El artículo 1 de la Constitución italiana dicta que Italia es una república democrática fundada en el trabajo. El artículo 4 reconoce a todos los ciudadanos el derecho al trabajo y promueve las condiciones que hagan efectivo este derecho. Pero, ¿de qué trabajo estamos hablando y en qué condiciones?
En lo que va del año son 237 las personas fallecidas en accidentes de trabajo (casi 3 por día), 9 en las últimas 72 horas.
Según el más reciente informe del Observatorio Seguridad en el Trabajo Vega Engineering, en los últimos cuatro años (2021-2024) han fallecido 4.442 personas por accidentes laborales, 3.367 de ellas en el lugar de trabajo y 1.075 de camino al trabajo (in itinere).Hablamos de un registro oficial de víctimas que no incluye a las muertes en el trabajo informal, no declarado y en la economía sumergida, ámbitos que siguen siendo muy difíciles de investigar.
Una situación más que alarmante, tomando en cuenta también que el índice de incidencia de mortalidad laboral (relación entre accidentes mortales y población ocupada) sigue siendo muy elevado y no da señales de reducción significativa.
Un campo de batalla
“El balance es trágico, tanto como un boletín de guerra. Porque, desgraciadamente, esto parece ser el trabajo en nuestro país: un campo de batalla, sin trinchera, ni escudos”, sentencia la publicación.
Construcción (564 víctimas), transportes y almacenamiento (434), actividad manufacturera (411) son los sectores más letales para trabajadores y trabajadoras.
Las personas mayores de 65 años resultan ser las más vulnerables (entre 96,1 y 150,4 muertes por millón de ocupados), mientras que los extranjeros tienen el doble de mortalidad (entre 63,2 y 74,2) que los italianos (entre 29,7 y 40,8).
Más del 90 por ciento de los fallecidos en el trabajo fueron hombres (418 fueron las trabajadoras que perdieron la vida) y los accidentes se registraron principalmente en regiones del centro y sur de Italia.
Urgen medidas
Para Guido Lutrario, miembro del ejecutivo nacional de la Unión Sindical de Base (USB), la situación podría hasta empeorar si las autoridades siguen sin adoptar soluciones de fondo.
Introducción del delito de homicidio en el trabajo y fortalecimiento del rol de los Representantes de los Trabajadores para la Seguridad (RLS)¹, garantizándoles más poderes y efectividad de acción, son las principales propuestas de la USB.
“Tendríamos a cientos de miles de trabajadores y trabajadoras con más capacidad de incidencia, gozando de la confianza de sus colegas y más protegidos ante posibles represalias de la patronal, cuidando la salud y seguridad en el trabajo”, dijo Lutrario entrevistado por Radio Onda d’Urto.
“¿Como combatimos el fenómeno de las masacres laborales? Dando más poder a las y los trabajadores, haciendo de contrapeso a la visión patronal de la seguridad como un costo adicional, frenando las políticas de flexibilización, precarización y explotación laboral”, concluyó.
Nota:
¹ Figura obligatoria designada en el seno de la representación sindical unitaria, cuya misión en una empresa es representar a las y los trabajadores en materia de salud y seguridad en el trabajo.
Fuente: Rel UITA