La grabación de una conversación telefónica de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, da a entender que la oposición recurrió a mercenarios para provocar la caída de Viktor Yanukovich. Esto añade aún más cuestiones a la complicada agenda de las autoridades de Kiev, inmersas ahora en la búsqueda de financiación que salve al Estado de la bancarrota.
Ucrania está atravesando una época turbulenta y cada día que pasa se añaden más problemas a la ya de por sí delicada situación. El último ha sido una nueva filtración de una conversación telefónica entre diplo- máticos extranjeros que afecta directamente al Gobierno provisional ucraniano. En la conversación se afirma con bastante claridad que hay indicios de peso para pensar que los responsables de la matanza ocurrida en Kiev en torno al 19 de febrero fueron miembros del actual Gobierno provisional del país.
En el diálogo que protagonizan el ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Urmas Paet, y la máxima responsable de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, el primero le comunica a la segunda que los responsables de las muertes por disparos, tanto de manifestantes como de policías, parece que eran un grupo de francotiradores contratado por alguien que forma parte de la gente que ahora está en el poder [Ver vídeo -en inglés-: http://www.youtube.com/watch?v=ZEgJ0oo3OA8].
Para justificar esta conclusión, Paet cita a una doctora, que, aunque no dice su nombre completo, es Olga Bogomolets, quien durante las protestas fuera una de las responsables de los servicios médicos en el Maidán de Kiev. Ella fue quien atendió aquella jornada a un mayor número de heridos y examinó más cadáveres. Esta doctora protestó ante las nuevas autoridades cuando enterraron de manera precipitada a todos los fallecidos durante esa jornada, sin hacerles siquiera una autopsia supervisada judicialmente. Las nuevas autoridades le ofrecieron un alto cargo en el Ministerio de Sanidad, que Bogomolets ha rechazado.
Esta filtración se suma a la que protagonizó hace unas semanas la secretaria de Estado adjunta para asuntos europeos de EEUU, Victoria Nuland, y su embajador en Ucrania. En aquella conversación los dos diplomáticos hablaban de la vida política de Ucrania y de la conve- niencia de promocionar y ayudar a unos candidatos de la oposición en detrimento de otros, según los intereses norteamericanos. La conversación encontró difusión sobre todo por la frase «que se joda la UE», con la pretendían dejar clara a los europeos la supremacía de la diplomacia norteamericana. Aquella filtración hizo un flaco favor a labor diplomática de Washington en Ucrania, y originó tensión con sus colegas europeos.
En esta caso, la filtración tiene tintes sustancialmente más importantes, ya que de una manera directa acusa a la oposición en aquel momento, y actualmente en el Gobierno, de ser los responsables de la muerte de 86 personas -según el balance oficial aunque oficiosamente podrían ser más de cien-, lo que precipitó la caída del presidente, Viktor Yanukovich. La filtración apareció en un vídeo editado con el audio de la conversación y varias fotografiás, y colgado en Youtube. Como en la anterior ocasión, los primeros en difundirlo fueron medios rusos. La veracidad de la conversación, aunque «sacada de contexto», fue confirmada por el ministro estonio.
Al cierre de esta edición, los medios occidentales empezaban a dar esta información con cuentagotas. Hasta ese mismo momento, los medios ucranianos guardaban silencio. Había constancia de que al menos los mayores portales informativos ucranianos recibieron presiones para frenar esa información.
Incertidumbre
Esta filtración se sumaba a la incertidumbre reinante en Kiev. Los manifestantes seguían sin abandonar el centro de la ciudad. Mientras, el control de Crimea se daba totalmente por perdido y las perspectivas a día de hoy de recuperarlo son casi nulas. Numerosas ciudades del sur y el este del país protagonizan día sí y día también manifestaciones, tanto de apoyo a las nuevas autoridades y su rumbo proeuropeo, como en su contra.
El miércoles comenzó una conferencia sobre la crisis en el país, en la que participan miembros del nuevo Ejecutivo y representantes internacionales de países occidentales. Sin que quedaran claros los objetivos finales del encuentro, la primera jornada fue puramente informativa y no se llegaron a plantear o proponer soluciones a ninguno de los problemas a los que se enfrenta Kiev.
La principal prioridad del Gobierno es, en estos momentos, conseguir ayuda financiera internacional, porque en caso contrario la bancarrota del Estado ucraniano está garantizada. Eso hundiría al país en una nueva ola de protestas, ya que a los manifestantes del Maidán se sumarían los funcionarios de todos los estamentos del Estado, cuyos ingresos serían los primeros afectados por la quiebra.
Ante la amenaza de sanciones por parte de EEUU y la Unión Europea, Moscú ya ha anunciado su intención de retirar al nuevo Gobierno de Kiev todos los descuentos en el precio del gas acordados con Yanukovich, lo que hace que la necesidad de financiación sea aun más urgente. Por eso, es muy posible que en los próximos días Kiev acceda a las exigencias más duras de organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial para conseguir un préstamo.