Una legislación de secreto bancario que ampara el fraude fiscal internacional junto con la estabilidad del franco y el potente mercado del oro, ha hecho que la banca suiza sea el destino de las fortunas privadas de miles de millonarios. Si Suiza goza de una gran prosperidad económica y si posee un sector productivo potente […]
Una legislación de secreto bancario que ampara el fraude fiscal internacional junto con la estabilidad del franco y el potente mercado del oro, ha hecho que la banca suiza sea el destino de las fortunas privadas de miles de millonarios. Si Suiza goza de una gran prosperidad económica y si posee un sector productivo potente con la alta productividad y fortaleza de muchas de sus ramas económicas (turismo, reloj, alimentación o industria farmacéutica) y si sus trabajadores tienes los más altos sueldos del mundo, todo esto tiene mucho que ver con el hecho de ser un país-refugio para capitales de todo el mundo; Suiza es un país relativamente nuevo en Europa y en cierta medida ha sido siempre un Estado excepcional permitido por las grandes potencias europeas. Por su puesto existe una historia mítica de Suiza: la historia de Guillermo Tell, el pacto confederal de los cuatro cantones, la neutralidad, la tolerancia etc., pero, en verdad, eso es una historia legendaria que tiene poco como ver con la realidad histórica; en cierta medida Suiza esta aislada y su población, que sabe de sus privilegios, tiene miedo de cualquier cosa. El país de Heidi es próspero pero también es frágil: sus habitantes saben que viven en una urna de cristal y cualquier golpecito puede hacerla resquebrajar. De este sentimiento profundo es del que se aprovecha el líder del partido Popular suizo, Blocher, artífice del referéndum xenófobo e islamofóbico contra los minaretes. Ya el año pasado había realizado una campaña xenófoba de endurecimiento de las leyes de inmigración en el que los carteles dieron la vuelta al mundo por su carácter marcadamente xenófobo. Ahora mismo esta preparando la convocatoria de otro referéndum para expulsar a los extranjeros delincuentes.
El objetivo del referéndum contra los minaretes, además de propagar una xenofobia sin pudor, puede ser de mas calado que lo que aparentemente significa.
El principal banco suizo la UBS, ha sufrido, recientemente, una crisis financiera profunda y miles de millones depositados en este banco se han retirado. La UBS ha tenido que levantar el secreto bancario de miles de cuentas numeradas por las exigencias de los EEUU y ello en contra de la legislación suiza del secreto bancario, lo que ha provocado una terrible polvareda política y mediática en Suiza. Al mismo tiempo Suiza se ha visto en vuelta en un incidente diplomático con Libia; el Coronel Gadafi ha sugerido que la Comunidad Internacional debería pensar el dividir a Suiza entre sus países vecinos. En realidad era una provocación típica de Gadafi que alimentaba, sin embargo, esa sensación de repudio internacional a los privilegios suizos. En cierta medida la relación bilateral que tiene Suiza con la Unión Europea es una condición privilegiada para Suiza. Son piezas todas de un mismo puzzle: ¿será posible seguir estando en el espacio europeo manteniendo unos privilegios que deterioran y erosionan los sistemas fiscales de los países europeos?
En general lo que propone el partido político de Blocher es una política que consolide a Suiza como un Estado excepcional, aislado, fortaleza de fortunas protegidas; Blocher: multimillonario, anticomunista feroz, xenófobo, ultranacionalista, coleccionista de arte costumbrista suizo, ha pasado sus ultimas vacaciones nada mas y nada menos que en Cora del Norte! En realidad Blocher busca que Suiza siga como hasta ahora y que su status privelegiado no se resquebraje por eso es el partido político mas votado en Suiza. Detrás de esta estrategia islamofobica y xenófoba se busca una Suiza mas aislada, más antieuropea, encerrada en si misma y en este sentido no sería nada extraño que en esta país se produjera una escalda de provocaciones que reforzarán sin duda esa política ultranacionalista de los ultramillonarios. Se pretende cerrar a cal y canto la cueva de Alí Baba y para eso algunos están decididos a utilizar todos los medios a su alcance, desde referéndums hasta bombas.
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