Los congresistas, que son la parte política, porque partidos políticos orgánicos no existen en Perú hace mucho tiempo, son también aborrecidos por la mayoría de la población.
-Pedro Castillo enfrenta su peor crisis. El 28 de marzo, el mismo día en que se definía su moción de vacancia, estalló un paro de transportistas en Huancayo, al poco tiempo se sumaron productores. El impacto del aumento del petróleo y sus derivados se hacía sentir en toda la cadena productiva rural. Los cortes de ruta impactaron en el desabastecimiento y el aumento del precio de los alimentos. El clima se comenzó a caldear. El descontento en Perú precede a Castillo y fue la crisis política, institucional y social, precisamente su condición de posibilidad. La pandemia no fue gratis en un país donde más del 75% trabaja en la informalidad. Estos acontecimientos que se han producido en los últimos días en Perú, ¿qué reflexión te merecen Ricardo?
-Bueno, ya lo dije antes, si pudiéramos reunir todas las entrevistas tendríamos un panorama de todo el proceso que ha llevado a esta situación de crisis en Perú, que tiene como centro al gobierno de Castillo. Pero intentaré alguna reflexión, para eso me has invitado a tomar la palabra.
Es cierto que las protestas han aumentado, pero primero las razones que tú has leído, aunque sea limitadamente, porque los transportistas que protestaron y demandaron inicialmente y los agricultores comparados con los de Chile, los 400.000 transportistas, casi empresariales, que prácticamente pusieron en jaque el gobierno de Allende y lo prepararon para su caída.
En Perú los 270.000 transportistas que dicen las estadísticas son pequeños propietarios, no son empresarios. Son gente humilde que se ha construido por la característica del país, la regionalidad y la descentralización, de tal manera que son trabajadores pequeños. Han protestado porque cualquier aumento de la gasolina les afecta mucho.
Además, los campesinos también, porque acusan la inconsecuencia de Castillo, que les prometió prácticamente de todo en la campaña electoral y no ha cumplido nada. A eso se han sumado, ahí viene si tú quieres el problema social agudo y la síntesis que yo trataré de hacer, los maestros.
Los maestros supuestamente eran el apoyo político fundamental de Castillo y prácticamente los 300.000 maestros fueron su partido político. A estas movilizaciones de los maestros se han sumado diversos sindicatos por su pliego de reclamos. Pero la novedad es que en esta demanda, comenzando por lo estrictamente económico, comenzaron a subir de tono y adquirió un carácter político. Tan es así que la mayoría de ellos pide la renuncia de Castillo, critican a su gobierno, lo denuncian por inconsecuente.
La novedad está en que antes teníamos cuidado todos aquellos que hacíamos un análisis pensando que alguna reserva tendría Castillo y no habría que jugar tanto a una debacle, a un destino manifiesto de una salida por derecha. Éramos cuidadosos un poco. Pero ahora la realidad ha saldado las cuentas políticas porque la derecha, que desde el primer día no aceptó su victoria, con los fuyimoristas a la cabeza y los otros grupos de derecha, ellos han estado siempre en una actitud golpista. Los más conservadores liberales en busca de una salida para su caída.
Lo nuevo está en que ahora se han sumado las huestes del propio Castillo, es decir, todos aquellos que votaron por él que eran la mayoría popular, la mayoría regional, la mayoría provincianos, sectores campesinos de pobres y sobre todo los maestros, han salido a las calles a protestar contra él.
Y hay una consigna nacional ahora: “que se vayan todos”. En el sentido que la gente se cansó de Castillo, de su inconsecuencia, de un gobierno que no es capaz prácticamente de encarar ningún problema y que gira perceptiblemente a la derecha con el objeto de salvarse.
Los congresistas, que son la parte política, porque partidos políticos orgánicos no existen en Perú hace mucho tiempo, son también aborrecidos por la mayoría de la población. Las estadísticas dicen que el 76% de personas están contra el gobierno de Castillo, pero el 82% está en contra del Congreso.
De tal manera que la consigna que nosotros conocemos bien que es “que se vayan todos” hoy caló hondo en el país. Y por derecha y popularmente esa consigna es una de tipo nacional donde le piden a Castillo que se vaya o que renuncie.
Esa es si tú quieres la situación actual, el desarrollo de la lectura que tú has hecho. Lógicamente, el oyente tiene que decidir un poco por qué. El por qué es sabido, los medios de prensa lo han comunicado, es por las condiciones particulares del acceso al gobierno de Castillo que nunca fue un hombre de izquierda, hay que tener cuidado con eso, porque él era un sindicalista anti-burocrático. Cuando tuvo que manifestarse políticamente, estuvo ligado más a los partidos de derecha. De tal manera que ser maestro y pobre, o ser sindicalista no te hace forzosamente un hombre de izquierda.
En eso hay un desarrollo abusivo de los medios de prensa y sobre todo de quiénes dicen pensar políticamente y califican a cualquiera de izquierda.
Ya hemos anunciado cómo, excepcionalmente, él es un subproducto de una situación particular, una coyuntura de la realidad peruana, de otras crisis. No olvidemos que Perú tiene 75% de pobres estructurales, pero también tiene seis presidentes procesados y presos por delincuentes. Uno de ellos es Alan García, suicida, que un día hizo una campaña contra el FMI. Digo eso para resaltar…
-Recuerdo los carteles del año 85 cuando García visitó nuestro país: “Ay patria mía, dame un presidente como Alan García”.
-Claro, al año siguiente el hombre era agente de los EE UU. ¿Qué te parece? Entonces te voy definiendo la situación, porque ahora sí ya no podemos ser tan cuidadosos. Yo tenía temor. Decía ‘es un hombre pobre, la situación… vamos a ver si hay reacción popular… esperemos un poquito…’, pero siempre lo caractericé de un hombre incapaz de gobernar. Ahora la situación de Castillo es insostenible. Porque a las fuerzas de derecha que están contra él se suman ahora las fuerzas populares que teóricamente fueron su apoyo y que prácticamente están consiguiendo que se vaya o que renuncie. Ese es, si tú quieres el momento actual, y la situación insostenible para él.
La salida sigue siendo incierta
-Se me ocurre preguntarte, no te pido que hagas política ficción, ¿tenés algún análisis de una posible salida de esta situación?
-Mira, salida de la situación en algunos lugares puede ser previsible porque hay tendencias que determinan una realidad. Pero en Perú se da el caso de que la situación es incierta. Hemos juntado todos los elementos, miseria estructural, falta de partidos políticos. Porque la falta de partidos políticos tiene su importancia, porque en una situación como esta, si los partidos políticos hubieran existido, como existían antes, dos o tres partidos importantes, podrían haber ordenado y fijar ejes de la situación. Pero ahora no, hay 30 o 40 partiditos chiquitos que no son partidos, son grupos aluviales, de tal manera que hay un desorden en el sistema político, incluso burgués. Ya voy dándote una salida en ese sentido.
Había pensado casualmente en una salida porque los analistas, las personas que conocemos, que escriben, ellos recalcan que el destino de Castillo está jugado, pero ¿cuál es la salida? La salida sigue siendo incierta. Porque si se convocan a elecciones es probable que la Fujimori que tiene muchos juicios gane las elecciones.
-Ahora se quemaron las pruebas que la incriminaban, ¿no?
-No solamente eso, porque ahora viene otro elemento en contra de Keiko, porque los elementos de orden que quedan, por ejemplo EE UU, que juega todavía a respetar un poco el juego democrático y no ha intervenido directamente, pero está a la expectativa, no quiere un gobierno de la Fujimori porque se polarizaría el país. La rebelión popular que no se hizo contra Castillo se haría contra ella, de tal manera que los propios elementos del orden capitalista no juegan por esa salida, entonces eso opera en un sentido de dar un plazo de espera.
El otro plazo de espera es la propia naturaleza de la clase gobernante peruana, es decir, de la burguesía patronal, que no es como la uruguaya, como la chilena, como la brasileña o como la argentina. En Perú hay 30 grandes empresas, de las cuales 26 son transnacionales. Hasta la propia clase media es una clase muy débil y solamente hay un sector muy pegado a la alta burguesía, pero es muy pequeña, la clase media es muy estratificada hacia abajo y un sector muy alto de la clase media está pegada a la explotación de los obreros que es algo que la convierte casi en una burguesía.
La especificidad va jugando en sentido de la realidad peruana. Otro elemento, por ejemplo, es que la economía hasta este momento estaba caminando bien al 5% o 6% de crecimiento, pero ya aparecen elementos de crisis, entonces los propios grupos empresariales están a la espera buscando una salida, de esta manera ellos tampoco pueden determinar porque no tienen representación directa como en la Argentina, o Chile que tiene dos grandes coaliciones burguesas o Uruguay o Colombia.
Se juegan una serie de elementos menores que van determinando ese compás de espera en que la gente dice: ‘¿cómo? en una situación como esta, un gobierno que no puede gobernar, un pobre hombre que es un saltimbanqui, que es un pobrecito ¿por qué no renuncia?’.
Porque se han juntado todos esos imponderables de tal manera que el único elemento de orden que podría existir, pero que no garantiza a nadie nada, incluso a los que tienen cierto poder de decisión, que lo hagan renunciar, o que le den un golpe de estado que es lo menos probable.
La situación indica que Castillo puede renunciar o puede irse y que se convoquen a elecciones. Pero las elecciones son muy inciertas porque se van a presentar 30 candidatos y se va a repetir el mismo proceso con la posibilidad de que gane Keiko Fujimori, de tal manera que cuando tú me pides una solución desde el punto de vista político yo te digo que esta es la realidad del país.
Así es la especificidad de nuestro país. Perú es uno de esos países donde nadie puede garantizar cuál es la salida política. Hasta los analistas más cultivados del Perú dicen ‘no sabemos qué puede pasar mañana’ y es así. Yo me aventuro más porque soy tan intrépido como tú para juzgar políticamente y me arriesgo a decir algo un poquito más adelante que lo que dicen todos aquellos que dicen que conocen la realidad.
– Bien Ricardo, vamos a dejar acá. Es una situación que vamos a seguir de cerca. Es muy importante, creo esto que vos señalás, ya no se trata de una derecha que quiere desplazar a Castillo, como ha sido hasta ahora, sino que esta es una rebelión de los de abajo, de los mismos que lo apoyaron, de los que lo llevaron al gobierno. Creo que esto es un hecho cualitativo.
-Claro, por eso la figura de la presencia de las masas que siempre dijimos también es incierta. Porque los sectores más organizados de las masas están contra él, no a favor de él. ¿Me entiendes? Ni siquiera se asegura de decir la gente que ya no puede vivir más, que se muere de hambre, esas cosas de que parece Perú un país africano, se canalizan en un sentido si tú quieres de buscar un orden en la línea del orden burgués.
¿Pero qué orden burgués? Esto no es un orden burgués ni nada, esto es realismo mágico por todos lados. También hay que ser precavidos y esperar. Es más claro lo de Boric, lo de Petro o lo de Lula, aunque tengamos juicios diferentes, eso tiene claridad para darte situaciones que el oyente conoce, Perú no. No se puede predecir qué puede ocurrir en ese país. Uno desearía otra cosa, pero no vamos a hacer ejercicio de imaginación o futurismo gratuito, no corresponde a gente como tú y yo que sumamos 160 años de combate político, ¿no es así?
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