Fabricantes de medicamentos abusan de su posición para repeler a la competencia. Así lo concluye la eurocomisaria Neelie Kroes al término de una investigación realizada durante 10 meses. La investigación se llevó a acabo de forma dramática, con incursiones en varias empresas farmacéuticas. Según Kroes, se trata de un asunto de interés para todos los europeos: lograr el acceso a medicinas nuevas y más baratas.
Con el dinero que se ahorraría si durante un año en la Unión Europea no se utiliza ningún medicamente, se pagaría el plan de salvamento para la economía europea. La pregunta es ¿no pagamos demasiado?, y ¿nos dan la calidad que pagamos? Este año se produjeron dos hechos que despertaron las sospechas de Kroes. Uno: cuando se registra una patente de una medicina exitosa se tardan todavía meses antes de que la competencia ponga en el mercado un medicamente genérico mucho más barato. Y dos: el número de nuevas medicinas presentadas los últimos años en el mercado ha disminuido.
Kroes fue criticada por abrir una investigación en base a sospechas vagas. Sin embargo, los resultados preliminares demuestran que, según ella, no todo está claro. «Usted se sorprendería si supieran hasta qué punto llegan las empresas para proteger el alcance y la duración de sus patentes, manifestó Kroes en su presentación. «Pero también se trata de mucho dinero»
Trucos
Según la eurocomisaria, la industria farmacéutica cuenta con toda una serie de trucos. Uno de ellos, por ejemplo, es solicitar numerosas patentes al mismo tiempo y en el mayor número de países europeos posible, la cantidad puede llegar incluso hasta 1.300 patentes. La competencia tiene una ardua tarea para descubrir el asunto. Otro truco es iniciar un proceso judicial contra otro competidor que quiera presentar en el mercado una versión del medicamento más barata y de carácter genérico. Generalmente el fabricante de esa medicina gana el juicio pero el proceso puede durar años y mientras no haya una sentencia el fabricante, en la mayor parte de los casos, no puede vender su medicamento. Esas prácticas explican la falta de nuevas medicinas en el mercado y tienen como objetivo impedir que en el futuro las enormes ganancias de las grandes empresas farmacéuticas se vean en peligro.
Confesión
De los documentos decomisados a varias empresas farmacéuticas se desprende, según Kroes, que se trata de un verdadero intento para dejar fuera de juego a la competencia. En uno de esos documentos requisados, una de las grandes farmacéuticas escribe literalmente que quiere investigar la posibilidad de obtener patentes con el sólo objetivo de limitar las posibilidades de la competencia. «Eso no lo decimos nosotros, lo confiesan ellos mismos», subraya Kroes. Solamente de las medicinas que ha examinado específicamente la Comisión, entre el año 2000 y 2007, el consumidor europeo se habría ahorrado tres mil millones de euros si los genéricos hubieran llegado al mercado directamente y no siete meses después.
El siguiente paso
El que la industria farmacéutica recurre a este tipo de prácticas no es nada nuevo, afirma el doctor Dirk van Duppen de la Organización médica belga para el pueblo. «Pero ahora se está haciendo más patente por la actuación de un grupo que tiene cierta autoridad y el asunto es aún más concreto debido a que la Unión Europea por medio de los registros ha obtenido documentos auténticos en los que aparece lo que nosotros, desde hace años, intentamos demostrar basándonos en las cifras
Pero la cuestión ahora es saber si estás pruebas son suficientes para poder proceder contra las empresas de la misma manera que Kroes lo hizo con Microsoft. «No puedes reprochar a las grandes y poderosas empresas que sean grandes y poderosas», dice Edward Miller, especialista en Derecho para la competencia en Reed Smith en Londres. Según Miller, este puede ser un proceso largo «antes de conocer exactamente de cuánto espacio de acción legal disponen las farmacéuticas en este tipo de prácticas».
Todos ganan
Quizás no haya que llegar tan lejos ya que, según Kroes, la Comisión y las farmacéuticas están de acuerdo en un aspecto: hay que hacer algo lo antes posible para acabar con esa selva de patentes europeas. Hay que presentar una patente de forma comunitaria y así se evita que empresas se aprovechen de ese caos para explotar su propia patente. Al mismo tiempo, las empresas podrán regular sus asuntos de una manera más eficiente. Todos ganan. Pero hasta llegar a esa solución, Bruselas deberá seguir negociado.