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Vandalismo en serie de fanáticos sionistas en París

Miles de libros destruidos

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

 

PARÍS – Miles de libros bañados en aceite – es la última hazaña de fanáticos sionistas que atacan regularmente a propiedades y personas en París y se salen con la suya.

Temprano por la tarde del viernes 3 de julio cinco sujetos, en su mayoría enmascarados, irrumpieron en la librería «Resistances» ubicada en un tranquilo vecindario residencial en el distrito 17 en el noroeste de París. Ante las mujeres sobresaltadas que trabajaban en el negocio, así como de dos clientes, anunciaron que eran de la Liga de Defensa Judía (LDJ) y comenzaron a arrancar libros de las estanterías y de las mesas, a rociarlos abundantemente con aceite, y luego a destruir cuatro ordenadores antes de escapar rápidamente en un coche a la espera.

Los dueños y administradores de la librería son Olivia Zemor y Nicolas Shashahani, dirigentes de un grupo militante muy activo CAPJPO-EuroPalestine (CAPJPO es el acrónimo en francés de Coordinación de los Llamados por una Paz Justa en Oriente Próximo). Aparte de una amplia colección de libros sobre Oriente Próximo y otros temas, incluyendo ficción, la librería tiene una sala de lectura y una biblioteca, da cursos de inglés y árabe, y posee un auditorio pequeño pero que cuenta con buena asistencia, donde invitan a hablar a los autores.

Hace dos años y medio, el 7 de diciembre de 2006, un escuadrón de ataque similar lanzó granadas lacrimógenas dentro de la librería mientras se reunía la gente para escuchar a la difunta autora israelí Tanya Reinhart y a su compañero, el poeta israelí Aharon Shabtai. En esa ocasión, Shashahani tuvo que ser atendido por efectos del gas, pero el daño material fue leve. Esta vez, todo el negocio está en ruinas, los libros arruinados son innumerables, y el daño asciende a decenas de miles de euros, según Shashahani.

Pero, subraya, se trata de sólo uno de «cientos de acciones violentas realizadas en los últimos años por la versión francesa de la Liga de Defensa Judía prohibida en EE.UU. No hay motivos para esperar que se detengan mientras puedan contar con la indulgencia de las autoridades francesas y el silencio de los medios dominantes. La agencia noticiosa francesa AFP informó sobre el vandalismo en la librería Resistances, pero al parecer la noticia sólo fue publicada por el pequeño tabloide Le Parisien y no por los grandes periódicos, menos todavía por la televisión. Usualmente, casi los únicos que son informados sobre tales eventos son miembros de los círculos políticamente activos que son objeto de la intimidación.

El público en general permanece ignorante de esas agresiones, mientras es regularmente informado por la televisión sobre actos relativamente menores de antisemitismo – algunos de ellos imaginarios (como el caso famoso hace unos pocos años de una joven que inventó de punta a cabo una historia de haber sido víctima de un «ataque antisemita» por negros en un tren suburbano a fin de obtener atención de su familia, y obtuvo la atención de toda Francia, llegando hasta el propio presidente de la república). Ocurren verdaderos «actos antisemitas», pero en su mayoría no son más organizados que insultos en los patios de las escuelas. Sin embargo, la publicidad que reciben sirve para mantener viva la noción de que la existencia misma de los judíos se encuentra en amenaza perpetua – la coartada básica utilizada por la Liga de Defensa Judía. La información falsa de que «el gobierno francés no hace nada para proteger a los judíos» es utilizada como pretexto para una agresiva «autodefensa.»

Como discípulos de Meir Kahane, la LDJ, no sólo está a favor de purificar de árabes un Eretz Israel [Tierra de Israel] ampliada, sino quiere llevar la lucha contra los árabes y el «islamofascismo» a la propia Francia. El debate no es su estilo. Después de entrenarse en artes marciales israelíes, continúan su lucha por medios físicos, atacando a árabes, musulmanes y a defensores de la causa palestina. La LDJ es un grupo informal de unos pocos cientos de miembros, más que una organización registrada, con una central. La policía francesa, adepta a infiltrar todo tipo de grupo político, ciertamente debe saber quiénes son y dónde están, pero nunca parece molestarse después de uno de sus ataques. Además, a menos que los agresores se identifiquen, las víctimas no pueden estar seguras de haber sido atacadas por la LDJ o por Betar, una organización sionista juvenil más antigua, fundada en 1929 por Vladimir Jabotinsky y cercana al Likud. Ambas utilizan métodos similares, y probablemente se superponen, aunque se dice que la LDJ, como la más radical de las dos, está atrayendo a miembros de Betar.

En los pocos casos en los que sionistas fanáticos son realmente arrestados y procesados, son generalmente tratados con una indulgencia poco común. En diciembre de 2003, un grupo de estudiantes favorables a los palestinos fue violentamente atacado por los sospechosos de costumbre. Un estudiante palestino sufrió graves heridas a un ojo. Ante una policía apática, los estudiantes realizaron su propia investigación, llegando a la condena el 16 de septiembre de 2004 de un cierto Anthony Attal. Recibió una sentencia suspendida de diez meses.

Miembros de la LDJ o de Betar también tienen la ventaja de un «refugio» – Israel. El 25 de octubre de 2006 una militante radical pro-palestina de 68 años, Ginette Hess Skandrani, fue atacada en su propia casa por tres desconocidos que la golpearon salvajemente, con la única explicación de que «ya sabe por qué.» Hospitalizada, las heridas en su cabeza necesitaron varios puntos. El 4 de febrero último, sus agresores fueron finalmente condenados y sentenciados, pero:

  • Uno de ellos, Stevel Elie, fue sentenciado a cuatro años en prisión – pero el tribunal francés ya le había dado permiso para ir a Israel «a hacer su servicio militar» en el Tsahal [ejército israelí]
  • El segundo, Ruben Colleu, fue sentenciado a dos años en prisión, de los cuales 18 meses fueron suspendidos – pero ya había huido a Israel
  • Sólo el tercero, Mike Sfez, todavía estaba presente. Como Colleu, 18 meses de su sentencia a dos años fueron suspendidos, y los seis meses restantes pudieron ser transformados en trabajo social.

Sólo hace poco, grandes escuadrones de presuntos matones de la LDJ atacaron a espectadores que iban a un teatro a un beneficio para niños de Gaza y a personas de apariencia árabe en camino a una reunión de diversos grupos que iba a discutir el movimiento de «Boicot-desinversión-sanciones.»

La LDJ tiene sus apólogos en la policía. El 5 de junio de 2006, el jefe del pequeño sindicato cristiano derechista «Action Police CFTC», Michel Thooris, elogió a la LDJ y a Betar por «realizar una misión de servicio público al defender a la gente y a la propiedad.» No fue públicamente amonestado por su gran jefe, el ministro del interior de la época, Nicolas Sarkozy.

Los dobles raseros de la dura política de «ley y orden» de Sarkozy son demasiado obvios. Su ostentoso cambio político de un cierto equilibrio tradicional francés en Oriente Próximo a un fuerte apoyo para Israel probablemente sólo alienta a la LDJ en su sentimiento de impunidad. Durante esta primavera, un autor con éxito comercial, Paul-Eric Blanrue, no pudo publicar en Francia su libro sobre «Sarkozy, Israel y los judíos,» y tuvo que buscar un editor en Bélgica. Peor todavía, el distribuidor usual en Francia de su editor belga se negó a distribuir el libro en Francia. A su conferencia de prensa en París no asistió ni un solo periodista y su libro, que documenta cuidadosamente la política de Sarkozy de cortejar el apoyo judío en Francia alineándose con Israel y atacando a la «chusma» en los suburbios, ha sido ignorado por los críticos franceses.

A pesar de que el mercado está saturado, siempre hay lugar en los medios, sin embargo, para los lamentos de que la tradición secular de Francia está amenazada por el «comunitarismo» de… los musulmanes. Las provocaciones ideológicas y violentas de sionistas fanáticos son pocas veces identificadas como la causa principal para esta tendencia inquietante. Por cierto, los numerosos sionistas intelectuales militantes no recurren a los métodos de la LDJ y de Betar. Pero el tema de la condición de víctima judía, que está constantemente presente en las escuelas, en el cine, en el discurso político y en los medios, suministra una atmósfera congenial para la violencia patológica de las milicias judías en Francia, y para la indulgencia con la que es tratada.

La situación es apenas mejorada por la extrema fragmentación del movimiento de solidaridad con Palestina en Francia – lo que puede ser visto como sólo un aspecto del sectarismo endémico de la izquierda francesa. Las diversas víctimas de la LDJ o de Betar – como ser CAPJPO, Ginette Skandrani, el humorista Dieudonné, etc., etc. – a menudo no se hablan entre ellas, de modo que incluso si todos profesan su solidaridad con Palestina, hay poca o ninguna solidaridad entre ellos.

Sin embargo, es de esperar que el ataque del 3 de julio contra la librería Resistances pueda provocar una protesta más amplia que otros ataques recientes, simplemente por la connotación más fuerte de la destrucción de libros. Se ha convocado a una manifestación de protesta para la noche del miércoles 8 de julio para exigir que el gobierno finalmente prohíba la LDJ, tal como ha sido prohibida en EE.UU. y en Israel. Será una oportunidad para mostrar solidaridad en la resistencia contra la forma más activa de fascismo en Francia actual.

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Diana Johnstone es autora de «Fools’ Crusade: Yugoslavia, NATO and Western Delusions» (Monthly Review Press). Para contactos: [email protected]

http://www.counterpunch.org/johnstone07062009.html