Traducido por María Enguix y Juan Vivanco
¿Vulneración de las leyes sobre la protección del ambiente por importaciones complacientes de residuos?
En Nápoles la basura se amontona en las calles. El lector compasivo, al ver las imágenes, piensa que es urgente ayudar a la población en apuros. Suiza tiende su mano caritativa para «gestionar la crisis». Propone hacerse cargo de los vertidos para quemarlos en sus incineradoras, cuya capacidad está desaprovechada. Parece un buen plan, pero una parte de esos residuos es tóxica y radiactiva. Ninguna región de Italia quiere saber nada de ellos y han estallado motines contra su importación, como en Cerdeña.
La importación de estos residuos es sumamente peligrosa. Los metales pesados contenidos en los lodos de depuración y los desechos de hospitales, radiactivos e infecciosos, no deben quemarse en las incineradoras. Hoy en día nadie sabe con certeza qué clase de desechos industriales o de otro tipo se han enterrado o depositado en los vertederos de los alrededores de Nápoles durante los últimos 20 años.
Ni siquiera podemos estar seguros de que no haya «regalitos» estadounidenses mezclados con esos residuos, porque se sospecha que USA ha repartido por varios países europeos los escombros retirados de ciertas zonas de Kosovo e Iraq para tratar de reducir la contaminación con uranio empobrecido causada por sus bombardeos.
Horizons et débats ha entrevistado a la pareja X*, que hace poco ha pedido asilo en el cantón Tesino para librarse del desastre medioambiental (ver el recuadro inferior). En su petición de asilo sale a relucir lo que se le hurta al lector de periódicos: desde hace más de 20 años, en viejas canteras subterráneas, se vierten toda clase de residuos. En nuestros medios nadie menciona qué clase de sustancias se han enterrado, por qué se han dejado allí y cuáles son sus peligros para la salud. Está comprobado -y se ha publicado en Lancet Oncology– que estos residuos ya han causado en el «triángulo de la muerte» índices muy elevados de cáncer de hígado, leucemias y linfomas, además de otras afecciones graves.
Horizons et débats: En su solicitud de asilo aluden ustedes a unos hechos muy concretos acaecidos en su pueblo. ¿Podrían decirnos qué sustancias peligrosas contienen los residuos?
Pareja X: Existen sospechas muy fundadas de que hay metales pesados, sustancias químicas muy tóxicas y material radiactivo enterrados en los campos de los alrededores (entre Acerra, Nola y Merigliano) y dentro de los vertederos legales.
HD: ¿Qué sustancias radiactivas?
X: Desechos de hospitales, pero también se sospecha que hay otras sustancias peligrosas.
HD: ¿Hay también material radiactivo traído de zonas de guerra como Kosovo e Iraq, o de dónde proceden esos otros residuos?
X: No lo sé. Pero creo que proceden sobre todo de Italia.
HD: En tal caso, ¿cómo han llegado hasta allí?
X: En camiones. Pero le repito que es material procedente de Italia, aunque no excluyo que pueda haber residuos tóxicos de otros países.
HD: ¿Dónde se han encontrado sustancias radiactivas y cancerígenas en la cadena alimentaria?
X: No hay datos seguros, porque nadie ha hecho un control de los géneros alimentarios, pero los muertos por cáncer son numerosos. En algunos casos se dice que el índice supera en un 350% al de otras regiones europeas.
HD: ¿Qué malformaciones se han encontrado en fetos humanos y de animales? ¿Hay fotos?
X: Animales con dos cabezas y fetos con graves malformaciones.
HD: ¿Se sigue garantizando el abastecimiento de agua potable?
X: Sí, por supuesto.
HD: En una filmación se habla de vertederos y cuevas donde se ha encontrado material contaminado. ¿Qué tienen que decir a eso? ¿Tienen alguna información al respecto?
X: La mayor parte de los residuos están en viejas simas.
HD: ¿Alguna institución, por ejemplo el Istituto Nazionale dei Tumori de Nápoles, ha publicado resultados de exámenes oncológicos, o se han ocultado?
X: Sí, se han publicado varios estudios de la OMS (Organización Mundial de la Salud), de oncólogos independientes, del Istituto Superiore di Sanità (ISS) y el de Lancet Oncology.
HD: ¿Cómo explican ustedes que en su región se haya vertido tal cantidad de residuos y material contaminado desde hace tanto tiempo?
X: El territorio no se ha controlado nunca y las reclamaciones nunca se han tomado en serio.
HD: Esperamos que ustedes y su familia se encuentren bien. Estamos muy impresionados y les agradecemos enormemente que llamen la atención de una manera tan personal y directa sobre este terrible asunto. Muchas gracias a los dos.
* La redacción conoce sus nombres.
Solicitud de asilo de la pareja X ante la Sra. Patrizia Pesenti, consejera de Estado del cantón Tesino y directora del Departamento de Sanidad y Asuntos sociales
Señora Presidenta:
Me llamo X y vivo desde hace 32 en el pueblo de…, en la provincia de Nápoles. Desde hace mucho tiempo mi pueblo pertenece a una parte de la región de la Campania, antaño conocida como Campania felix. Esto se debe a la calidad extraordinaria de los suelos, formados por sedimentos volcánicos con miles de años de antigüedad, por lo que son muy fértiles y han originado paisajes maravillosos. Estos paisajes son fruto de una combinación armoniosa de la fertilidad de los suelos, la diversidad de formas que ha generado su origen volcánico y las antojadizas aguas fluviales y marítimas. Así es cómo el fuego, la tierra y las aguas han forjado, junto con la fotosíntesis, un paisaje de calidad sublime cuyo valor estético, cultural y económico es muy elevado.
En la actualidad, mi pueblo ya no se reconoce como la Campania felix, sino como el «Triángulo de la Muerte», tristemente famoso, donde el índice de mortalidad por enfermedades cancerosas supera al europeo en más de un 350%. El 43% de la contaminación en Italia se concentra en la región de la Campania y la mayor parte, en mi pueblo.
En agosto de 2004, The Lancet Oncology publicó uno de los primeros artículos científicos del mundo sobre este problema, titulado «Triangle of death» ¬(Triángulo de la Muerte). El dato que provoca escalofríos es que en el territorio napolitano entre Nola, Acerra y Marigliano el riesgo de morir de cáncer es significativamente más elevado que en el resto de Italia. Lo demuestran las estadísticas de los últimos años: en este territorio con más de medio millón de habitantes, el índice de mortalidad por cáncer de hígado es de 35,9 en los hombres y de 20,5 en las mujeres por cada 100.000 habitantes, cuando la media nacional es de 14. Asimismo, el índice de mortalidad por cáncer de próstata o de vejiga y por tumores malignos del sistema nervioso es considerablemente más elevado que en el resto de Italia. Según el estudio, el índice elevado de cáncer es una consecuencia directa del vertido de basuras en los vertederos ilegales de la región. Durante más de veinte años allí han enterrado sustancias cancerígenas y radioactivas que, ahora, vuelven a aparecer en la cadena alimentaria: sales de amonio y de aluminio, plomo, neumáticos que desprenden sustancias cancerígenas cuando se queman. Aquí también se han enterrado esas sustancias procedentes de deshechos tóxicos de hospitales. En la actualidad, esta contaminación gigantesca envenena los pastizales donde pacen las ovejas: una auténtica asesina del entorno.
Las consecuencias, nefastas para la población, se dividen en dos categorías: por un lado, las malformaciones de los fetos o la evolución anormal de órganos y, por otro lado, la manifestación de tumores tanto en adultos como en niños. Los órganos más sensibles del cuerpo son los más expuestos a este tipo de malformaciones: la vejiga, el hígado y el estómago, órganos donde el riesgo es tan elevado porque dejan penetrar las sustancias envenenadas en las células. Como consecuencia hay un alto riesgo de enfermar de leucemia o de un linfoma entre los 20 y los 40 años de edad.
Por lo demás, el peligro de la dioxina, que se encuentra en casi todas las sustancias que se queman o se exponen a un proceso de descomposición, se manifiesta por doquier. El primer lugar se ha localizado la dioxina en la capa freática: entre 2002 y 2004, 79 pozos artesianos tuvieron que cerrar debido a la contaminación, con los consiguientes perjuicios nada desdeñables para la agricultura y la cría de ganado. La situación no ha mejorado: hace poco, el 5 de febrero de 2006, se encontraron muchos cadáveres de animales envenenados. Las autopsias han mostrado que los animales murieron porque la dioxina estaba presente en su forraje y en el agua.
Ahora bien, es un hecho probado que actualmente en los vertederos legales e ilegales de la región de la Campania se han vertido todo tipo de residuos, lo que ha generado además una bomba de dimensiones bíblicas contra el entorno. Frente a esto, la desesperación de los ciudadanos, sobre todo la mía, ha llegado a extremos insoportables.
Se han vulnerado mi derecho a la salud y el de mis seres queridos, garantizado en el artículo 32 de la Constitución italiana. Temo por mi salud y la del hijo que mi mujer dará a luz en un futuro cercano, y que se ve, desde ahora, privado de ese derecho. Temo por mis parientes que, desde hace demasiado tiempo han estado expuestos a un riesgo extremo. Vivo desde hace mucho ya con el miedo de que un daño injusto destrozará nuestra vida para siempre, y esto después de que en 2002 un cáncer de las glándulas suprarrenales acabara con la vida de mi padre. Vivo angustiado, sintiendo cada vez más pánico en una tierra malsana, contaminada para siempre. En esta tierra, una vida digna y a salvo se ha vuelto imposible.
En los últimos años han deteriorado, torturado y violado de forma irreparable la tierra, pues son evidentes los signos de una catástrofe ecológica inminente. Resulta imposible limpiarla porque es inmensa la cantidad de residuos vertidos en los más de 1.550 vertederos legales e ilegales, ¡de los cuales 1.500 son ilegales!
La contaminación se ha transmitido a la cadena alimentaria, al aire que respiro, a la tierra que piso y al agua que bebo. Los vertidos envenenados me rodean y es muy probable que ya los tenga dentro. Es peligroso e insensato vivir aquí. Las malformaciones de fetos, tanto en los humanos como en los animales, son tan numerosas como las detectadas en Chernobil, con la diferencia de aquí no hay centrales nucleares ni industrias contaminantes. La posible puesta en marcha de la incineradora de basuras domésticas de Acerra aumenta mi malestar por la calidad de vida que reina aquí. A día de hoy me resulta imposible imaginar un futuro en esta tierra ya envenenada, sobre todo para mi hijo que, por su fragilidad, se expondrá con mayor crueldad a esos peligros. Ya no se puede garantizar mi derecho a la salud. Mi integridad física corre peligro, así como la de mis seres queridos y la de mi hijo que no ha nacido todavía.
Su vida está en peligro y su vida es mi vida.
En vista de los hechos que acabo de exponer, solicito el asilo político para mí y para mi esposa. Estamos dispuestos a dejar nuestro trabajo y a empezar una nueva vida.
Le ruego, pues, Señora Presidenta, y a la institución que usted representa, que acepte mi solicitud desesperada. Ayúdenos a integrarnos en su tejido social. Ayúdenos a no terminar como un dato estadístico más para los científicos.
Convencido de haber suscitado su interés, aprovecho la ocasión, Señora Presidenta, para saludarla muy atentamente.
Señor y Señora X
Dioxina, de los vertidos a los alimentos
La sustancia tóxica producida al arder la basura contamina el agua, el suelo, las plantas y los animales. Lo revela un análisis efectuado en ovejas por el CNR (Consiglio Nazionale delle Ricerche) de Nápoles y Caserta.
Desde hace días, la huelga de basureros en Campania ha acumulado unas 3.000 toneladas de basura en Nápoles y alrededores. La situación se agrava cuando los vecinos prenden fuego a las pilas de basura, pues esto, en vez de resolver el problema, añaden uno más al hedor, la suciedad y el riesgo de enfermedades infecciosas: la dioxina que desprende la basura, lo más peligroso para la salud de los vecinos. No solo eso, también corre peligro la cadena alimentaria, según ha revelado un estudio del Laboratorio de Citogenética Animal y Cartografía Genética del Istituto per il sistema produzione animale in ambiente mediterraneo (Ispaam) del CNR de Nápoles.
La dioxina contamina el agua, el suelo y las plantas, y también afecta a los animales, concretamente a las ovejas de la zona. «Los vertidos ilegales en Campania, sobre todo en las provincias de Nápoles y Caserta, y la quema sistemática de los residuos para reducir su volumen, ha producido una notable acumulación de contaminantes ambientales, entre los que se encuentran las dioxinas, sustancias sumamente tóxicas y cancerígenas» explica Leopoldo Iannuzzi, del Ispaam-CNR. «La situación ha empeorado estos meses cuando los vecinos han empezado a quemar sistemáticamente los contenedores, con lo que inconscientemente han favorecido la entrada en el ciclo vital de este veneno, que primero se deposita en la hierba, el suelo y las aguas, y después se fija en los tejidos adiposos de los animales (incluyendo la grasa de la leche) que han ingerido alimento contaminado».
Para conocer la situación de las explotaciones ganaderas de la zona, el Ispaam-Cnr ha hecho dos estudios, costeados por el Ayuntamiento de Acerra, en ovejas expuestas a niveles bajos de dioxinas, utilizando dos pruebas genéticas con los linfocitos de la sangre. Porque la dioxina, que puede alterar la estructura del ADN, deja rastro a escala cromosómica. «Las dos investigaciones» explica Iannuzzi «han puesto en evidencia una notable fragilidad de los cromosomas de las ovejas expuestas a las dioxinas.
Concretamente, en las ovejas expuestas a niveles bajos de dioxinas es 4 veces superior que en los animales de control, y de 8 a14 veces superior en las ovejas expuestas a niveles altos de dioxinas. Además, en la explotación sometida a niveles altos de dioxina se han producido muchos casos de fetos anormales y abortos». Los resultados son significativos porque las ovejas, que sólo comen pasto natural, son excelentes centinelas biológicos de la contaminación en territorios de riesgo.
Acerra: Muerte de un pastor
Vicenzo Cannavacciuolo, un pastor de Acerra, de 59 años, murió el pasado 16 de abril de un tumor pulmonar. Su sangre contenía una cantidad de dioxina 25 veces superior a la tolerada. Los médicos que le trataron «se tiraban de los pelos», según su hija. «Nunca habían visto un tumor tan agresivo». En los cuatro años anteriores a su muerte 2.200 ovejas habían muerto intoxicadas. Su familia ha interpuesto una demanda a la empresa Pellini, que vierte en la zona residuos tóxicos industriales procedentes del norte de Italia. Las autoridades locales han prohibido el pastoreo después de descubrir un alto contenido de dioxina en la leche de las ovejas, pero todavía no han prohibido las labores de huerta, cuyos productos, sumamente tóxicos, se siguen vendiendo en los mercados napolitanos. Los tumores de páncreas e hígado han aumentado en la población. Los vecinos están furiosos, ya que además se está construyendo en la zona una planta incineradora de desechos (con el bonito pero impropio nombre italiano de termovalorizzatore, «termovalorizador»).
Vea el reportaje impresionante de Pupia TV del 4 de octubre de 2007.
Piqueteros en Nápoles
Marigliano, 29 de enero de 2009
Fuente: Horizons et Débats, Galileo
Artículo original publicado el 21 de enero de 2008
María Enguix y Juan Vivanco son miembros de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a sus autores y la fuente.
URL de este artículo en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=4607&lg=es