Llamó la atención que no incluyera entre quienes deben opinar sobre el asunto a los científicos y especialistas en temas sanitarios.

Lacalle dejó en claro que es el que manda y no escucha ni a los asesores científicos y menos aún a alguien de la oposición. Por eso no extrañó que no dijera palabra sobre ampliar el diálogo y la búsqueda de acuerdos con organizaciones sociales y políticas. Parece que el presidente se toma muy en serio lo de no salir de su burbuja.

Una investigación de la Universidad de la República y la Asociación de Bancarios de diciembre del año pasado revelaba la existencia de cerca de 700 ollas populares y merenderos que, a fuerza de trabajo voluntario y ayuda silenciosa, trataban de paliar el hambre de miles y miles de personas que vieron severamente comprometida su alimentación durante el último año.

Sólo se refirió en una ocasión, genéricamente, al asesoramiento científico con que cuenta, pero sin mencionar al Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) relación que se ha tensionado en los últimos días, por la insistencia de los expertos en sugerir medidas que planteó el 7 de febrero (hace mes y medio) que no se adoptaron, y porque desde todos lados se le señaló públicamente al Ejecutivo que si no se hacía algo pronto para reducir la movilidad social seguirían produciéndose “muertes evitables”.

Esto último tiene un claro y considerable efecto sobre la opinión pública, ya que implica poner sobre la mesa una cuestión grave de responsabilidades políticas. Suspender la asistencia a los centros de educación y las actividades culturales siguen siendo los primeros recursos a los que se echó mano, ya que son medidas sin costos adicionales para el Estado o para los empresarios que lo apoyan.

El gobierno mantiene la cerrada negativa a que haya mayores aportes, por vía tributaria, de los grandes capitales y de quienes tienen mayores ingresos en el sector privado, y es obvia la carga ideológica en esta actitud, transparentada además por la referencia de Lacalle Pou a “las ramas de actividad representadas en el gobierno”.

El gobierno no aclara en qué se va a gastar el fondo coronavirus ni qué medidas se tomarán para garantizar la alimentación por esos tres días de los niños y niñas de las escuelas en la única decisión contundente que tomó el gobierno.

Esto no significa que la derecha y el gobierno se sientan acorralados, ya que siguen con su ofensiva a todo nivel: en el campo de la política, de la economía y de las ideas. Las luchas internas en la coalición de gobierno se van tensando por ahora, algo que no pueden disimular ya, ni siquiera en las conferencias.

El Presidente se dedica a explicar la nada misma, mientras la maquinaria comunicacional le inventa sentido a todo esto. Aún así, no es un gobierno derrotado sino todo lo contrario. Avanzan en el modelo de sociedad donde solamente entran unos pocos, cual urbanización privada.

Las conferencias semanales contienen signos poco improvisados, pensados para generar en el receptor un sentido determinado. Lacalle tiene un grupo de asesores que “couchean” cada paso que da, cada símbolo y representación con una intencionalidad política determinada, al punto de verse casi como un absurdo la reproducción y las similitudes con mandatarios como Mauricio Macri en la Argentina de 2015-2019.

Pero la última conferencia de prensa mostró otra cara del mandatario, y trajo a escena un caos generalizado que se vio en distintas oportunidades y bajo distintos signos corporales menos planificados a los usuales. La imagen del presidente tranquilo y decidido se vio afectada por una impronta corporal errática y de titubeo.

 El movimiento excesivo de sus manos como efecto de reflejos nerviosos inconscientes, junto a su voz acelerada y sin las pausas normales de su oratoria dejaron ver un presidente no tan consolidado como intenta transmitir mediante símbolos canónicos habitualmente (como lo hizo por ejemplo en el discurso de un año de su gestión en el Parlamento), señala Ladiaria.

La consulta constante a los documentos escritos con las medidas adoptadas, también son señal de inseguridad, de decisiones tomadas con apremio y poco “digeridas”, y de incomodidad a la hora de anunciar las medidas. Una vez finalizados los anuncios, comenzaron las preguntas de los y las periodistas.

La prensa montevideana observa tensiones entre el Presidente y el Ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, lo cual se refleja en los tonos de voz utilizados para referirse a él, la ausencia de miradas directas a su persona y el no nombramiento del mismo por su nombre en toda la conferencia. Por otra parte, a la hora de hablar de la vacunación fue Salinas quien tuvo que solicitar la palabra ya que el primer mandatario decidió no hablar de los éxitos del Ministerio de Salud Pública.

También surgieron quejas ante la suspensión de algunas actividades, como las de Richard Sander, intendente de Rivera (limítrofe norte con Brasil) por los free-shop de ese departamento. Por otra parte, reclamos contra el mantenimiento del trabajo en ciertos sectores, como el de la Asociación de Funcionarios Judiciales, que definió un paro de 48 horas.

No es seguro que la variante P1 del virus sea la única o la principal causa de que se haya acelerado la propagación de esta enfermedad en Uruguay, pero le ha servido a Lacalle para tomar resoluciones que no quiso adoptar una semana atrás, cuando ya era obvio que las tendencias conducían a la actual situación, sin que parezca que está reconociendo un error.

Falta mucho para que la vacunación mejore la situación sanitaria del país, pero todo indica que revertir sus efectos sociales será aún mucho más lento y difícil. El gobierno de la coalición derechista está empeñado en favorecer a los grandes empresarios nacionales y extranjeros, en especial los del agronegocio exportador.

Luvis Pareja. Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)