Geert Wilders ha retirado el apoyo de su partido a la coalición de gobierno holandés y ha llamado a nuevas elecciones. El primer ministro Mark Rutte ha declarado que es probable que haya nuevas elecciones. La ruptura se ha producido de repente cuando Wilders abandonó las negociaciones que se estaban llevando a cabo a mediodía […]
Geert Wilders ha retirado el apoyo de su partido a la coalición de gobierno holandés y ha llamado a nuevas elecciones. El primer ministro Mark Rutte ha declarado que es probable que haya nuevas elecciones.
La ruptura se ha producido de repente cuando Wilders abandonó las negociaciones que se estaban llevando a cabo a mediodía de este sábado en Catshuis, la residencia oficial del primer ministro. Los tres partidos involucrados en las negociaciones, VVD, CDA y PVV, han estado negociando drásticas medidas de austeridad desde el 5 de marzo.
El premier holandés Mark Rutte y el viceprimer ministro Maxime Verhagen han reaccionado duramente ante el movimiento de Wilders. Según Rutte, las partes habían acordado un paquete de nuevas medidas de austeridad el viernes por la noche, con lo que las negociaciones de este sábado deberían haber sido una mera formalidad.
Por su parte, Geert Wilders dice que el paquete total de medidas que estaba sobre la mesa en Catshuis habría causado mucho dolor a sus seguidores, especialmente a los pensionistas. «No queremos que nuestros pensionistas sangren sólo por cumplir con los dictados que vienen de Bruselas. A día de hoy puedo mirar a mi electorado directamente a los ojos y decir que no hemos cedido a los burócratas de Bruselas».
Necesidad de más recortes
La crisis comenzó en febrero, cuando las nuevas cifras mostraron que la economía holandesa seguiría sin recuperarse durante 2013 y 2014, con lo que el presupuesto anual de los Países Bajos excedería el límite europeo de déficit anual establecido en un máximo del 3% del PIB. Según los cálculos, en caso de no llevar a cabo los recortes, el déficit de Holanda rondaría el 4,5%.
Ante estas perspectivas, los partidos de la coalición se vieron obligados a establecer nuevos recortes por valor de 14 mil millones de euros a fin de lograr el equilibrio presupuestario. Estos nuevos recortes siguen a otros anteriores por valor de 18 mil millones de euros. Los tres líderes de los partidos, acompañados de sus respectivos asistentes, iniciaron un difícil proceso de negociaciones en Catshuis. Al mismo tiempo, acordaron un completo silencio ante los medios de comunicación y no incluyeron ni al Parlamento ni a los ministros del gabinete en las negociaciones.
7 semanas de silencio
Durante 7 semanas el país ha esperado pacientemente mientras continuaban las negociaciones. Hubo dos momentos de tensión: el primero tuvo lugar el 20 de marzo, cuando el parlamentario del PVV Hero Brinkman abandonó su partido, aunque conservando su asiento en el Parlamento. Aquello, además de dañar a Geert Wilders, dejó a la coalición sin el crucial asiento que les daba mayoría en el Parlamento.
Unos días más tarde, los negociadores admitieron haber entrado en una «fase difícil». Geert Wilders amenazó con abandonar, pero después de reconsiderar la medida, volvió a la mesa de negociaciones.
De los tres partidos, Wilders fue quien encontraba más dificultades a la hora de adoptar nuevas medidas de austeridad. Su populista Partido de la Libertad quiere mantener la red de Seguridad Social en su lugar, mientras que el liberal VVD y los demócratas cristianos quieren seguir con más recortes en los programas sociales.
Coalición minoritaria
Geert Wilders nunca fue un miembro de este gabinete. Él sólo se limitaba a dar el apoyo de su partido a la coalición de gobierno en el Parlamento. Los actuales socios de la coalición, el VVD y el CDA, controlan una minoría de los escaños, lo que los hace depender del apoyo de Wilders para mantenerse en el poder.
Sin embargo, la retirada del apoyo de Wilders no significa el colapso inmediato del gobierno. El gobierno podría, en principio, continuar con el apoyo de otros partidos en el Parlamento.
Eso no sucederá. Wilders dice que quiere elecciones. Para el premier Mark Rutte, las elecciones son la solución más obvia.
Finalmente, los recortes propuestos en Salud y pensiones eran demasiado para Wilders, quien dijo que no podía estampar su firma en los recortes.
Bruselas, a la vuelta de la esquina
El 30 de abril, fecha en la que los Países Bajos deben presentar ante Bruselas su plan de austeridad, se acerca rápidamente. El ejecutivo de Rutte ha sido un claro defensor de los recortes drásticos de los países del sur de Europa, y ahora se enfrenta a una crisis de credibilidad en su lucha por practicar lo que predica. La Haya no encontrará mucha simpatía en el resto de Europa con su posición actual.
Además, las agencias de calificación crediticia están empezando a reconsiderar si los Países Bajos todavía merecen la calificación AAA. Si Holanda pierde esta calificación, será aún más difícil cuadrar las cuentas.
Siguiente paso
El premier Rutte declaró que el gabinete se reunirá el lunes para discutir la situación. Es probable que se entreviste con la reina Beatriz y le pida que convoque nuevas elecciones. Éstas tendrían lugar en septiembre como muy pronto. Mientras tanto, Rutte tratará de encontrar en el Parlamento mayorías, en un intento de mantener en orden las finanzas públicas en 2013. Porque, como él ha dicho en otras muchas ocasiones, un país que atraviesa una crisis económica y financiera no puede permitirse una actitud pasiva mientras espera de elecciones.
Fuente: http://www.rnw.nl/espanol/article/posible-ca%C3%ADda-del-gobierno-holand%C3%A9s