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OTAN impone rearme y fija techo mínimo del gasto militar

Preocupante repunte del gasto militar en Europa

Fuentes: Rel UITA

En 2014, después de las protestas que llevaron al derrocamiento del presidente legítimo de Ucrania, Viktor Janukovyč, el inicio de la guerra del Donbás y la ocupación de la Crimea por Rusia, la OTAN aprovechó la coyuntura para acordar con sus miembros elevar el gasto militar hasta un 2 por ciento del PIB de cada país.

El acuerdo preveía un plazo máximo de diez años (2014-2024) para alcanzar la meta.

En ese momento, solo tres países —Estados Unidos, Reino Unido y Grecia— habían logrado dicho porcentaje. Siete años después (2021), justo antes que estallara la guerra entre Rusia y Ucrania, el número había ascendido a seis.

Hoy, bajo el impulso y la presión de Estados Unidos, ya son 23, de un total de 32, los estados miembros de la OTAN cuyo presupuesto general incluye un gasto en defensa igual o superior al porcentaje acordado.

Se dispara el gasto bélico

Sólo en el último año (2023), el aumento de dicho gasto en Europa fue del 18 por ciento, muy por arriba del promedio de todos los países de la OTAN que alcanzó el 10 por ciento.

Además, los estados miembros de la Alianza Atlántica se comprometieron a invertir el 20 por ciento de su presupuesto militar en compra de armas, reponiendo así el arsenal que cada país envió a Ucrania.

Se calcula que al menos 29 estados cumplirán con dicho objetivo, con una inversión militar en 2024 de casi 1.200 billones de dólares¹.

Miles de millones de dólares y euros que enriquecieron de manera desmedida la ya poderosa —no sólo económicamente— industria bélica europea y estadounidense, en detrimento del gasto social, la generación de empleo y la tan alabada, y muy poco puesta en marcha, transición ecológica.

Encabezan la lista de países que más han invertido en armas, Polonia y Estonia, respectivamente con el 4,12 y 3,4 por ciento. La deriva conservadora polaca llevó a las autoridades de este país a pedir, a los miembros de la OTAN, aumentar su gasto en defensa hasta el 3 por ciento del PIB.

Alemania, por su parte, invertirá unos 90 mil millones de euros en nuevo armamento y gastos para los más de 180 mil efectivos militares.

Bélgica, Canadá, España, Italia, Luxemburgo y Eslovenia están entre los países que, a pesar del progresivo aumento de su gasto militar, aún no alcanzan el porcentaje requerido por la OTAN.

Más bases, más militares

El repunte del gasto en defensa en Europa va de la mano con el aumento de las adhesiones a la OTAN —13 países en las últimas dos décadas (40 por ciento más), la expansión de dicha alianza militar hacia el este europeo y las fronteras rusas y el número creciente de bases militares de Estados Unidos y la OTAN en Europa.

Son más de 300 las bases e instalaciones militares en territorio europeo (cit. Jura Gentium), con una presencia de al menos 100 mil efectivos estadounidenses. Italia (120 más 20 con ubicación desconocida), Alemania (70) y Reino Unido (30) son los países que hospedan más.

La imagen que se desprende de estos datos es de un viejo continente a la merced de los intereses geopolíticos y estratégicos de Estados Unidos, enrumbado hacia una peligrosísima carrera armamentista que alimenta guerras por encargo (proxy war), en medio de una difícil recesión económica.

A eso hay que añadir la creciente desconexión y desafección de amplios sectores de la población, en especial los jóvenes, hacia la política, las instituciones y el sistema representativo.

La profundización de medidas y recetas neoliberales, que conllevan más precarización y desregulación laboral y, por ende, más pobreza y desigualdad, unido al avance y consolidación de las fuerzas ultranacionalistas y de la derecha identitaria europea en varios países, le proporciona valor agregado a un escenario cada vez más desolador, incierto y excluyente.

Notas

¹ Con informaciones publicadas en el periódico italiano Il Fatto Quotidiano, sobre el informe presentado por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Fuente: Rel UITA

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