En el 50 aniversario del Tratado de Roma, la canciller alemana y presidenta de turno de la Unión Europea, Angela Merkel, señaló la Declaración de Berlín como el camino para un «fortalecimiento de la estructura constitucional interna» y alertó de que un fracaso supondría una «oportunidad histórica perdida». Dibujada la situación de esta manera, fueron […]
En el 50 aniversario del Tratado de Roma, la canciller alemana y presidenta de turno de la Unión Europea, Angela Merkel, señaló la Declaración de Berlín como el camino para un «fortalecimiento de la estructura constitucional interna» y alertó de que un fracaso supondría una «oportunidad histórica perdida».
Dibujada la situación de esta manera, fueron Merkel junto con el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, y el titular del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, los que firmaron la Declaración en representación de los 27 países miembros de la Unión Europea, quienes se reunieron ayer en Berlín en un día en el que se organizaron en la capital alemana diversas manifestaciones culturales gratuitos.
La Declaración de Berlín
En el documento, que ha publicado La Moncloa y que puede encontrarse traducido también en catalán, vasco y gallego, los dirigentes europeos asumen y pretenden seguir «ejerciendo nuestro liderazgo» en el derecho de los seres humanos a no ser víctimas de la guerra, el terrorismo y la violencia, a la vez que defienden una solución pacífica a los conflictos y apuestan por una lucha común contra «el terrorismo, la delincuencia organizada y la inmigración ilegal».
«Sólo unidos podemos preservar en el futuro nuestro ideal europeo de sociedad (…). Este modelo europeo aúna el éxito económico y la responsabilidad social. El mercado común y el euro nos hacen fuertes. «, indica el texto, y así lo entendió también Angela Merkel, quien en el discurso previo a la ratificación de la Declaración de Berlín manifestó que «detenerse significa retroceder (…) Si Europa está dividida, tropieza mucho más rápidamente de lo que algunos creen». Para ilustrar sus palabras se refirió a la firma del Tratado de Roma, cuando 50 años antes un miembro de la delegación británica apostó que «el Tratado no tenía ninguna posibilidad de firmase, si se firmaba no se ratificaría, y si se ratificaba jamás se aplicaría».
La Declaración de Berlín ha evitado cualquier mención al Tratado Constitucional que hace casi dos años rechazaron en referéndum Francia y Holanda para así referirse al objetivo de encontrar «fundamentos comunes renovados» antes de las elecciones parlamentarias de 2009. «Porque sabemos que Europa es nuestro futuro común», finaliza la Declaración.
Celebraciones y manifestación
El comienzo de la Cumbre, este sábado, dejó la batuta al director de la Filarmónica de Berlín, Simon Rattle, que con su orquesta interpretó, además de otras obras populares del compositor italiano Luciano Berio, la ineludible Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven, por ser el himno oficial de la Unión Europea.
Los espacios de la Europafest este domingo fueron dos escenarios y 77 carpas que ofrecieron a las cien mil personas que se animaron a pasar por la puerta de Brandemburgo varios conciertos y distintos actos culturales procedentes de los veintisiete países miembros. Tras el discurso de la canciller del país anfitrión, se soltaron al cielo cientos de globos azules mientras que durante el todo el día fueron repartidos balones, cuadernillos, pegatinas y pequeños libros de tres centímetros en donde se recogían los derechos de los ciudadanos europeos.
Unas mil personas también salieron ayer a la calle en Berlín pero para protestar contra «la Europa del capital – la Europa de la guerra». La manifestación, aun autorizada, fue vigilada por un gran dispositivo de seguridad. La marcha partió de la Alexanderplatz y fue interrumpida por la policía justo antes de que pudieran llegar a la Puerta de Brandemburgo.
Además se impidió el acceso a todos los edificios oficiales, por lo que la marcha, convocada por unas cincuenta organizaciones sociales, se limitó a gritar en la calle «arriba la solidaridad internacional».Unos 5.000 agentes fueron desplegados por la ciudad para vigilar edificios oficiales y zonas céntricas..
Texto íntegro de la declaración de Berlín