I Pies descalzos y espíritu desnudo, caminan, no poseen más que la esperanza, un anhelo, el mismo que ha alimentado a millones durante décadas a realizar el viaje, la travesía, el ideal del «sueño americano», no importa el peligro ni la distancia, de todos los puntos se congregan, la Caravana se convierte en colectivo, unen […]
Pies descalzos y espíritu desnudo, caminan, no poseen más que la esperanza, un anhelo, el mismo que ha alimentado a millones durante décadas a realizar el viaje, la travesía, el ideal del «sueño americano», no importa el peligro ni la distancia, de todos los puntos se congregan, la Caravana se convierte en colectivo, unen la voluntad individual, los vecinos a su paso alimentan y visten sus cuerpos, la solidaridad se extiende, pero su espíritu sigue desnudo, a nadie buscan engañar, han solicitad visas humanitarias, quieren llegar a los Estados Unidos para conseguir algún empleo y poder sobrevivir, rehacer sus vidas o apoyar desde la lejanía a sus familiares que se arraigan a la tierra originaria. La pobreza avanza, la devaluación de la vida es evidente, el poseer suplanta al ser, oculta el hecho humano para ponderar al objeto, tener es ser en la lógica capitalista, somos en cuanto tenemos dicen los amantes del capital, la crisis humanitaria que el mundo vive llega a extremos no calculados, la migración es reflejo fidedigno de esta aseveración.
II
La vida ha dejado de significar en sus territorios, la pobreza, la marginación, la violencia, la falta de democracia, la devaluación de la vida, son algunos de los muchos motivos; los principales. La crisis centroamericana se revela desde Honduras, coyuntura de una tragedia diaria, la sobre explotación de los territorios y de los seres humanos, la permanente política de sometimiento imperialista a través de gobiernos en turno, la vida no vale nada para quienes mandan desde la comodidad, el avance de la pobreza en Honduras y gran parte de América Latina, es resultado de la intervención directa de la Casa Blanca en los asuntos de cada país, no olvidemos que en 2009 tuvo lugar el Golpe de Estado en contra de presidente Manuel Zelaya, orquestado por Estados Unidos y apoyado por gobiernos reaccionarios como el colombiano, desde entonces, se borró la posibilidad de políticas de desarrollo social para el país centroamericano, las élites económicas y los sectores más conservadores de Honduras impusieron desde entonces un estado de persecución en contra de los movimientos sociales y sus dirigentes, el asesinato de Berta Cáceres es un ejemplo, la impunidad se impuso, signo característico de los gobiernos conservadores y del descaro imperialista que continúa asolando la región.
III
La Caravana Migrante comenzó su caminar el pasado viernes 12, organizándose a partir de un mensaje televisivo que anunciaba la decisión de centenares de personas de migrar hacia los Estados Unidos, sin la intercesión de coyotes ni pasadizos clandestinos. La caravana inició su andar en San Pedro Sula, Honduras, al poco tiempo, ya se habían sumando miles al contingente, que además, se ha ido nutriendo de ciudadanos de diferentes países centroamericanos, el propósito es encontrar una alternativa de vida, han solicitado visas humanitarias al gobierno mexicano para seguir hacia su meta, sobrevivir es para ellos la razón. Desde que se difundió el mensaje de la Caravana las reacciones fueron apareciendo, el presidente Donald Trump mostró el racismo y la prepotencia acostumbrados, descalificando a los migrantes, criminalizándolos y hostigando a los gobiernos de los países que habría de cruzar la Caravana, con amenazas de retirar apoyos económicos e implementar sanciones, todos los gobiernos han intentado detener el paso de los migrantes, con medidas represivas, pero no han podido impedirlo, la Caravana ha entrado ya a tierra mexicana, sin importar la presencia y las acciones policiacas y militares, su marcha por sobrevivir va más allá del servilismo de los gobiernos y sus regímenes autoritarios y antidemocráticos.
IV
Los integrantes de la Caravana Migrante (mujeres, hombres, niños) han sido despojados de todo, en su país de origen la explotación laboral sumada a la pauperización de la vida hace que sus condiciones sean extremas, la violencia del Estado y del Crimen Organizado los pone en permanente situación de vulnerabilidad, sus derechos humanos son pisoteados, además, de que las condiciones políticas los marginan aún más, la mano imperialista que ronda la región oprime a los pueblos centroamericanos y los conduce a una nueva faceta de la crisis humanitaria más prolongada de la historia, pues sus orígenes se remontan hasta los tiempos de la conquista. El largo lastre de la Colonia sigue desarticulando la posibilidad de que las repúblicas desarrollen el bienestar de su población. La Caravana Migrante a puesto también en la mesa de la discusión social y cultural, la evidente existencia del prejuicio y el racismo, las falsas identidades nacionales dividen a la humanidad, ¡todos somos humanos, nadie es ilegal!
La solidaridad se ha mostrado en la conciencia de quienes han extendido un poco de ayuda a los migrantes, ante la cerrazón de los gobiernos únicamente la organización popular puede dar esperanza a quienes han perdido o dejado todo, para buscar una nueva posibilidad de vivir humanamente. Los mexicanos sabemos muy bien los efectos de la migración, sabemos del dolor y la esperanza, sabemos del racismo y la xenofobia, sabemos lo que se siente ser rechazados y criminalizados por el Imperio de los Estados Unidos. La Caravana Migrante requiere del apoyo y solidaridad de nuestro pueblo mexicano.
Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas
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