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Las implicaciones sociales del referendo en un Uruguay partido al medio

Fuentes: Rebelión / CLAE

Tras el referendo del domingo 27 de marzo quedó demostrado que la mitad del país está claramente en contra de los 135 artículos, pese a la ajustadísima victoria del NO a la derogación de los mismos.

Por suerte, la selección uruguaya de fútbol venció a la de Chile y el pueblo tuvo para festejar: el boleto al mundial de Qatar, mientras se abría en el país una etapa de análisis de las implicaciones del resultado del referendo revocatorio de los 135 artículos más represivos de la Ley de Urgente Consideración (LUC), que desde el primer minuto generó lecturas disímiles en oficialismo y oposición, en un país partido al medio.

Lo importante sería analizar las perspectivas políticas que se abren tras una votación que se asemeja a los del balotaje presidencial de 2019, pero con menor participación ciudadana, menor diferencia entre los dos bloques –la centroizquierda y la derecha-, la proporción de los votos en blanco y el aumento de los anulados, que se sumaron al NO.

A su vez, los resultados por departamento son el punto de partida para reflexiones específicas, que requieren conocimiento de las realidades locales. También importa de qué modo se interpreta y cómo incidirá el triunfo del No en distintas áreas de actividad.

Es que tras el referendo del domingo 27 de marzo quedó demostrado que la mitad del país está claramente en contra de los 135 artículos, pese a la ajustadísima victoria del NO a la derogación de los mismos. La sociedad uruguaya rompió su inmovilismo ante tantas injusticias, métodos y odios de jun gobierno que quiere avasallar.

Fue una ajustada victoria del No con 49,8% de los votos. El presidente Luis Lacalle dijo que es “una etapa superada” e insistió en que “no hay dos Uruguay”. El Sí obtuvo 48,8% de las adhesiones y los promotores del referéndum destacaron que son “la mitad de la población.

Mientras los partidarios de la coalición multicolor de derecha –en el gobierno- celebraron el resultado como una victoria, la mayoría de las voces apuntan a que los partidos de la misma se precisan. La Comisión del SI identificó un triunfo político en la paridad y una advertencia de la ciudadanía al gobierno de Luis Lacalle Pou.

El senador oficialista Sebastián da Silva alegó que “la historia la escriben los ganadores, no los perdedores”, y el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, afirmó que el triunfo oficialista más importante se producirá “cuando el pueblo ratifique” en 2024 los resultados de 2019.

Heber sostuvo además que muchas normas de la LUC sobre la actividad policial, aprobadas “para defender” a una “mayoría” de “gente honesta” y “trabajadora” en la que se incluyó, no se habían aplicado hasta conocer el resultado de la consulta popular, pero que ahora “nadie, ni en el Poder Judicial ni en la Fiscalía, puede hacerse el distraído”. ¿Será que se siente habilitado para menospreciar la separación de poderes y la autonomía del Ministerio Público?.

“Los que ganaron” se “llevaron alguna amargura” y los que perdieron “tienen algún guiño hacia el futuro”, analizó Diego Luján, mientras que el experto Óscar Bottinelli consideró que “este resultado no deja bien parado al presidente”. El senador frenteamplista Danilo Astori señaló que “la oposición salió fortalecida” y legitimada para “acordar soluciones políticas” con el gobierno.

Un referéndum no se gana con una gran campaña, pero se puede perder con una mala campaña, reconoció el cuestionado Esteban Valenti, jefe de la campaña publicitaria y comunicacional del SI.

Tras conocerse los resultados, el centroizquierdista Frente Amplio (FA) pidió un acuerdo político para reformar la seguridad social. Para su presidente, Fernando Pereira, la discusión sobre la reforma jubilatoria se debe dar en el sistema político y no limitarse a la opinión de expertos; para el senador Alejandro Sánchez, se demostró que el gobierno “estaba ocultando” el tema

En una carta abierta “a los trabajadores y el pueblo” la central unitaria de trabajadores PIT-CNT subrayó que es “innegable” que los votos por el Sí no fueron suficientes; “esto es así y por tanto no hablamos de victoria”. Sin embargo tampoco habla de derrota, “no solo porque desde un punto de vista cuantitativo los votos confirmatorios de la LUC son menos del 50 % de los emitidos, sino por todo el proceso de acción desarrollado y el saldo acumulado por los sectores populares”.

Sostienen que en la lucha social “lo importante es si se avanza o se retrocede” y se avanzó “en muchos aspectos”, y añade que la perspectiva es de combate. “Vamos a un gran Primero de Mayo, masivo, a lo largo y a lo ancho del país», señala la central unitaria sindical.

Sin dudas la perspectiva del referendo cambió el orden de las prioridades del gobierno derechista, postergando la aplicación plena de parte de los artículos impugnados, mientras se realtaban publicitariamente iniciativas que podían aumentar las simpatías hacia el gobierno, tratando de morigerar los frentes de conflicto.

Ahora el oficialismo enfrenta una dificultad postergada, las discrepancias sobre los acuerdos firmados por la coalición antes del balotaje de 2019, que taparon las discrepancias de los socios sobre distintos temas, unos incluidos en la LUC, otro en el Presupuesto. Ya la bancada oficialista analiza que puede aprobar en los próximos meses, en una agenda con temas incapaces de movilizar gente, salvo aquellos temas que tengan que ver con los aumentos de combustibles y alimentos.

El gobierno trata de definir con urgencia nuevas medidas para contener el aumento de precios en productos de la canasta básica, mientras los analistas elevaron a 7,9% las previsiones inflacionarias para el año en curso.

Para Kenneth Coates, asesor económico del ultraderechista senador Guido Manini Ríos, el aumento de los precios en productos básicos para las familias lleva a volver a poner sobre la mesa un rol del Estado más presente. “Uno no puede elevar el nivel de vida por decreto, va a haber que buscar formas de crear nuevas actividades, más empleo. A nadie le gusta que caiga en 5% o 10% en términos reales su nivel de vida», señaló.

Unos y otros son conscientes de que ahora seguirá la agenda de los aumentos: de los combustibles, del costo de vida, del impacto en los indicadores sociales, en la educación, en la inseguridad.  Desde que se confirmó la realización del referendo, los precios al público vienen rezagados y ya se anunció el aumento del 6.7% en las naftas y 18,5% en el gasoil.

Rubén Armendáriz. Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.