«Utilizar la lucha a los combustibles fósiles para hacer políticamente correcto el extractivismo es como usar la lucha al antisemitismo para hacer políticamente correcto el genocidio del pueblo palestino.»
Estamos en plena crisis energética y las políticas europeas galopan marcha atrás. Bajo petición europea, el Estado italiano se apresta a apoyar la búsqueda de yacimientos de metales raros.
Evidenciamos además que, mientras que para las fuentes renovables se han transferido las competencias a las regiones, la cuestión de las fuentes de energía fósiles será gestionada por el gobierno central.
Tras las concesiones para perforar en el mar y mientras se sigue sin hacer nada para contrarrestar la crisis climática, se pasa al capítulo del extractivismo, un regreso al futuro teñido de distopía. Metales raros imprescindibles para el «desarrollo»; necesarios, según el nuevo mantra energívoro, para la «transición ecológica».
El arco alpino, Cerdeña y toda la costa occidental son las principales zonas amenazadas, pero el peligro se cierne sobre la Península [Itálica] al completo.
En Valsusa y el municipio de Pinerolo [áreas alpinas y prealpinas cercanas a Turín, N. del T.], existen ya varias minas «históricas», lo monstruoso es que buena parte de los enclaves indicados en el mapa (aquí la fuente original con el mapa interactivo), se encuentran a una cierta altitud, algunos en lugares inhóspitos y, por ahora, alejados de cualquier carretera.
Pongamos algunos ejemplos de los enclaves censados:
– «Cruino» (Cruvin), pastos alpinos en el estrecho valle del torrente
Prebèc, a casi 1700 metros de altura en la provincia de Turín;
– «Castelluzzo» (Castlus) en Val Pellice, un muro de roca salvaje en el
territorio de la ciudad metropolitana de Turín, escenario de la
resistencia valdense, a casi 1400 de altura;
– val Aupa en la región de Friuli, un valle salvaje muy poco habitado,
recorrido por una carretera en la que, si se encuentran dos coches, uno
tiene que hacer un kilómetro marcha atrás. Un lugar precioso;
– «Vallon Cros» en Val Germanasca, otro pasto alpino del territorio
turinés. Un estrecho valle que lleva a la colina del Beth, a 2700 metros
de altura, una zona minera desde el siglo XVIII. La red de senderos de
la zona se basa en gran parte en los espléndidos caminos construidos
precisamente para acceder a las minas, o por motivos militares. Ambas
redes de caminos son prácticamente indistinguibles e insisten en el
mismo territorio. En los últimos treinta años, los caminos que
atraviesan estos bosques se han deteriorado notablemente, pero hasta los
años 80 estaban bien conservados y se podían disfrutar con toda
tranquilidad. La idea de carreteras y camiones a 2700 metros es
escalofriante. Una auténtica masacre. Y los valles en cuestión están ya
casi despoblados, por lo que resistir al desastre será dificilísimo.
Por suerte, por el momento en la lista de enclaves faltan una gran cantidad de minas aún más elevadas. Val Germanasca en su totalidad es un paraíso y esta lleno de minas, la idea de que se entregue a las empresas mineras es terrorífica.
Utilizar la lucha a los combustibles fósiles para hacer políticamente correcto el extractivismo es como usar la lucha al antisemitismo para hacer políticamente correcto el genocidio del pueblo palestino.
Invitamos a todo el mundo a observar el mapa y a movilizarse para defender sus territorios.
Publicado en italiano en Alpinismo Molotov el 18/07/2024
Traducción inédita.