Hay que reconocer la gran habilidad retórica de Berlusconi. Prometió 500.000 personas en la manifestación de ayer en Roma y afirmaron desde el palco, en directo por la RAI, que eran nada menos que 1.000.000. ¡Alehop! La Questura de Roma dijo que eran 150.000 y las fotos no mienten: adelantaron el palco y pusieron casetas […]
Hay que reconocer la gran habilidad retórica de Berlusconi. Prometió 500.000 personas en la manifestación de ayer en Roma y afirmaron desde el palco, en directo por la RAI, que eran nada menos que 1.000.000. ¡Alehop! La Questura de Roma dijo que eran 150.000 y las fotos no mienten: adelantaron el palco y pusieron casetas para estrechar la plaza. La Física nos dice que en un metro cuadrado caben como sardinas cinco personas. Para que quepa un millón de personas se necesita un área de 200m x 1 km, o bien de 400m x 500m, o bien 14 campos de fútbol: el espacio de ayer no era tal.
Pero qué importa que ese millón silviesco fuera mentira: la noticia la habían dado y los titulares de los periódicos los había vuelto a dictar él. He ahí otro ejemplo de hegemonía mediática, populismo mediático o videocracia.
Viviendo extramuros del foro itálico, se hace difícil comprender lo que sucede en el «teatrino» italiano. Por eso, quizá valga la pena acudir a la deconstrucción retórica que hace el gran cómico -censurado de la RAI desde hace ya varios años- Daniele Lutazzi de esta tragicomedia. En su libro La Guerra Civil Fría explica Lutazzi cómo el éxito de Silvio Berlusconi está cimentado en una sólida y sugestiva narración emocional, método aprendido de los conservadores norteamericanos. Para que un personaje y su historia sean creíbles se necesitan, dice Lutazzi, varios elementos. Primero: obstáculos por superar. Ayer Berlusconi repitió una vez más quiénes son el verdadero obstáculo para la libertad y el Amor: la izquierda, los magistrados comunistas y la prensa. Segundo: debilidades, como sus fanfarronadas, sus liftings, sus trasplantes de pelo, sus gags diplomáticos (cucú a la Merkel, cuernos a Piqué, Obama bronceado…), sus falsedades, su obsesión sexual de mujeriego impenitente. Tercero: querer a toda costa algo. Berlusconi quiere a toda costa no ir a la cárcel y aumentar su imperio. Cuarto: el carácter único. Para ello, nos cuenta su pasado de empresario hecho a sí mismo, presidente del club de fútbol que más Copas de Europa atesora, padre ejemplar de familia…
¿Han escuchado que rechinaba algo? En efecto: la impecable narración emotiva comenzó a chirriar cuando su mujer lo acusó de frecuentar menores y necesitar ayuda. Primera grieta. La segunda viene del lado del obstáculo. A Silvio le surgen obstáculos dentro de su propio partido. El principal se llama Gianfranco Fini, vicepresidente del Partido de la Libertad, presidente del Congreso. A 15 días de las elecciones regionales se presenta el proyecto Generazione Italia, que no sólo es un periódico online, una asociación o una fundación más: se trata grupo de presión en el seno del PDL que los berluscones ven como un caballo de Troya, como una escisión en frío, como una traición ladina.
El 13 de marzo, dos días después del lanzamiento de Generazione Italia, se tiene noticia del nacimiento del Partido del Sur, que nace de la alianza entre el presidente de la Región Sicilia, Raffaele Lombardo y el secretario de la presidencia del Consejo, Gianfranco Miccichè. Miccichè, fundador en Sicilia de Forza Italia, abandona el PDL. El Partido del Sur, dicen sus fundadores, nace para contrarrestar la hegemonía de la Liga Norte dentro del Partido de la libertad. Otro desgarro en público a quince días de las elecciones regionales.
El último obstáculo inesperado para Silvio es el movimiento en favor de la abstención. Tanto desde la Fundación ItaliaFutura, que tiene como referente a Luca Cordero de Montezemolo, como desde el periódico Il Sole 24 ore, referente en la prensa de la patronal italiana, se induce a pensar en la abstención.
Falta ahora una semana para unas elecciones regionales, que, al igual que en Francia, trascienden lo local y pesarán mucho en la política nacional. Las armas de Silvio Berlusconi son poderosísimas. Controla absolutamente la comunicación televisiva. Desde el 28 de febrero están censurados los programas de debate político de la RAI. Jamás había ocurrido. Estos son los datos del tiempo de palabra de los principales partidos políticos en los telediarios más importantes. El predominio del PDL berlusconiano sumado al del Gobierno es impresionante. Se sabe que el 29% del electorado decide en la última semana de campaña y que el 9% decide en la cabina; se sabe que la gran mayoría del electorado se informa sólo a través de la televisión y que esta está directamente controlada por Silvio Berlusconi.
Pero tal vez algo haya cambiado. Por un lado, hoy no todo es televisión; también existe la red, y en la red, cuya importancia Berlusconi no ha entendido, se informa mucho electorado joven. Por otro lado, la emotiva historia de Berlusconi se resquebraja por momentos y las hendiduras provienen del interior de su partido. El día 27 de febrero a las 12 del mediodía se terminaba el plazo para entregar las listas en el Lazio, y sin embargo el Partido de la Libertad de Berlusconi las presentó fuera de plazo. El encargado de presentarlas había llegado media hora antes pero confesó que había salido -no se rían que la cosa es seria- «a comer un bocadillo». Ayer el Consejo de Estado confirmó que esas listas no se podrán presentar. No diremos por scaramanzia, por precaución supersticiosa, que se vislumbra el fin del berlusconismo. Recordemos con humildad que el 15 de enero de 1995, Eugenio Scalfari, uno de los editorialistas de La Repubblica, firmaba un artículo titulado «La breve historia del archi-italiano» y que quince años después sigue siendo Il Cavaliere el jefe de pista de este circo. Se avecina una semana crucial. ¿Qué conejo se sacará del sombrero Silvio?
Entre número y número, no dejemos de dar muy buenas noticias. Éxito de la manifestación contra la privatización del agua (200.000 personas). Éxito también de la manifestación contra las mafias de la asociación Libera en Milán (100.000 manifestantes). Ambas noticias fueron censuradas en el telediario de RAI 1. Y un anuncio: el 25 de marzo Michele Santoro, periodista censurado, transmitirá desde Bolonia un programa por la libertad de prensa. Se ha pedido a todos los medios -radios, web- que hagan de eco.