Enfermera de vocación y sindicalista revolucionaria de corazón. Ésta podría ser una concisa caracterización de Dora Regina Ruano, secretaria de Organización y miembro de la Comisión Política del Frente Nacional de Lucha (FNL) de Guatemala. La activista ha visitado Valencia, invitada por CEDSALA, para explicar las claves de la victoria electoral obtenida por la derecha […]
Enfermera de vocación y sindicalista revolucionaria de corazón. Ésta podría ser una concisa caracterización de Dora Regina Ruano, secretaria de Organización y miembro de la Comisión Política del Frente Nacional de Lucha (FNL) de Guatemala. La activista ha visitado Valencia, invitada por CEDSALA, para explicar las claves de la victoria electoral obtenida por la derecha guatemalteca hace un mes, de la mano del general Otto Pérez Molina. Y de otra victoria, la de la izquierda, que mediante lucha y muertos, ha conseguido que Unión Fenosa abandone el país. «Ahora, con los genocidas de nuevo al mando del país, se trata de continuar peleando para que la trasnacional devuelva lo que ha cobrado ilegalmente», resume la secretaria de Organización del FNL.
-Las recientes elecciones acabaron con la victoria del general Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP). Un editorial del periódico mexicano La Jornada titulaba «Guatemala: retorno de los genocidas». ¿Estás de acuerdo?
-Así es. Durante el conflicto armado que sufrió Guatemala durante 36 años, el general Pérez Molina fue uno de los líderes de la contrainsurgencia y responsable de acciones muy duras y violentas contra el movimiento popular. Además, subordinados suyos, cuando el presidente electo era jefe del Estado Mayor Presidencial, asesinaron al obispo Juan Gerardi, dos días después de que éste presentara las investigaciones sobre los crímenes de los militares durante la guerra civil. Los nexos del nuevo presidente con el genocidio son bien claros.
-En las elecciones del 6 de noviembre Otto Pérez Molina tuvo como rival a un millonario populista, Manuel Baldizón. ¿Dónde está la izquierda en Guatemala?
-Hemos de distinguir dos izquierdas en el país. La político-partidista y las organizaciones populares. La primera viene representada por dos partidos -la URNG y ANN- que proceden del antiguo movimiento guerrillero. Su objetivo es presentarse a las elecciones cada cuatro años para acceder al poder. Un camino diferente es el que emprende la izquierda revolucionaria, que lucha todos los días en la calle.
-Tu militancia política se desarrolla en el Frente Nacional de Lucha (FNL).
-En efecto. Y el FNL se sitúa claramente en el segundo campo, la izquierda social y combativa. Agrupa a 186 organizaciones populares y sindicales que trabajan sobre dos ejes: la lucha contra el neoliberalismo y las transnacionales; y el respeto y la defensa de la madre tierra. El Frente Nacional de Lucha se constituye además a partir de una concepción nueva del movimiento sindical. No sólo se reivindican cuestiones socio-laborales, como hace el sindicalismo tradicional, sino que la lucha se extiende a la defensa de los derechos humanos, culturales y de las comunidades rurales en todos los departamentos.
-Una de las grandes victorias del movimiento popular ha sido la reciente salida de Unión Fenosa del país.
-Unión Fenosa ha abandonado Guatemala siete años después de que la Corte Constitucional resolviera que la transnacional debía devolver lo cobrado de más a los usuarios, en concepto del famoso VAD (Valor Agregado de Distribución), desde el año 1999. Unión Fenosa se ha ido sin pagar los 144 meses de deuda por cobro ilegal del VAD que tiene con los guatemaltecos. No ha sido, por tanto, un triunfo completo. Además, ahora han vendido sus acciones a la multinacional inglesa ACCTIS, pero las organizaciones sociales continuamos exigiendo el pago de la deuda.
-Para mayor sarcasmo, la multinacional afirma que ha salido de Guatemala por la intimidación a la que ha sido supuestamente sometida.
-Se refieren a las protestas, marchas y protestas de todo tipo que se han producido contra los cobros ilegales, multas y crímenes perpetrados por Unión Fenosa. Hemos denunciado 54 asesinatos en los últimos cuatro años vinculados a la resistencia contra los desafueros de la compañía. Por no hablar de su presunta relación con el narcotráfico. En 2009 resultó asesinado el dirigente del FNL, Víctor Gálvez, muy activo en las luchas contra Unión Fenosa. La policía detuvo en agosto, como presunto autor del crimen, al guardaespaldas del narcotraficante Juan José Ortiz, quien además tenía un convenio con la trasnacional para producirle energía eléctrica.
-Por donde pasa Unión Fenosa no crece la hierba. Denunciáis además el impacto ambiental generado.
Porque es la responsable de la implantación de dos plantas carboneras (que aún no producen energía eléctrica a partir de carbón mineral, pero ya se ha colocado la primera piedra). Una se ha instalado en el Petén, uno de los pulmones verdes de América. La segunda, en Escuintla, una zona turística y portuaria de primer orden. Nos preocupa mucho la emisión de gases de efecto invernadero y la lluvia ácida vinculada al carbón que está detrás de estas iniciativas. Hay estudios, incluso, que aseguran que el impacto de las carboneras se extenderá de Chiapas a Panamá.
-El tópico mediático al uso equipara Guatemala a violencia, maras y armas sin control. ¿Es real esta imagen?
-Hay que explicar las causas de la violencia que, en primer lugar, son estructurales, generadas por el desempleo y la pobreza. Lo cierto es que en Guatemala cualquiera tiene un arma sin permiso. ¿Cómo entran en el país? Las introducen por las fronteras los narcotraficantes y el crimen organizado. Ahora bien, las fronteras están teóricamente controladas. Pero las armas penetran en Guatemala porque miembros de la policía y el ejército están conchabados con la criminalidad organizada. Se ha probado que altos mandos del ejército jubilados mantienen estos nexos. Por otra parte, hay grandes empresarios y militares que pasan las armas con sus aviones privados, sin pasar controles.
-Capítulo especial merece el feminicidio que azota el país.
-En este sentido Guatemala llora sangre. Los medios de comunicación del país cada vez hacen un tratamiento más sensacionalista de los crímenes contra las mujeres. En lugar de abrir un debate, los medios se recrean en la saña y los detalles escabrosos de las muertes. Pero no se aplica la justicia y esto, sin embargo, no les preocupa. En Guatemala hay una buena ley con la que podría dar la batalla al feminicidio. Sin embargo, no se hace uso de ella, ni se investigan los crímenes. Las mujeres asesinadas son un mero número que, por cierto, cada año va en aumento. Algo parecido ocurre con los menores y las personas mayores.
-Guatemala sufre unas tasas de desnutrición y analfabetismo estremecedoras, mientras que una fiscalidad exigua impide reformas estructurales. ¿Qué hacer?
-Continuar luchando. Es preciso implantar reformas fiscales progresivas. El FLN le pidió al presidente saliente, Álvaro Colom, que aplicara precios máximos a los productos de la cesta básica. No nos hizo ningún caso. Al final, resulta muy difícil repartir la riqueza en un país donde los potentados controlan los medios de comunicación y pagan las campañas electorales de los políticos de derechas. Ahí está el ejemplo de Dionisio Gutiérrez, uno de los personajes más ricos de Guatemala, propietario de la cadena «Pollo Campero» y conocido evasor fiscal, que ha pagado la campaña electoral de Otto Pérez Molina. Fíjate lo cohesionada que está la oligarquía que un estamento medular de la misma, el ejército, cuenta con un banco y una televisión.
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