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Entrevista a Luis J. Beltrán Álvarez, sociólogo, politólogo y filósofo puertorriqueño

“Que se hable claro, que se nombre a la estadidad como un proyecto genocida, de eliminación de lo boricua, de subordinación y perpetua colonia”

Fuentes: Rebelión

Luis J. Beltrán Álvarez (Aguadilla, Puerto Rico) es sociólogo, politólogo y filósofo. Estudió en la Universidad de Puerto Rico un Bachillerato en Artes con concentraciones en Sociología y Ciencias Políticas (B.A.), y una Maestría con concentración en Filosofía (M. Phil.). En la actualidad, estudia su doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Connecticut, Storrs. Sus temas de interés investigativo son el anarquismo, el feminismo decolonial, la teoría y la filosofía política contemporánea, las teorías del discurso y la filosofía afrocaribeña. Algunos de sus trabajos de investigación se encuentran en: https://luisbeltranalvarez.academia.edu/. Beltrán Álvarez ha contestado mis preguntas sobre status y descolonización, y todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

– Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – ¿Es hora de exigir el fin del colonialismo y comenzar una conversación sobre reparaciones económicas en Puerto Rico y Estados Unidos? ¿Por qué?

– Luis Beltrán Álvarez (LBA, en adelante) – Sí, definitivamente, desde los 90’s esto debió estar ante los ojos y las mentes de quienes dirigen la administración colonial de Puerto Rico. Digo administración porque en Puerto Rico se dejó de ser un gobierno colonial desde que se entregó el país a los fondos buitres. El bipartidismo colonial se rindió ante la eliminación de las 936 y solo vieron en el neoliberalismo una salida económica para sus partidos, familiares y las empresas estadounidenses. Hoy más que nunca vemos que no hay futuro en el Estado Libre Asociado (ELA) y en la relación política con Estados Unidos. Ante un país sobreendeudado por la partidocracia colonial, solo se vislumbra como proyecto necropolítico, la transformación de la colonia en un territorio para la evasión contributiva y el turismo. Puerto Rico pasó de ser una colonia industrial para el marketing imperial latinoamericano a ser un paraíso fiscal para los mega rico estadounidenses y los apostadores de las cryptomonedas. En la actualidad andamos en un nuevo giro colonial donde se ha sistematizado la miseria colectiva. El PNPPD han hecho del ELA un proyecto de miseria que hace la vida imposible para las mayorías, apuestan a la expulsión masiva y al exilio de la población a Estados Unidos, mientras se venden las tierras y el patrimonio para abrir paso a lo que llamo el Rich Port Resort and Money Laundering.

Ahora, para exigir la descolonización hay que primero reconocer que andamos en una nueva fase colonial donde la deshumanización y la expulsión es central al colonialismo. La oposición política colonial, la electoral y liberal, andan en mala fe apostando a las instituciones coloniales. El problema de Puerto Rico actual no es uno de “mala administración”, se trata de un modelo racista, clasista e imperial, que justifica bajo nuestra deshumanización el endeudamiento, la explotación y la desposesión de nuestras existencias en tierras ancestrales boricuas. La oposición anticolonial puertorriqueña necesita salir del discurso liberal para pasar al discurso decolonial, solo desde ahí es que podremos armarnos para reclamar reparaciones a Estados Unidos. En la actualidad, el discurso liberal nos lleva a pensar que Estados Unidos es un actor de buena fe y que está abierto a negociar, mientras la realidad jurídica, política y económica solo se centra en nuestra deshumanización y explotación a favor de las clases imperiales. Como puedes ver, no veo que el discurso mainstream de la partidocracia y el anticolonialismo ande armado para esta batalla. Si me preguntas, creo que hace falta juntarnos y re-evaluar al Puerto Rico contemporáneo para armar un plan de acción anticolonial y decolonial. Apostar a la partidocracia colonial liberal para que nos saquen del colonialismo y el asentamiento colonial, es morir en la orilla de la irrelevancia política. No podemos seguir dándole legitimidad al sistema colonial y la opresión imperial, tenemos que cuestionar todo, renunciar a todo, y romper con la paz perpetua del ELA.

– WRS – ¿Qué relación, si alguna ves, entre la migración de los puertorriqueños a los Estados Unidos y las innumerables oportunidades desarrolladas por el Congreso de los Estados Unidos para que las corporaciones estadounidenses exploten a Puerto Rico?

– LBA – Nuestra población es para Estados Unidos lo que Karl Marx llama un “ejercito industrial de reserva”, una mano de obra útil para mantener en la precariedad a sus obreros y mano especializada infravalorizada. Estados Unidos se beneficia de nuestra mano de obra especializada, educada, y bilingüe, esto no es secreto; vienen a reclutarnos masivamente y nos andan robando trabajadores esenciales (policías, enfermeras, bomberos, y doctores, entre otres) desde los 2000’s. Hace unos años atrás, el politólogo Edgardo Meléndez escribió un libro llamado “Sponsored Migration: The State and Puerto Rican Postwar Migration to the United States”. En este texto habla de esta migración sistemática como parte de la política pública de Luis Muñoz Marín. Este libro demuestra lo que se hizo en el pasado, falta que alguien tome la iniciativa para demostrar que desde el 2005 hacia acá se lleva gestando la expulsión sistemática que abre paso a la imposición del nuevo modelo colonial. En aquel momento histórico se pasó de un modelo agrícola a uno industrial, y ahora pasamos a un modelo industrial a uno de paraíso fiscal y servidumbre para el turismo. La migración forzada o expulsión, como diría la socióloga Saskia Sassen, siempre ha sido apoyada por las administraciones coloniales. En múltiples ocasiones la administración colonial ha utilizado al Centro de Convenciones y a la industria hotelera para promocionar sus Florida Expo y otros eventos de expulsión apoyada como política pública. De igual manera, el PNPPD ha abierto al reclutamiento de estados y ciudades estadounidenses sistemáticamente, pero en otros casos los gobernantes estadounidenses toman la iniciativa de abrirle las puertas a los boricuas luego de cada catástrofe política y natural.

Por otra parte, como puedes ver, hay una relación simbiótica entre la casta puertorriqueña colonialista y el colonizador a la hora de expulsar al boricua de su tierra y la condena de su existencia. Ante el cambio demográfico estadounidense, donde los blancos dejarán de ser mayoría, nuestra población es hábil y útil para su nueva configuración social. La explotación de nuestra existencia, la condena de nuestra gente es muy lucrativa y esencial para el colonizador a pesar de su aparente decadencia. No es casualidad que nuestra población se haya reducido en un 11% en el pasado censo decenal, mientras el PNPPD privatizan y destruyen la infraestructura pública, Estados Unidos nos consume en capital y existencia. El PNPPD nos endeudó con fondos buitres, privatizó y nos desposee sistemáticamente, mientras el imperio nos consume en deuda, tierras, y existencia. En este momento no solo las corporaciones se benefician de esta relación genocida, sino que los sujetos corporativos y mega rico evasores que se mudan a nuestros asentamientos ancestrales. El PNPPD, con la Ley 60, abrió bajo el régimen dictatorial de la Junta, a que Puerto Rico sea condenado a la expansión del asentamiento colonial de estadounidenses. Para imponer este nuevo modelo colonial de desposesión y asimilación, el PNPPD lleva décadas destruyendo la infraestructura industrial y de socialización, y para crear el paraíso fiscal se necesita la expulsión de una gran parte de la población.

– WRS – ¿Cuál debería ser el rol de la academia y la sociedad civil puertorriqueña dentro de los Estados Unidos en la descolonización de Puerto Rico, si alguno? ¿Qué deberían hacer?

– LBA –Definitivamente, la lucha por la descolonización y el reclamo de reparaciones tienen que hacerse junto a la población boricua en el exilio, pero también se necesitan aliados estadounidenses que crean y apoyen nuestra liberación. El rol de la academia es importante, pero en Estados Unidos esta anda pasando por procesos de cambio y está bajo nuevos desarrollos que están por verse en la próxima década. Algunas organizaciones importantes como el Puerto Rican Studies Association tienen nuevos enfoques y proyectos, y esto también anda pasando en el El Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College de Nueva York. Temas como el antirracismo, los estudios de género, la cultura política (más allá de la cultura como consumo), entre nuevos enfoques respecto a la deuda y la inclusión del debate de la decolonialidad, son algunos enfoques que se andan desarrollando entre las nuevas directivas e investigadores. También hay cruces con los debates y demandas de grupos racializados y marginalizados en Estados Unidos. Es decir, estamos por ver qué sucederá en el giro académico y queda ver cómo estos académicos traducen y encuentran enlaces con la acción política en Estados Unidos. Este es el “positive note”, por otra parte, la academia en sí es parte del monstruo imperial y capitalista estadounidense, y no toda la academia trabaja para la descolonización y ni va más allá del discurso liberal-colonial. La élite de la academia puertorriqueña es diversa, compleja, y en muchos casos ha sido cómplice de la perpetuidad colonial e imperial. Ahora bien, como sujetos de la colonialidad, y afectados por la historia catastrófica reciente, tampoco somos ajenos a la violencia estructural y a la posibilidad de radicalización. A mi entender, estamos en un momento histórico donde se necesitan más intelectuales orgánicos y académicos activistas que meros investigadores de la puertorriqueñidad y la victimización perpetua para el ‘white gaze” de la academia liberal.

Con respecto a la sociedad civil, es desde ahí que se ven cambios muchos más concretos e incluso es el espacio donde se han girado las discusiones y apuestas institucionales. En Estados Unidos existen nuevos grupos progresistas, y también tendencias de izquierda que han ido creciendo, como son los socialistas democráticos (Democratic Socialist of America). En cuanto a la sociedad civil boricua en el exilio, hay un grupo llamado Boricuas Unidos en la Diáspora (BUDPR) que hacen trabajo de cabildeo y actividades a favor de la descolonización de Puerto Rico. Ahora bien, el debate en general está anclado en los mismos parámetros del debate liberal colonial y apuestan a la buena fe de los gobiernos coloniales e imperiales. Si bien sus trabajos son importantes, y mantienen el debate de la descolonización vivo y fuera del dominio del colonialismo estadista, la organización para la descolonización debe buscar más aliados fuera de la hegemonía liberal-colonial. En Estados Unidos andan creciendo las demandas progresistas y los grupos políticos que ven la política más allá del bipartidismo federalista. Por esta razón entiendo que la población boricua en Estados Unidos puede encontrar similitudes y alianzas con los grupos antirracista, anticapitalistas y quienes cuestionan el asentamiento colonial estadounidense. Algunos de estos se organizan bajo el Black Lives Matters, el abolicionismo post George Floyd 2020, y las organizaciones de la población nativo americanas como The Red Nation, entre otras. En fin, en Estados Unidos hay aires de cambio, pero también hay indicios a una decadencia sistemática y un giro al fascismo supremacista blanco. Esto es importante reconocerlo, porque la población boricua en el exilio estadounidense también será blanco de este retorno del odio etnonacionalista y cristofascista. Reitero, el rol de la academia y de la sociedad civil dentro del imperio debe ser el de vincularse con la lucha de las subjetividades racializadas y marginalizadas. Solo desde este frente amplio, multirracial y multiétnico, junto a quienes luchan en los barrios y ciudades, es donde la comunidad boricua puede encontrar adeptos para nuestra propia descolonización y reparación.

– WRS – ¿Cómo la Comisionada Residente de Puerto Rico en el Congreso de los Estados Unidos y los congresistas de origen puertorriqueño podrían ayudar a resolver los problemas económico-sociales creados por la explotación de los Estados Unidos en Puerto Rico?

– LBA – Lamentablemente, la comisionada residente solo trabaja para los intereses de Estados Unidos y los capitalistas que se benefician de nuestra miseria. Sus proyectos son solo a la luz del beneficio imperial y colonial, anda obsesionada con hacer de Puerto Rico una “Zona de Oportunidad.” Es decir, ella quiere hacer de Puerto Rico una isla del gamble capitalista y extractivista, un lugar de riesgos y pérdidas para las mayorías, mientras los gringos se benefician de nuestra miseria, recursos y beneficios económicos especiales. Yo no esperaría nada de una comisionada que solo fue una lacaya de Trump ante la catástrofe colonial del huracán María, ella anda bien concentrada en ser la próxima candidata para administrar la colonia y a celebrar el Trickle Down de fondos que nos corresponden federalmente. Por otra parte, hay congresistas de descendencia puertorriqueña que viven para hacer pandering a los votantes de sus distritos y ciudades. Te digo qué pueden hacer, pues, hacerse a un lado, abrir espacios a que la población boricua hablen en sus turnos, programas, proyectos, y apuestas políticas. En fin, no vendrá nada por parte de la clase política puertorriqueña sin que haya una presión política directa que les haga moverse fuera de sus sillas imperiales y coloniales. Por esta razón, hace falta poder popular y boricua que reclame políticamente en la calle y las comunidades. De estas clases políticas solo vendrán legislaciones y el poner el nombre de “Puerto Rico” para que nos asignen migajas y nos apacigüen bajo la miseria sistemática a las que nos han condenado por 125 años.

– WRS – ¿Por qué los movimientos de estadidad no han sido capaces de confrontar al imperialismo estadounidense en Puerto Rico y los Estados Unidos? ¿Qué deberían hacer?

– LBA – Fácil, porque la estadidad no es descolonizadora, es asimilación y subordinación política. A quiénes se le ocurrió la idea de que la estadidad es decolonizadora se les debería mirar de frente y llamarle irresponsables, embusteros, y falaces. La estadidad es solo la perpetuidad del colonialismo, sino que es la entrega de nuestra cultura, existencia y esencia a nombre de ser un estado más de una unión moribunda, fragmentada, y en pleno procesos de secesiones. No hay tal cosa como un proyecto de estadidad que confronte al imperialismo, porque la estadidad en sí mismo es el proyecto imperial. Estados Unidos es un asentamiento colonial de supremacía blanca, un país fracturado, genocida, y que perpetúa la diferencia racial, religiosa, étnica, y económica en beneficio de su población White Anglo Saxon Protestant (WASP). Ese país, no es un proyecto de asentamiento culminado, nadie seriamente en Estados Unidos te diría que se acabó la segregación, que los nativos viven en paz, y que ya es un país arcoíris en democracia racial. Esto queda claro en nuestra historia colonial reciente cuando usan los Casos Insulares de los 1900’s para justificar la dictadura financiera de la Junta. De igual manera, también se ve en el reciente desmantelando jurídico y legal de los derechos civiles y los tratados con las naciones nativo-americanas en este verano. Por esta razón, entre otras muy bien documentadas, la estadidad no solo es colonial y parte del proyecto imperial, sino que imposible ante el desarrollo político y jurídico reciente dentro de Estados Unidos. La estadidad no confronta al imperialismo, sino que lo reafirma, lo revela, y lo perpetúa para les boricuas. Además, la estadidad es la extensión del proyecto de asentamiento colonial estadounidense, es violencia para les más de dos millones de nativo americanos subordinados a la “inexistencia” y perpetúa el terror supremacista blanco que aún condena a las clases afrodescendientes. La población boricua no es ajena a esta violencia estructural, se ha visto históricamente en las luchas de los Young Lords, en nuestra existencia en barrios segregados y empobrecidos, y la perpetuidad de racialización de los Puerto Ricans. Nuestro vínculo en Estados Unidos debe ser con las poblaciones que luchan por otro país pluricultural y plurinacional, debemos de re-encontrarnos para luchar contra el etnonacionalismo que resurge.

Hay que entender lo siguiente, el PNP, y la clase liberal demócrata, solo ven esto de la “estadidad”, como otra oportunidad imperial y la extensión de poderes partidistas. Claro, verás que no le tienen miedo algunos demócratas a un Puerto Rico siendo estado, porque nos ven como la extención de poderes a este partido ante la falta de control ante la toma de las alas christofascistas de los republicanos. Por otra parte, el PNP y el estadismo desafiliado, vende a la estadidad como descolonizadora de mala fe, bajo engaño y calumnias politiqueras. La única opción que confronta al imperialismo es la independencia con reparaciones, y esto se tiene que armar más allá de la partidocracia liberal. Esto último se tuvo claro en el pasado, especialmente con los grupos radicales y de acción directa. A mi entender, hace falta más organización que confronte y lucha directamente por nuestra liberación. Que se hable claro, que se nombre a la estadidad como un proyecto genocida, de eliminación de lo boricua, de subordinación y perpetua colonia. Hay que comenzar a confrontar a estas castas asimiladas y colonizadas, no tienen capacidad alguna para nuestra gente, se odian, solo el odio propio se ventila a la luz de entregar su existencia al amo. Que conste, ser estadista y estadolibrista solo te sujeta bajo la ignorancia política. Te lo confirmo, yo me crié como estadista, mi último voto fue primarista y por Fortuño. Tenemos que romper con el paternalismo independentista y la minimización de todo aquelle que no vea la independencia como opción. La primera liberación se da en la mente, y esto no solo se trabaja con la educación popular, sino de insertarse fuera de los circuitos folcloristas del independentismo. Para armar la lucha por la independencia hay que agarrarnos de la humildad y trabajar con la gente en sus comunidades, esencialmente afuera del metrocentrismo y los elitismos dominantes.

– WRS – ¿Qué ha hecho, si algo, la presidencia de los Estados Unidos, y los dos partidos políticos dominantes dentro de los Estados Unidos, el demócrata y el republicano, para mitigar el desastre que ellos y los estadounidenses ayudaron a crear dentro de Puerto Rico?

– LBA – Las presidencias lo que han hecho con Puerto Rico es usarnos como token político para mover el voto boricua en los estados. Ambos partidos trabajan para las corporaciones y Wall-Street, para los que nos venden la chatarra con sus navieras y para los fondos buitres que nos condenaron a una deuda odiosa, ilegal y colonial. Estos partidos nos usan para sus distritos y ciudades, para recoger el voto, mencionan los talking points y luego abandonan a la población boricua hasta que llegue el nuevo ciclo electoral. Hasta cogen de tontos a los políticos del país, el propio Biden les vendió villas y castillas, que no iba a intervenir con el caso de Vaello Madero del SSI. No solo los cogió de pensuacos, también cerró fila con la administración de Trump y apoyó una línea centenaria que es discriminatoria, racista, y segregacionista. La partidocracia bipartita de Estados Unidos solo vive para perpetuar el modelo imperial, colonialista, y de explotación de la población boricua. El desastre es oportunidad política, ahí estaba Trump con White Fish luego de María, y ahora anda Biden haciendo lo que mejor hacen los liberales: NADA y mover las banderitas. No se le puede pedir nada al desastre político para que resuelva el desastre colonial. Eso sí, hay que reclamarles, dejarles saber lo miserables, colonialistas, y racistas que son, que la población boricua les subsidia sus seguros sociales y sus buenas vidas en el Main Land. Puerto Rico es no solo un negocio para el 1% estadounidense, también somos explotados en la isla y en el imperio para el servicio de Estados Unidos. Nos sacan taxes, nos venden sus chatarras en Walmart, y nos usan como mano de obra barata, especializada, y bilingüe. El PNPPD nos ha socializado para amar al colonizador y entregar nuestro cuerpo, tiempo y alma para beneficiarles económica y políticamente. Nuestra miseria es el mejor negocio estadounidense, no solo nos sometieron a una deuda que ahora nos hacen pagar con una Junta dictatorial no-electa, sino que cuando pasan los terremotos buscan a nuestros maestros para que se muden a sus ciudades (así de carifresco vino el alcalde de New Haven, Connecticut). El desastre imperial que hacen con nosotros es su proyecto político, y este ha sido el mejor negocio y hay traidores puertorriqueños que posibilitan y perpetúan este crimen de lesa humanidad.

– WRS – ¿Cuál sería la forma de que los puertorriqueños rompan con este ciclo de abuso del colonialismo estadounidense dentro de Puerto Rico? ¿Debería Puerto Rico y los puertorriqueños ser reparados económicamente por Estados Unidos?

– LBA – El pueblo puertorriqueño tiene la potencialidad de armarse como boricua y crear un proyecto de dignidad anticolonial. Menciono lo boricua y Borikén, porque estos son los nombres que dejaron afuera los colonizadores, son lo que esencialmente escapa del proyecto de muerte colonial e imperial. La capacidad boricua la vemos todos los días en nuestras comunidades, hemos estado luchando para existir a pesar de que los colonizadores nos han querido muertos, asimilados y desplazados. El pueblo boricua ha estado forjándose, creciendo, y configurándose por más de quinientos años de colonialismo español y estadounidense. A Puerto Rico lo han condenado, pero su población y nuestres ancestros han hecho de estas tierras ancestrales un lugar de resistencia, cultura y amor. Hemos creado nuestra jerga desde el Spanglish, armado poesía revolucionaria y contestataria, y nos hemos armado de valor para confrontar directamente al colonizador y a los colonialistas tanto en la isla como en el imperio. Llevamos décadas peleando por tener nuestra propia identidad, desde ahí hemos articulado nuestra cultura y hemos creado raíces en las tierras caribeñas de Puerto Rico. Somos caribeños y latinoamericanos, esto a pesar de que las élites hispanófilas forjaron una cultura eurocentrista y que la casta lacaya a Estados Unidos nos someta a los mercados y nos asimilen a la cultura gringa. Hemos persistido como gente a pesar de que nos intentaron someter al inglés, esterilizaron a mujeres pobres, y que nos han endeudado para expropiarnos y desposeernos de nuestras tierras ancestrales. El pueblo boricua ha existido resistiendo, haciéndose pueblo a pesar de la condena colonial, a pesar de que nos socializan en la escuela una historia blanqueada, genocida y asimilista. El ciclo lo hemos comenzado a romper, se ve en las comunidades que se organizan para cuidar sus playas y el trabajo de la pesca (IDEBAJO), en los grupos de jóvenes que gestan la agroecología (Josco Bravo), en el feminismo negro y antiracista que toma las calles y confronta al heteropatriarcado (Colectiva Feminista), y en los centros de apoyo mutuo que dan vida, salud, y comida a las comunidades (Comedores Sociales de Puerto Rico). Esta comunidad boricua la vimos luego de María, también en el desborramiento solidario ante los terremotos, y en la rebelión masiva para sacar a Ricardo Rosselló en el verano del 2019 (ondeando la bandera en blanco y negra de resistencia de La Puerta). La historia anticolonial y por la dignidad boricua, por ese otro país caribeño de Borikén, se arma con fuerza y está articulándose con todo el coraje y amor que nos distingue como pueblo. Y sí, armar esta salida se dará reclamando, exigiendo, y tomando el poder, cuestionando los siglos de coloniaje y señalando la necesidad de reparaciones.

– WRS – El economista francés Thomas Piketty considera que Francia debería reparar en más de 28 mil millones de dólares americanos a Haití. ¿En cuánto debería Estados Unidos reparar económicamente a Puerto Rico y a los puertorriqueños?

– LBA – Piketty, que es francés, parece que tira un número limitado y tímido. Yo le preguntaría al pueblo haitiano, estos son los que deben hacer los cálculos y no un ciudadano francés. Las reparaciones a Haití no solo deben tomar en cuenta el tiempo de explotación colonial, del rapto de nativos africanos de sus tierras, y el genocidio aborigen. También debe repararse el daño por las deudas que impusieron y los efectos que generaron esas deudas odiosas. Entiendo la postura de Piketty, está chévere que proponga reparaciones a Haití, pero esto no puede hacerse desde el trono académico y en Francia. De igual manera, el reclamo de reparaciones a esa Borikén que armaremos tiene que ir de mano de la población boricua junto a un comité internacional de expertos. Ya sabemos qué sucede cuando se le da todo el poder a los lacayos coloniales y a los imperialistas, ahí está la Junta sometiéndonos al pago de la deuda que con su bota al cuello nos llaman a rendir nuestras tierras y existencia digna. Que conste, estas reparaciones no solo deben venir de Estados Unidos, sino que también de España, nuestra condena fue primero española y luego estadounidense. Nuestros pueblos originarios cargaron con el genocidio y los ancestros africanos fueron esclavizados primero por los españoles. De este primer crimen las élites hispanófilas criollas armaron una identidad y cultura que nació de la violación y la asimilación, una población mestiza con la que se sirvieron para explotarnos y luego entregarnos como botín a los gringos. La soberanía boricua viene de mano de una decolonialidad política, de una confrontación directa al daño hecho a nuestros ancestros y a la perpetuidad genocida a las que nos han condenado a nombre de sus reinos e imperios. Yo no tengo claro cuál es el monto de las reparaciones, sí he leído de los block grants por 30 años por parte de los procesos de descolonización. Que se saquen los números, de seguro en el Archivo de las Indias y en las bibliotecas de Washington D.C tienen que existir registros de las cantidades que nos expropiaron, saquearon, y los negocios que les generamos. Adicional, es importante que le reparen a los afrodescendientes y a los grupos que reclaman la identidad taína y boricua, que hagan comisiones de verdad, que reparen sus memorias y hagan las aportaciones correspondientes según los daños incurridos a sus antepasados y subsanen sus vidas presentes. De igual manera, que limpien las áreas que contaminaron en Vieques y Culebra, que reparen los ecosistemas, que reinstauren los sistemas de transporte de tren que nos destruyeron a nombre del carro y que nos posibiliten nuestra existencia en las islas en plena vida y muerte digna. Yo no sé en cuánto esto saldrá, pero ellos fueron imperios y tienen multimillonarios, también tienen el oro en sus iglesias y en las Ivy Leagues apuestan en fondos buitres y recogen cientos de millones en donativos. Eso sí, este reclamo no es solo nuestro, también lo tiene el Caribe y Latino América, y claramente nuestra salida a la libertad viene de un reclamo a estos imperios que decoraron sus arquitecturas con el oro y que con nuestra sangre llenaron la banca de sus herencias.

– WRS – Muchos puertorriqueños viven en la diáspora, bien en Estados Unidos como fuera de los Estados Unidos. Otros puertorriqueños han sido y son partícipes del saqueo estadounidense dentro de Puerto Rico. Todos, los primeros y los segundos son estadounidenses. ¿Por qué deben ser o no ser recompensados? ¿Son todos los puertorriqueños sujetos coloniales a los que se les ha robado su futuro en su propia tierra? ¿Se les debe devolver su futuro estén donde estén, sean quienes sean?

– LBA – Puerto Rico es un país extendido, su gente vive en el Caribe y en Norte América, pero también en Sur América y en Europa. Muchas personas han hecho de esos espacios sus lugares de existir, cargan con nuestra cultura y el amor a las islas del Caribe. He conocido descendientes de boricuas que luchan, piensan, y arman su identidad alrededor del ser Puerto Rican. El amor de estos es latente, mucho más de quienes nos han entregado a los imperios en el pasado y quienes nos quieren asimilar y subordinar a Estados Unidos. Los pueblos se arman desde el amor, la lucha y la memoria, y ante esto ha habido personas que su solo vínculo con Puerto Rico ha sido sus vivencias y gestar familia entre las islas. Ahí está Tony Croatto quien compuso y cantó para nuestra tierra a pesar de ser descendiente argentino, pero también está Carlos Rojas Osorio, un colombiano que ha escrito de Eugenio María de Hostos, de la Filosofía puertorriqueña, y de nuestra caribeñidad. Dicho esto, queda claro que somos más allá de los millones aquí y allá, también hay estadounidenses como Roberto Rabín que dieron su vida por la justicia social y ecológica de Vieques. Menciono a estos porque son los que me llegan a la memoria, pero también está la chilena Gabriela Mistral, como otras que en cada pueblo y comunidad han forjado vitalidad en Puerto Rico. Quiénes han amado y valorado a Puerto Rico, quienes gestionen cultura, memoria e historia con el pueblo boricua, desde ahí es que nos hemos hecho pueblo. Eso sí, que para saber quiénes repararán y contra quiénes se hará juicio, para eso hay que armar comisiones de la verdad y la memoria para la descolonización y la decolonialidad. Las reparaciones y las posibilidades de forjar vida digna tienen que ir más allá de una ruta legalista y del derecho internacional, también es un proceso sociológico y existencialista de sanación y reconfiguración de los cimientos de nuestro pueblo.

– WRS – Dos congresistas de origen puertorriqueño, Alexandría Ocasio-Cortez y Nydia Velázquez, presentaron un proyecto de ley para la descolonización de Puerto Rico. Por su parte, Jenniffer González representa a Puerto Rico dentro de los Estados Unidos. Tiene reconocido dentro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos el poder de presentar legislación. Ha estado moviendo un proyecto de anexión de Puerto Rico a los Estados Unidos junto con el congresista puertorriqueño Darren Soto, proyecto que al igual que el de las congresistas antedichas ha sido sustituido por uno alternativo y de consenso entre todos. ¿Qué le falta a ese proyecto de ley? ¿Qué defectos le ves a ese proyecto de ley? ¿Por qué Ocasio-Cortez y Velázquez merecen algo mejor? ¿Por qué González y Soto merecen algo mejor?

– LBA – A ese proyecto le falta poder, reparaciones, y al pueblo entero endosándolo. Hasta ahora esto es solo un capricho legislativo de la casta de la partidocracia colonial puertorriqueña y de varios congresistas que tienen poblaciones significativas que representan votos en sus barrios y ciudades. No hay legislación que valga contra el imperio estadounidense si este no viene con la fuerza, reclamo, y exigencia del pueblo boricua. Estados Unidos siempre ha reconocido como pueblo y concedido tratados a los pueblos que le han confrontado directamente. Solo un reclamo de fuerza anticolonial y decolonial, tanto en las islas como en sus territorios asentados contra la voluntad nativo-americana será lo que abra los ojos a congresistas y al pueblo estadounidense. Estos nos vieron al desnudo ante la catástrofe del huracán María, pero la clase política en vez de reclamar por daños, ponerles de culpables ante nuestra miseria, nos vendieron para hacer negocio de nuestro desastre y como espacio para el placer y la lujuria turística. Como dije anteriormente, la descolonización y la decolonialidad no vendrá de la casta y de la buena voluntad de los colonizadores. A mi entender, solo el pueblo tendrá la capacidad de armar con justicia la descolonización y el camino a reparaciones. Hablemos claro, las legislaciones de status son solo para sus gradas, hablo del proyecto de Alexandra Ocaso Cortéz y Nydia Velázquez, porque realmente no hay posibilidad que pase legislación la aristocracia del Senado. Los defectos de la ley son inherentemente la muerte de la gallinita de huevos de oro para el imperio, la caída del gran negocio corporativo y de usuraría, y el enjuiciamiento de toda la casta por sus crímenes de lesa humanidad. En fin, ningún imperio descoloniza por voluntad propia y menos si esto conlleva contradecir su esencia militarista y capitalista. Solo el pueblo salvará al pueblo, y Borikén se gestará con coraje y amor.

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.