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Entrevista al diputado nicaragüense Jacinto Suárez, Secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista de Liberación Nacional

«Nuestro programa histórico está en plena vigencia y en plena ejecución»

Fuentes: Rebelión

Para llegar a la oficina del diputado Jacinto Suárez, Secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y Presidente del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) hay que atravesar el Palacio Nacional de la Cultura. Cómo no recordar la hazaña contada por Gabriel García Márquez : la toma de este mismo edificio -entonces congreso de […]

Para llegar a la oficina del diputado Jacinto Suárez, Secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y Presidente del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) hay que atravesar el Palacio Nacional de la Cultura. Cómo no recordar la hazaña contada por Gabriel García Márquez : la toma de este mismo edificio -entonces congreso de la República- el 22 de agosto de 1978 por el comando «Rigoberto López Pérez» que hizo rehenes a los legisladores afines al dictador Somoza, obligándolo a liberar a decenas de cuadros sandinistas y a autorizar la publicación del programa del FSLN. En una mesa observo solamente dos periódicos -«la Prensa» y «el Nuevo Diario». Falta » Barricada» el periódico sandinista que circulaba en los 80. Hoy en día en Nicaragua, la derecha domina la prensa escrita. Expresa su odio de clase en cotidianas caricaturas contra Daniel Ortega o Hugo Chávez. Uno nunca deja de sorprenderse ante los bagajes ideológicos primitivos de medios cuya función es de denigrar cualquier medida de progreso social, ya sea obra del gobierno nicaraguense o del ALBA.

El politólogo Jacinto Suárez (Managua, 1947) ingresa al Frente Sandinista en los años 60. Capturado por la Guardia Nacional en una acción armada del FSLN es condenado a 27 años de cárcel. Siete años y medio después es liberado, junto con otros prisioneros sandinistas, a raíz de un operativo del Frente. Después del Triunfo (1979) asume entre otros cargos el de Embajador en la URSS.

Thierry Deronne – El FSLN al cual ingresa en 1963 se encontraba en plena búsqueda estratégica. ¿Cómo vivo esa época?

Jacinto Suarez – Una contradicción importante era el nombre de la organización. «Frente de Liberación Nacional» era Argelia, era Vietnam. El nombre «sandinista» no gustaba a su primer secretario general, un marxista ortodoxo. Pero Carlos Fonseca defendía la lectura nacional de la revolución, el Sandino proletario, el Sandino antiimperialista. Nosotros los muchachos escuchábamos esos debates sin participar mucho por carecer de la formación suficiente. Éramos activistas. Alfabetizar en los barrios era una forma de llegar al pueblo. Un día nos ordenaron pintar «FSLN», Frente Sandinista. Eran prohibidos los libros sobre Sandino. Y era una bandera contra su verdugo Somoza. Inicié mi labor después de la guerrilla de Bocay, a entregar los cadáveres, a denunciar lo que había sucedido en la montaña.

T. D. – ¿Por qué aquí triunfó la lucha armada y no en el resto de América Latina?

J.S. -La dictadura era partido único. Ahora hablan de «partido único» cuando hay 17 partidos inscritos. Cada 5 años llamaban a elecciones, participaban los dos únicos partidos y el perdedor tenía su «minoría congelada»: una cuota en el Congreso y otra en el Estado. La Guardia de Somoza no expresaba la soberanía nacional sino la ocupación extranjera, siempre vio a la población con ojos de ocupante. El crecimiento del latifundio a manos de militares o el surgimiento vía el Mercado Común de núcleos obreros, todo eso favoreció las ideas revolucionarias. El viejo partido comunista decía que no había que enfrentar la dictadura porque el enemigo principal era el imperialismo. Estaba con las luchas reivindicativas sindicales, no quería convertir las luchas sociales en luchas políticas. Fue abandonado por el sector obrero más combativo. No hubo trotskistas, no hubo anarquistas. El sandinismo surgió con mucha abnegación y nos cobijó a todos.

T. D. – ¿Cuál fue el aporte de Carlos Fonseca?

J.S. – Él descubre la bandera de Sandino y más que nadie reivindica la lucha armada. Despierta los sentimientos patrióticos del pueblo nicaragüense. ¿Cómo? Recordando la guerra nacional de 1856. Los norteamericanos enviaron mercenarios para adueñarse de la vía interoceánica. La guerra, la ocupación norteamericana, va de 1909 hasta 1925 y en 1926-7 viene la guerra de Sandino. Los jóvenes nos levantábamos aunque no terminábamos de entender exactamente la dimensión de Sandino, yo mismo tardé muchísimos años en profundizar mis conocimientos de Sandino e incluso en entender las contradicciones con el movimiento comunista internacional. Carlos Fonseca sabía sacar de nosotros lo mejor. Y combatir nuestros errores. Hombre sumamente exigente, gruñón pero no tenía nada de duro. Decía «a los compañeros les dices sus defectos en la cara y sus virtudes a su espalda«. Además un intelectual. ¡Tenía una capacidad de leer! Nos hacía fichar libros. Hablaba de una manera tal de que cuidaba que cada una de sus palabras tuviera un concepto claro y evitará herir a las personas.

T. D. – Hace poco el Presidente Ortega recordó el Consejo de Estado, órgano del Poder Popular en los 80. ¿Cómo piensa el FSLN construir una democracia real que rebase los límites de la burguesa?

J.S. – La columna vertebral de la lucha social es la tierra. Este es un país campesino, gran productor de alimentos. Existió un latifundio, y un minifundio que garantizaba la reproducción de la fuerza de trabajo. Al romperse la Guardia Nacional la oligarquía y el imperialismo pierden su instrumento represivo. Esto es importante de entender porque es la razón de ser de nuestro poder. Aun en el período neoliberal, del 90 al 2006, nuestro ejército, nuestra policía no volvieron a ser un elemento represor. Al triunfo de la revolución se habló mucho de cooperativas, de empresas estadales, combinadas con la pequeña propiedad. Pero la guerra irrumpió y deformó muchas cosas. Ahora esas tierras puestas en manos de la gente se empiezan a legalizar. Entraron a formar parte del sistema productivo nacional 250 mil pequeños productores. Si cada uno de ellos tiene como a diez personas trabajando, tenemos a dos millones y medio de nuevos sujetos económicos. Se invirtió el esquema productivo y la gran propiedad quedó reducida a un sector numéricamente inferior. Hay que agregar otra cosa vilipendiada por la derecha, el Plan alimentario nacional. Este año se registraron cerca de 30,000 pequeños productores que han logrado producir vacas, cerdos, sembrar tierras abandonadas. ¿A qué se apuesta? A que en dos años se vaya revirtiendo la herencia neoliberal. El Presidente Ortega expresa la concepción original nuestra. Los productores, los indígenas están contentos con las medidas de este gobierno. Hasta los ex-contrarrevolucionarios a quienes la derecha prometió tierras que nunca les dio y que este gobierno si les ha dado. Si el poder real naciera de todos esos sectores Nicaragua sería mucho más estable. Más allá de los intereses de sectores políticos que a veces ni siquiera son nacionales sino que obedecen a un imperialismo que es nuestro enemigo histórico desde que somos nación.

T. D. – ¿cómo ve el FSLN el tema de la formación? Nos interesa mucho en Venezuela para no repetir esquemas capitalistas.

J.S. – Nunca hemos sido partidarios de formar con manuales a la gente. De repente el manual te aparta de la realidad y te forma un cuadro «cuadrado». Siempre hemos formado a la gente desde una lectura nacional de la revolución. Leer como nicaragüense el marxismo y leer el marxismo como nicaragüense. Podemos hablar de la hegemonía de Gramsci, pero la lucha de clases es ejemplificada en Nicaragua. Así como las alianzas, el momento en que el campo enemigo debe ser dividido. No es lo mismo ir a la fuente cuando ya tienes una interpretación que tratar de interpretar la realidad saliendo primero de la fuente. Estudiamos la Historia de Nicaragua, los orígenes de la lucha sandinista y hacia donde vamos. Ya vamos por la sexta generación en la historia del partido. Te hablo como un hombre que tiene 60 años. Puede venir aquí un muchacho de 17 años y hablamos el mismo vocabulario. Esta formación se dirige en especial a los jóvenes. ¿Por qué? Uno, su voto es determinante. Dos, hay que formar el relevo.

T. D. – ¿Que cosa es ser nicaragüense?

J.S. – Este país tiene una fuerte identidad nacional porque ha sido muy agredido. Cuando entran aquí los filibusteros norteamericanos en 1858 y decretan la esclavitud se produce un alzamiento nacional. Esa contradicción entre imperio y nación creó en el ser nicaragüense un sentido de profundo orgullo y de soberanía. Algunos ideólogos de la derecha dijeron que la esclavitud de Walker habría sido lo mejor que hubiese pasado aquí. Que seríamos rubios, que tendríamos mucho dinero, que fue un error oponerse. Nicaragua es un país que se ha enfrentado tres veces contra los norteamericanos. La guerra de Sandino es una guerra a muerte contra el imperialismo. Pocos son los países que han tenido esta historia.

T. D. – ¿Cómo ve hoy en día el programa histórico del FSLN?

J.S. – No se puede pensar un sandinismo sin la soberanía nacional y sin la transformación de la tierra que el mismo Sandino levantó. Esta redistribución de la tierra se está cumpliendo. El Programa histórico sobre la costa del Caribe se está cumpliendo. Estas son las bases de la nueva Nicaragua que queremos, poner a producir todas las tierras es la única forma de salir de la pobreza. Nuestro programa histórico está en plena vigencia y en plena ejecución.

Thierry Deronne. Periodista venezolano.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.